No piense en problemas, piense en soluciones (parte 3)

Firma: cedidas (Robeco).

TRIBUNA de Lucian Peppelenbos, estratega sobre el Clima, y Ana Claver, directora general para Iberia, Latam y US Offshore, Robeco. Comentario patrocinado por Robeco.

Lograr el cero neto en el siglo XXI y mitigar el desastre climático exigen que el sector energético cambie de rumbo. La expansión de las renovables supone un poderoso revulsivo que está permitiendo el desarrollo de tecnologías y soluciones limpias en toda la cadena de valor de la energía. La implantación masiva de la energía solar y eólica ayuda a descarbonizar la generación de electricidad, y las redes eléctricas inteligentes garantizarán que la demanda siempre case con la capacidad de suministro.

Electrificación limpia para una economía mundial de cero emisiones

Las baterías conectadas a las redes y el hidrógeno verde garantizarían que el superávit de electricidad se pueda almacenar para su uso posterior. Además, la electrificación limpia de las actividades con mayor emisión de carbono, como la movilidad de los pasajeros, la logística del transporte y la calefacción de edificios, ya está en marcha y se está acelerando.

El aumento de la electrificación y la demanda de electricidad imponen que la energía generada tenga que ser consumida de forma eficiente. Las tecnologías de próxima generación están ayudando a reducir el consumo de energía de las aplicaciones con elevado consumo y los dispositivos de usuario final de los sectores de edificación, industria, transporte e informática.

Nuestras estrategias Smart Energy y Smart Mobility invierten en toda la cadena de valor de la energía y el transporte limpios, ofreciendo a los inversores exposición diversificada a las megatendencias de la descarbonización y la movilidad sostenible.

La energía se une a la urgencia

La población y la economía precisan de energía. Desgraciadamente, el suministro de energía primaria procede en su mayoría de los hidrocarburos y las emisiones globales de carbono siguen al alza. La emergencia del cambio climático ha impulsado las iniciativas para teñir de «verde» la economía mundial, desencadenando una innovación disruptiva que altera rápidamente el panorama energético.

Los gobiernos de todo el mundo han anunciado nuevas iniciativas de amplio alcance para descarbonizar la totalidad de sus economías. Entre las mismas destacan los compromisos de EE.UU. y China, que finalmente han asumido la aspiración internacional de abordar el cambio climático.

El lugar más prominente de la carrera por la descarbonización lo ocupa la electricidad libre de carbono que proporcionan las renovables. Las proyecciones internas muestran que, para 2050, es probable que la generación de energía solar haya aumentado por un factor de 20, mientras que la generación eólica de fuentes terrestres y marítimas aumentará 10 veces. Eso hará posible que el porcentaje de electricidad como parte del consumo mundial de energía crezca desde el 20% actual a un 50% en 2050. Al mismo tiempo, casi se triplicará la cuota de las renovables en el mix eléctrico.

Electrificación del transporte

La electrificación del sector del transporte ha adquirido una dinámica considerable en los últimos años y seguirá siendo importante en las inversiones relacionadas con la energía. Las ventas de vehículos eléctricos (VE) han tenido un acusado crecimiento en mercados clave como Europa o China, y deberían de mantenerse elevadas. De nuevo, según estimaciones internas, las ventas mundiales de VE en 2021 casi duplicarán a las de 2020, que ya fue un año extraordinario, marcado por un crecimiento interanual del 130 % en Europa y un importante rebote en China a finales de año.

Las inversiones en transporte de las estrategias no se limitan a los productores de VE; también cubren toda la gama de empresas auxiliares del ecosistema de VE que suministran componentes esenciales, como semiconductores de potencia, baterías de almacenamiento, sensores y accionadores, así como la infraestructura de carga de los VE.

Electrificación del parque inmobiliario

El transporte no es el único sector con altas emisiones que la electrificación está transformando; el entorno construido también está en transición. Según la Agencia Internacional de la Energía, las edificaciones y la construcción de edificios suponen en conjunto más de una tercera parte del consumo mundial de energía, y casi el 40 % de las emisiones directas e indirectas de carbono.

En respuesta a unas normas más estrictas y a la perspectiva de rebajar los costes energéticos, la edificación comercial recurre en muchos casos a la electrificación verde con fines de suministro de energía y regulación, desde las bombas de calor y la refrigeración, hasta la iluminación de bajo consumo y los sistemas de gestión de edificios.

Hidrógeno verde: el eslabón perdido

Otros componentes esenciales de la ecuación energética también siguen la tendencia hacia la electrificación. La energía eólica y solar son limpias, pero dependen de la climatología y son intermitentes. Deben crearse soluciones baratas para almacenar temporalmente los superávits de energía generados. En el transporte de pasajeros, las baterías de iones de litio de los VE proporcionan una solución económica para almacenamiento energético, con nuevas mejoras en perspectiva.

Las industrias de mayor tamaño consumen más energía y son más difíciles de electrificar, aunque están surgiendo algunas soluciones limpias. El hidrógeno verde se crea separando el agua en combustible de hidrógeno y oxígeno, al emplear para ello electricidad libre de carbono de origen renovable. Conforme se expanda y sea más económico, este hidrógeno supondrá un elemento esencial para descarbonizar industrias con altas emisiones de carbono, como el transporte a larga distancia (camiones, trenes, barcos y aeronaves) y los sectores industriales (semiconductores, abonos y producción de acero).

Potenciar una cartera de inversión

La descarbonización de la energía va mucho más allá de la producción de paneles solares y turbinas eólicas. Llegar este siglo a las cero emisiones netas requerirá transformar toda la cadena de valor de la energía. Nuestras estrategias Smart Energy y Smart Mobility proporcionan a los inversores exposición diversificada a estas tendencias de inversión a largo plazo que están transformando el sector de la energía y nos acercan a un futuro neutro en carbono.

Los inversores que participan no solo tienen acceso a iniciativas de crecimiento sostenible a largo plazo, también ayudan a prolongar la vida de un planeta que necesita ser rescatado.