Megatendencias y la reacción del sector financiero

Inigo_Bilbao_Goyoaga_05_2016
Iñigo Bilbao

El mundo está en continua evolución y desde el año 2000 la vida está cambiando incluso más deprisa con la llegada de la era digital. Y esto está permitiendo que ciertos sectores se desarrollen muy rápidamente creando grandes oportunidades de inversión. Ese ha sido el gran éxito de la gestión pasiva. Los índices se han ido adaptando a esa realidad más rápidamente que los gestores activos que les costaba deshacerse de posiciones, acciones y bonos concretos, que se iban quedando por el camino. Esto había ocurrido ya antes, pero la nueva realidad de la revolución tecnológica lo ha sacado a la luz con más claridad.

Me explico. Todo el mundo veía en los noventa por ejemplo en las nuevas tecnologías digitales y en el envejecimiento de la población nuevos negocios a explorar como el desarrollo de los teléfonos móviles, los ordenadores portátiles y sus derivados, la prensa digital o el desarrollo de las medicinas y el sector farmacéutico y también sus derivados. Sin embargo el tiempo nos indica que la movilidad de los índices es a veces más rápida en aceptar estas realidades y seleccionar a las empresas ganadoras que los propios gestores, sacando de los índices las empresas que no se adaptaban a los cambios, e incorporando a esas otras más modernas y preparadas, lo que ha hecho que la gestión pasiva haya sacado la cabeza sobre todo los últimos cinco años cuando ha sido más evidente para todo el mundo.

Hay otro segmento de nuestra industria financiera que se ha dado cuenta de esta situación. Se trata de lo que se ha venido a llamar los roboadvisors o gestión automatizada. Resulta que mezclando la gestión pasiva junto con el asesoramiento automatizado, algunos emprendedores han visto una gran oportunidad de negocio frente al asesoramiento tradicional que tarda más tiempo en ver la realidad en la que nos estamos moviendo que es más rápida de lo que creemos. En el mundo de la banca privada las entidades que antes preparen a sus banqueros para sacar lo mejor de la tecnología junto con el innegable valor añadido humano serán los ganadores. Mucho se habla en las Business Schools de los negocios disruptivos, pero lo único cierto es que los movimientos automáticos en los índices bursátiles (la gestión pasiva), hace que muchos gestores activos vayan siempre un poquito por detrás de los cambios automáticos.

¿Cómo va a poder competir la gestión activa profesional con esta realidad que estamos viviendo? Cada gestor tendrá que sacar sus conclusiones y adaptar sus equipos a lo que está ocurriendo. Me decía un amigo director de inversiones que trabaja en un banco internacional en Madrid, al cual conozco mucho y sé que además de listo y preparado es intuitivo, que él en su equipo estaban utilizando cada vez más los futuros para no quedarse por detrás del mercado, que inevitablemente, después de muchas horas de vuelo ya sabes que te puede vencer.