TRIBUNA de Stephen Thariyan, responsable de deuda corporativa de Henderson Global Investors.
Parece probable que el plano técnico sea favorable a los mercados europeos de deuda corporativa a medida que nos adentramos en las últimas semanas del año. Aunque las rentabilidades pasadas no son indicativas de rendimientos futuros, en términos estacionales, el periodo que abarca los meses de noviembre, diciembre y enero se suele asociar a buenas rentabilidades en la deuda corporativa. Si unimos esto a las perspectivas de continuidad de una política monetaria tremendamente acomodaticia en la zona del euro y a que los inversores se encuentran en plena búsqueda de rentabilidad, las condiciones técnicas para los bonos europeos con calificación de grado de inversión se perfilan favorables por una serie de motivos:
Se ha superado el obstáculo de las pruebas de solvencia
La revisión de la calidad de los activos y las pruebas de solvencia llevadas a cabo por el Banco Central Europeo (BCE) y la Autoridad Bancaria Europea a finales de octubre concluyeron que 13 bancos precisaban tomar medidas para corregir su déficit de capital. Esta valoración se consideró justa y elimina una preocupación clave para los mercados.
El BCE está ampliando el tamaño de su balance
La debilidad de los datos económicos y una inflación inferior al 1% han llevado al BCE a implantar nuevas políticas monetarias acomodaticias. Además de llevar el tipo de interés de los depósitos mantenidos en el banco central a terreno negativo para fomentar el préstamo bancario, el BCE ha manifestado su deseo de ampliar su balance hasta los niveles registrados a principios de 2012 con vistas a impulsar la oferta monetaria. El gráfico que figura a continuación demuestra que esto requerirá un incremento de alrededor de un billón de euros.
Por el momento, se caminará en aras de tal objetivo combinando el programa de operaciones de financiación a plazo más largo con objetivo específico (TLTRO) con la compra de titulizaciones de activos (ABS) y bonos garantizados. Concretamente en vista de la envergadura del mercado de titulizaciones de activos —que es relativamente pequeño—, se sigue especulando sobre una posible ampliación del programa de compra de activos. El BCE aún no se plantea la compra de deuda pública pero el miembro belga de su Consejo de Gobierno apuntó que también podría estudiarse la adquisición de bonos corporativos con calificación de grado de inversión.