Las implicaciones económicas del aumento del populismo político

James_Butterfill
Cedida

Definiendo el populismo

1789. 1917. 1989. 2016. Este año que acabamos de terminar está destinado a ser recordado por sus turbulencias políticas y sus cambios históricos. Una y otra vez, el veredicto populista en los referendums y elecciones de este año destronó a los partidos políticos, candidatos o derrocó las sabidurías convencionales. Mientras escribía esta tribuna, David Cameron, en sus primeros comentarios desde que dejó la política, estaba lamentando ante la audiencia estadounidense cómo el populismo le hizo perder su trabajo.

Hace un año, el populismo era un término poco habitual. Ahora se está utilizando cada vez más, aunque no hay mucho consenso sobre su definición. Un trabajo académico escrito por Ionescu y Gellner en 1964 sugirió que el populismo adora a la gente, y se preguntó si tenía una unidad subyacente o el nombre cubría una multitud de tendencias inconexas. En algunos aspectos, no es una ideología, sino un modo de expresión política que se emplea de manera selectiva y estratégica, dirigiéndose a cuestiones de apelación de masas.

El término populismo en el contexto actual es similar, y refleja una demografía variada, formada por un grupo ecléctico de votantes tanto de izquierda como de derecha. Los temas son vistos a menudo como un hombre ordinario oprimido por una elite remota en relación con las cuestiones relativas a la inmigración o la soberanía nacional. El referéndum de la UE en el Reino Unido destacó cómo las cuestiones aparentemente arcanas pueden convertirse rápidamente en una escuela de pensamiento convencional. Este aumento de la política populista en el Reino Unido se está reflejando en todo el mundo desarrollado, con muchos partidos populistas cada vez más presentes en las encuestas y a menudo liderándolas.

Populismo, ¿por qué ahora?

Los países que concentran el 70% del PIB de Europa tienen elecciones en 2017 justo cuando los populistas están aumentando rápidamente en las encuestas. Los riesgos de cola en política siguen siendo altos. Típicamente, las agendas de estos partidos se han centrado en la ruptura del establishment político existente. Los partidos populistas tienden a sobreprometer, desarrollando políticas simples con atractivo para las masas, independientemente de su capacidad para desarrollar estas promesas.

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¿Por qué este fenómeno ha comenzado ahora? Parece haber algunos impulsores clave del aumento actual del populismo, principalmente la alta desigualdad generada por el estancamiento del crecimiento económico y salarial junto con la creciente diversidad cultural.

El populismo se asocia con el hombre de a pie oprimido por la élite y por lo tanto una métrica para la desigualdad como el ratio de Palma es más apropiada pues mide la proporción entre el 10% de la población con mayores ingresos y el 40% con menores. Gabriel Palma, que desarrolló este ratio, tuvo en cuenta en su trabajo que la globalización está creando un escenario distributivo en el que lo que realmente importa es la proporción entre los ricos y los trabajadores de ingresos más bajos con puestos cada vez más precarios en mercados laborales cada vez más flexibles.

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Lo que destaca el ratio de Palma es que algunas de las mayores desigualdades en la OCDE se dan en lugares en los que hemos presenciado algunos de los levantamientos populistas más significativos.

Las implicaciones del populismo en la economía y las inversiones

Uno de los efectos más inmediatos del populismo ha sido el aumento de la incertidumbre que ha llevado a los inversores a recurrir a acciones de calidad y defensivas. Históricamente ha habido una estrecha correlación entre el aumento de la incertidumbre y el apetito por las acciones defensivas. Aunque no está tan fuertemente correlacionada, la demanda de oro, a menudo visto como un refugio seguro, también aumenta en tiempos de creciente incertidumbre.

Históricamente, cuando los populistas han ganado en los mercados emergentes, a menudo hay un aumento en el gasto en infraestructura que aumenta temporalmente el crecimiento de la producción, los salarios reales y el empleo, pero rápidamente da paso a la hiperinflación que erosiona las ganancias iniciales. Pero en el mundo desarrollado, los populistas en oposición tienden a tener más éxito que los populistas en el cargo, los populistas son a menudo políticos inexpertos y las barreras para la implementación de las reformas son demasiado difíciles de superar.

Independientemente del éxito del populismo en las elecciones, el impulso populista puede ser un catalizador muy poderoso para las reformas, con los partidos asentados luchando por contrarrestar la ola populista. El resultado final es típicamente un aumento de la inversión en infraestructuras para estimular el crecimiento económico y las iniciativas sociales para combatir la desigualdad. El gasto en infraestructuras crea una demanda adicional, mientras que las iniciativas sociales pueden conducir a un aumento en el gasto de los consumidores, con un aumento de la inflación como resultado final probable.

El aumento de la inflación impulsado por el populismo podría incrementar las ya fuertes presiones inflacionistas en Estados Unidos, mientras que la destrucción en la oferta de materias primas podría añadir aún más presión inflacionaria. En un entorno inflacionario, es probable que los bonos ligados a índices sigan teniendo un buen desempeño.

Las políticas populistas en Estados Unidos bajo el gobierno de Donald Trump, que probablemente incluirán recortes de impuestos y una ampliación del déficit presupuestario, podrían debilitar al dólar en los próximos años. Además, las políticas proteccionistas que podrían obstaculizar el comercio y la inversión internacionales probablemente exacerbarán la volatilidad global de las divisas, lo que a su vez contribuirá a aumentar la incertidumbre de los inversores.

Durante el próximo año, hay muchas más elecciones programadas donde los partidos populistas están ganando terreno. Como las cuestiones de desigualdad no pueden revertirse de la noche a la mañana, creemos que es probable que la incertidumbre se mantenga elevada en el próximo año, favoreciendo a los activos más seguros y con una volatilidad más baja. Mientras que el populismo creciente no termina siempre con la derrota de los políticos tradicionales, algunas políticas populistas se aplican típicamente para apaciguar a los marginados, que son proclives a ser inflacionarios.

Los inversores pueden proteger las carteras de inversión ganando exposición a activos que funcionan bien en un entorno inflacionario, como acciones, bonos vinculados a la inflación, metales preciosos e infraestructuras. El populismo puede haber salido a la luz en 2016, pero su impacto se sentirá en los próximos años.