Nadie quiere al dólar

Dólar
Neonbrand, Unsplash

Todos esperamos que marzo se acabe pronto. Japón ha sufrido uno de las peores calamidades de las últimas décadas. El norte de África y Oriente Medio están en plena ebullición, siendo muy díficil en estos momentos adivinar en qué acabará todo. Además, Europa se enfrenta a una inminente quiebra de Portugal. A todo esto hay que añadir que la falta de acuerdo sobre la intervención en Libia está dejando patente que la des-unión europea no se limita sólamente al plano meramente económico.

En esta tesitura lo normal es que los mercados de monedas estén en estos momentos viviendo uno de sus periodos de mayor volatilidad, acentuando el valor refugio que el dólar ha jugado históricamente en tiempos de incertidumbre.

Sin embargo, las monedas han mantenido estos meses una sorprendente calma, siguiendo la senda iniciada el pasado verano con el marcado pesimismo de los inversores hacia el dólar. Las posiciones cortas de los operadores de FX en la moneda norteamericana están marcando records.

¿Por qué dólar no está jugando su papel de moneda refugio? La lista es larga: la política monetaria seguirá siendo acomodaticia mucho más tiempo que en otros países, el problema de los inmensos déficits, tanto presupuestario como comercial, distará mucho de ser solucionado de una forma seria en un futuro próximo, y la diversificación de los inversores extranjeros fuera del dólar no ha hecho nada más que empezar.

Pero no olvidemos que seguir al consenso puede ser muy peligroso, especialmente en el caso de las monedas. Basta echarle un vistazo al gráfico dólar/euro de los últimos cinco años, donde podemos comprobar los bandazos que han sufrido ambas monedas en espacio de pocas semanas.

Por un lado están los fundamentales que apuntan a una infravaloración del dólar frente a la cesta de las principales monedas. Por otro lado está la relación con el euro, cuya fortaleza es poco sostenible en un entorno en el que Europa está cada vez más pareciendose a un castillo de naipes. Por último está la falta de alternativas: el yen necesita debilitarse para ayudar a su economía, el renminbi está a años luz de jugar un papel serio en los mercados de cambio y el resto de las monedas no tienen la liquidez ni el peso suficiente para hacerle sombra al dólar.

Los desgraciados acontecimientos en Japón retrasarán la recuperación de la economía mundial, postponiendo las eventuales subidas de tipos y poniendo en un contexto más sensato la política monetaria norteamericana. El reciente comportamiento de dólar podría estar cercano a un nuevo punto de inflexión. Ojo, nunca hay que olvidar que las posiciones cortas son especialmente peligrosas cuando alcanzan niveles extremos.