No descartamos una recuperación económica en 2010

Durante los últimos tres meses, hemos visto cómo las perspectivas de la economía mundial se han deteriorado considerablemente, pero al mismo tiempo hemos contemplado cómo los riesgos inflacionistas se han suavizado en gran medida y las expectativas de recortes en los tipos de interés oficiales han aumentado claramente. En nuestra opinión, los factores clave han sido la fuerte caída de los precios del petróleo y otras materias primas desde sus máximos a comienzos de julio y, en el lado negativo, la reaparición de fuertes tensiones en los mercados financieros.

La caída de los precios de las materias primas es, indudablemente, una buena noticia para la economía. El último tramo de la espiral alcista de las materias primas en el primer semestre del año fue especulativo y, como tal, creemos que perjudicó a la economía mundial, ya que socavó el crecimiento y tiró de la inflación al alza con fuerza. A la inversa, cabría dar la bienvenida al parón que se ha traducido en una caída del precio del petróleo desde 140 dólares por barril hasta 70-75 dólares y en una reducción de entre el 30% y el 50% en el precio del grano y varios metales importantes desde los niveles alcanzados a comienzos de julio. Estimamos que la renta real y el gasto de los consumidores deberían aumentar en la mayoría de los países, así como los beneficios de las empresas no petroleras. Además, los bancos centrales podrán abordar un recorte de los tipos de interés oficiales desde una postura más relajada.

La evolución del sector financiero está pesando mucho en la economía, según nuestra opinión. La crisis de confianza en el sector financiero está afectando claramente a la economía real, a pesar de los esfuerzos de las autoridades monetarias para inyectar grandes cantidades de liquidez en el sistema. Los tipos de interés de mercado han subido fuertemente y los diferenciales de rentabilidad de la renta fija privada se han ampliado hasta alcanzar nuevos máximos, mientras que los créditos a entidades no financieras se han endurecido considerablemente.

Nuestra conclusión es que la crisis crediticia se ha agravado y el riesgo de recesión ha aumentado. No obstante, cabe analizar un aspecto independiente, pero relacionado. En todo el mundo, los bancos parecen necesitar capital como resultado de las pérdidas y amortizaciones. Es debido al hundimiento del llamado "sistema bancario paralelo", que hasta ahora permitía a los bancos ganar comisiones manteniendo los activos fuera del balance. La inadecuación del capital es el problema que está siendo abordado actualmente mediante inyecciones públicas de liquidez en los bancos de EE.UU., la zona euro y el Reino Unido.

Además de estas medidas anticrisis, consideramos probable que se abra un largo periodo durante el cual los bancos intentarán mejorar sus estructuras de capital con estrategias tales como el recorte de los dividendos y limitaciones al crecimiento de las carteras de préstamos. Hasta que se complete este proceso, la disponibilidad de crédito será reducida comparada con la de los últimos años. Con esto no descartamos una recuperación de la economía mundial (posiblemente para 2010), pero sí que creemos improbable una recuperación sólida en esa fecha.

Como resultado de ello, nuestras perspectivas para los próximos dos o tres años son notoriamente peores de lo que parecía probable hace tres meses. Esperamos que 2009 sea un año de gran debilidad económica y podría ser el peor desde 1991. Si bien prevemos una recuperación en 2010, es probable que ésta sea bastante leve.