Behavioural Finance en la inversión en fondos

Hace unos meses publiqué un artículo en este Blog titulado “Behavioural Finance para selectores”, donde resumía la psicología de los selectores profesionales a la hora de adquirir o recomendar fondos. En el presente artículo analizaré el behavioural finance de los inversores minoristas (y en ocasiones de los institucionales) a la hora de invertir en fondos. Sin duda, entender el comportamiento de los partícipes de las IICs es una ayuda importante tanto a vendedores como a compradores de fondos.

El behavioural finance de los inversores en fondos se puede resumir en dos aspectos claves.

El primero es que los inversores suelen querer adquirir fondos con buenos comportamientos en el pasado reciente y huyen de aquellos que presentan malos comportamientos durante los últimos periodos (a este sesgo en la selección de fondos lo denominaremos “past performance”).

Al contrario que en otros activos (como las acciones), cuando un fondo sufre caídas en su valor liquidativo, es interpretado por la mayoría de los inversores como una mala gestión o en el mejor de los casos, como mal momento de invertir en el fondo. Por el contrario, cuando el valor liquidativo de un fondo sube, es interpretado por la mayoría de los inversores, como una oportunidad de compra.

El origen de este comportamiento se encuentra en la mezcla entre beta y alfa que existe en la mente de muchos inversores. En la mayoría de los fondos su evolución a corto plazo se ve influida fundamentalmente por la beta o exposición a diferentes mercados y estilos de gestión, mientras que el alfa suele ser reducida.

Los inversores que adquieren fondos con buenos retornos a cortos plazo, normalmente, adquieren IIC cuyo comportamiento es bueno porque han estado expuestas a determinadas inversiones, no por una habilidad especial del gestor, por lo que su sobrerentabilidad respecto a la media de fondos suele no ser sostenible a largo plazo.

Por tanto, el modo de invertir de muchos partícipes de fondos (comprar con buenos retornos y vender cuando existen malos rendimientos) conduce a lo que habitualmente se denomina “ir con el pié cambiado”.

El segundo aspecto clave en el behavioural finance del inversor en fondos es el hecho de que los partícipes se suelen sentir más cómodos adquiriendo un producto cuyos buenos resultados pasados se “justifiquen” mediante el crecimiento o buena evolución de un sector económico, un país o una región (a este sesgo en la selección de fondos lo denominaremos “equity story”).

Un inversor, cuando adquiere un fondo, por ejemplo de renta variable de países emergentes, no sólo busca una buena rentabilidad en el pasado reciente, sino que también quiere argumentos que apoyen que los países en desarrollo pueden seguir siendo una buena oportunidad (por ejemplo por su elevado crecimiento, por sus finanzas saneadas, por su bajo endeudamiento o por sus numerosos recursos naturales).

Con los fondos sectoriales o temáticos sucede algo muy parecido. A los inversores les suelen gustar fondos que inviertan en empresas que se beneficien de sectores en crecimiento o diversas tendencias (como el aumento de población).

Para evitar que el “equity story” se convierta en sólo un argumento de venta es necesario que los gestores de fondos tengan un conocimiento exhaustivo del management empresarial y no sólo sigan modas o tendencias creadas en base a necesidades comerciales. Los gestores de renta variable deben comprar acciones no sólo guiados por la belleza del sector, sino también tener una visión empresarial y estratégica muy sólida.

Como conclusión podemos destacar que no hay nada que incentive más la venta de fondos entre clientes minoristas (e incluso institucionales) como un buen “past performance” mezclado con un adecuado “equity story”. Piensen en los fondos que han conseguido grandes captaciones, seguro que encuentran numerosos ejemplos de esta combinación.