Lecciones del G7: Skandia Pacific Equity

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Joel Filipe (Unsplash)

Esta reunión del G7 trae cola. Incluso ha provocado la dimisión de uno de sus participantes, por comparecer en rueda de prensa medio beodo, o medio dopado, todavía no se sabe.

En un tono mucho más edificante, de la reunión del G7 he sacado dos conclusiones: la primera, que todavía no es momento de invertir en bancos. Los seis restantes ministros del grupo (incluido el próximo ex ministro japonés) le han dado un buen tirón de orejas a Geithner por su comparecencia inconcluyente del martes pasado. Según comenta la prensa parece que Geithner ha conseguido recomponer parcialmente su dañada imagen durante el fin de semana ante sus colegas, pero al mercado no le ha demostrado todavía nada.

La segunda conclusión del G7 mira a oriente, en concreto a China. Hasta ahora el grupo siempre terminaba la reunión criticando a China por sujetar su divisa. Son tiempos difíciles y claramente se han mordido la lengua. Este fin de semana el discurso ha cambiado y los poderosos no le piden a China que deje flotar su moneda, sino que dan una palmada en la espalda de aprobación al gobierno por su pronta ejecución de un plan de estímulo fiscal que reactive su demanda interna. El G7 no quiere hacer enfadar a la economía con más reservas del mundo. Todo lo contrario, quieren que sea el gigante ex comunista quién saque al capitalismo de la crisis.

MSCI Asia ex Japan 1994-2009… ya ha caído más que en la crisis del 98

Invertir en consumo e infraestructuras en China es una de las ideas en renta variable que tienen más sentido ante el panorama actual. De hecho, todo el repunte en las commodities de hace un par de semanas viene de la recopilación de inventarios por parte de China. En el mes de enero, el volumen de préstamos concedidos en China alcanzó un record sobre los previos máximos de 2008. Se podría decir que por el momento los 580.000 millones de dólares que ha empezado a gastar China son los únicos que están surtiendo efecto.

Para sacar partido a esta idea elijo una gestora escocesa: First State Investments, que gestiona para Skandia el fondo de bolsa en Asia Pacífico desde 2003 y el de Greater China desde 2006. Son un equipo de 18 gestores basados en Edimburgo, con dos satélites en Hong Kong y Singapur, que llevan gestionando esta área geográfica desde 1988. En el histórico de la estrategia en Asia Pacífico de Fist State baten al índice de referencia en más de cuatro veces, la mejor carta de presentación de la gestora. First State cuenta con unos 15.100 millones de libras bajo gestión en el conjunto de sus mandatos en países emergentes, y solo tienen abierto a nuevos inversores en estos momentos el mandato que tienen con Skandia para Asia Pacífico (Skandia Pacific Equity). China es el motor de la región, pero otros países de la región tienen mucho que ofrecer y diversificar es conveniente, más con lo que está cayendo. Por eso prefiero el Asia Pacific que el Greater China.

El proceso de inversión en el fondo es a 3-5 años, comprando compañías que estén muy baratas a cinco años vista sin necesidad de que el catalizador de la cotización vaya a producirse de forma inmediata. Prefieren comprar compañías con beneficios sostenibles y predecibles, esto hace que el fondo tenga un sesgo hacia el sector consumo defensivo o las tecnológicas, frente a materias primas o sectores más cíclicos. Una de las principales preocupaciones de los gestores a la hora de seleccionar compañías es conocerlas de primera mano. Realizan una media de 2.000 visitas a compañías cada año. Lo más relevante para First State es que el equipo directivo de la compañía y su principal accionista (en muchos casos son empresas familiares) tengan una mentalidad de gestión orientada al retorno al accionista, y no, como ocurre en muchas ocasiones en países emergentes, que la gestión esté al servicio de gobiernos o conglomerados familiares.

La gestora hace stock picking, pero no deja totalmente de lado los temas macro. Por eso en estos momentos tan inciertos nos gusta que el fondo mantenga su cautela. First State estuvo fuera de los sectores más cíclicos de la economía asiática cuando primaba el crecimiento, y ahora están todavía más cautos. Siguen enfocando sus principales posiciones a valores de consumo defensivo, telecos y utilities. Piensan que quizás en unos meses pueda ser momento de incrementar posiciones en sus las pocas apuestas cíclicas que tiene el fondo pero por el momento ni añaden peso en China e India, ni deshacen su apuesta del 10% en minas de oro australianas, prácticamente su única exposición a Australia que sirve de cobertura natural a un posible escenario de estánflación. Merece la pena destacar también un posicionamiento importante en el sector de semiconductores taiwanés, por razones de valoración sumamente atractiva. Los gestores destilan prudencia, y esto es algo que se agradece en renta variable, especialmente en países emergentes, pero buscando oportunidades sí creo que merece la pena echarle un vistazo a Asia de la mano de una gestora prudente y experimentada como la que ofrece el fondo que comercializa Skandia.