Es habitual comenzar el mes de enero con el propósito de anticipar lo que nos deparará el año. No obstante, la experiencia demuestra que esto suele conllevar determinadas presunciones sobre los mercados financieros. Recordemos el caso de enero de 2014: ¿quién habría sospechado que los tipos de interés estadounidenses a diez años, que arrancaron el año en el 3 %, bajarían hasta el 2,2 % doce meses después, una vez que la Fed concluyera la compra de bonos y que la economía estadounidense alcanzara un crecimiento del 5 % en el tercer trimestre? ¿O bien, en el mismo contexto, que el precio del petróleo acumularía una caída del 45 % y que los principales mercados de renta variable sufrirían correcciones del orden del 10 % hasta en tres ocasiones para acabar el año en positivo?
Más vale prevenir que predecir

Foto cedida
Este es un artículo exclusivo para los usuarios registrados de FundsPeople. Si ya estás registrado, accede desde el botón Login. Si aún no tienes cuenta, te invitamos a registrarte y disfrutar de todo el universo que ofrece FundsPeople.