Los CTA, en el punto de mira de los gestores de los fondos de pensiones

El Doctor Galen Burghardt, uno de los más reputados y prestigiosos profesionales en el mundo de la gestión de futuros, director de Investigación en Newedge y profesor adjunto de la escuela de negocios de la Universidad de Chicago, autor junto a Brian Walls del libro Managed Futures for Institutional Investors: Analysis and Portfolio Construction, ha publicado un artículo en el que trata el creciente interés de los gestores de fondos de pensiones por los fondos CTA. Este interés se deriva de la situación actual de los fondos de pensiones, de su imperiosa necesidad de buscar alternativas a los mercados tradicionales de renta variable y destinar un mayor porcentaje de su porfolio a inversiones realmente alternativas que aporten retornos positivos y recurrentes. Por numerosas razones, los fondos CTA encajan perfectamente en el modelo que están buscando los gestores de fondos de pensiones y por ello acuden a los foros que organizan Galen Burghardt y Brian Walls, no solamente para preguntar si deben invertir o no en fondos CTA, sino para indagar cuál es el porcentaje idóneo del porfolio que deben invertir en ellos.

Los principales argumentos que tienen que tener en cuenta los gestores de fondos de pensiones para invertir en fondos CTA son tres:

1.- Sus retornos positivos y recurrentes: Se ha escrito mucho sobre la capacidad real de los CTA de generar retornos positivos y recurrentes pero lo realmente cierto es que ésta viene determinada por la diversidad de activos y mercados en los que invierten y su flexibilidad para aprovechar las tendencias que se originan en los mismos; todo ello permite que los fondos CTA se beneficien del cambio de los entornos económicos, es decir, que obtengan retornos positivos en cualquier circunstancia. Los fondos más convencionales sólo obtienen beneficios cuando los mercados de acciones suben.

Estos retornos, obtenidos durante los últimos 20 años, han quedado reflejados en los dos índices de referencia en el sector, el Newedge CTA Index y el Barclay CTA Index, que permiten a los inversores realizar su seguimiento de forma global, por categorías e, incluso, individualmente.

2.- La efectiva descorrelación con los activos tradicionales. Nos referimos a la baja (o, incluso, negativa) correlación de los fondos CTA con los fondos tradicionales de renta variable y renta fija. Su inclusión en los porfolios tradicionales permite reducir la volatilidad y mejorar los retornos pero, en esencia, permite una construcción de porfolios más eficiente y un mayor retorno por unidad de riesgo asumida. A menudo, en las comparativas, nos fijamos solamente en la rentabilidad, sin tener en cuenta el riesgo asumido; en este sentido, es importante advertir que, mediante la diversificación, los CTA consiguen reducir los periodos de pérdidas y, por consiguiente, mejorar su ratio sharpe (que muestra el exceso del rendimiento por unidad de riesgo de una inversión).

Correlación basada en resultados mensuales desde 1990 hasta abril de 2011.

Los resultados históricos de los CTA han demostrado ser un refugio tan seguro como los bonos gubernamentales, característica muy valiosa para los inversores.

Como podemos observar en el gráfico anterior, la rentabilidad obtenida durante el periodo 2000-2011 por los fondos CTA es del 136% mientras que, la de las acciones, es del 9%.

3.- Su estricto control del riesgo permite mantener una volatilidad muy estable. Los CTA han integrado el control de la volatilidad como una parte más del proceso de elaboración de este modelo sistemático y cuantitativo de gestión, y el resultado es evidente ya que, cuando los mercados son muy volátiles, éstos ajustan automáticamente sus posiciones al riesgo definido previamente. Este estricto control del riesgo ha permitido mantener las volatilidades objetivo a pesar de los comportamientos tan extremos que han sufrido los mercados; recordemos, en este sentido, que en plena crisis financiera los mercados de renta variable americana han llegado a alcanzar volatilidades muy altas.

En el gráfico anterior se puede comprobar cómo los gestores de fondos CTA han conseguido mantener la volatilidad estable. Estos tres argumentos, por sí solos, hacen de los CTA unos activos ideales para los gestores de los fondos de pensiones pero en Managed Futures for Institutional Investors: Analysis and Portfolio Construction leemos que, conociendo, además, la estrecha regulación a la que están sujetos, la precisión y transparencia utilizadas en el cálculo del NAV y su alto nivel de liquidez, para los gestores de pensiones, la inversión en los mismos se hace imprescindible.

Concluye el artículo preguntándose qué es lo que no puede gustar de este modelo. Los fondos de pensiones tienen serios problemas con los activos tradicionales y no son capaces de solucionarlos, sus retornos están siendo demasiado bajos, demasiado volátiles y sus períodos de pérdidas demasiado profundos y largos Managed Futures for Institutional Investors: Analysis and Portfolio Construction nos muestra todo lo que necesitan los fondos de pensiones y advierte a los gestores de estos fondos de que pueden suplir esas carencias acudiendo a los CTA. Ahora es el momento para considerarlos muy seriamente. En definitiva, un plan de pensiones es una importante inversión de futuro que nos puede proporcionar la tranquilidad financiera necesaria para afrontar nuestra jubilación. Por ello, no está de más que exijamos a sus gestores que aprovechen todo el potencial que pueden obtener a través de la diversificación en estrategias alternativas, concretamente invirtiendo en fondos CTA. De ellos depende nuestra calidad de vida en el futuro.