Perspectivas de los fondos monetarios en euros en 2013

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Imagen cedida

Desde que el Banco Central Europeo (BCE) recortara su tipo de depósito del 0,25% al 0% en julio de 2012, los participantes en los mercados monetarios se han mostrado preocupados por la posibilidad de tipos a corto plazo negativos. Como resultado, los tipos a corto plazo fueron más volátiles en la segunda mitad del año y el Eonia registró mínimos históricos (una media del 0,11% frente al 0,36% del primer semestre).

Más de una vez, algunos operadores de los mercados monetarios han reaccionado de forma exagerada a las declaraciones del BCE. El 7 de diciembre de 2012, cuando la entidad afirmó estar lista para implementar tipos de interés negativos, la tasa del swap del Eonia a un año cayó temporalmente hasta el -0,01%, para volver a terreno positivo unos días más tarde tras las aclaraciones de un miembro del Comité Ejecutivo del BCE. Esta tendencia continuó tras la reunión del 10 de enero de 2013, en la que se acordó de forma unánime mantener inalterado el precio del dinero al anticiparse indicios de recuperación para finales de año.

El 31 de enero, tras la amortización anticipada por importe de 137.000 millones de euros del primer tramo de préstamos a tres años en el marco del Programa de Operaciones de Refinanciación a Largo Plazo (LTRO), la tasa del swap del Eonia a un año alcanzó el 0,24%. Ahora, no obstante, ha vuelto al 0,08%, debido al menor ritmo de amortización y a la incertidumbre política en Italia.

Los diferenciales de crédito continúan estrechándose

Los diferenciales mantuvieron su tendencia descendente durante 2012, aunque a tres ritmos diferentes: en el primer trimestre, experimentaron una fuerte caída al implementarse las operaciones LTRO a tres años del BCE; en el segundo, cayeron en menor medida y, a partir de julio, su descenso se aceleró al comenzar a disiparse la incertidumbre reinante en la eurozona desde enero de 2011. A modo de ejemplo, el diferencial medio a un año ofrecido por un banco con calificación A-1/P-1/F1 cayó desde los 158 puntos básicos (pb) a finales de 2011 hasta los 93 pb a finales de marzo de 2012, antes de caer hasta los 36 pb a finales de 2012 y a tan sólo 28 pb en la actualidad.

Más allá de esta tendencia subyacente a la baja, los diferenciales en el universo de inversión son diversos y varían en función de los siguientes criterios: tipo de institución (bancos, grandes empresas o gobiernos); área geográfica (países del núcleo o de la periferia); calificación (emisores A-2/P-2/F2 no elegibles para fondos AAA); vencimiento (superior o inferior a tres meses) y efectos estacionales (mediados o finales/inicios del trimestre).

La importancia de ofrecer soluciones de inversión diferenciadas

La presión sobre los dos principales motores de rentabilidad de los fondos monetarios (los tipos de interés y los diferenciales) en 2012 llevó a muchos inversores a inclinarse por productos con restricciones de inversión flexibles (fondos monetarios en lugar de fondos monetarios a corto plazo, tal como define ESMA, el regulador europeo). Esto contrasta con el enorme apetito de los inversores en 2011 por fondos defensivos (por ejemplo, aquellos que han recibido la calificación AAA de las principales agencias) frente al trasfondo de la crisis de deuda soberana y de sus efectos sobre los bancos de la zona euro.

De cara a 2013, prevemos una continuación de esta tendencia. En lo que sigue siendo un entorno muy volátil, una gestión activa de riesgos del crédito y de tipos de interés, combinada con una estricta gestión de los flujos de efectivo, permitirá a los inversores sacar el máximo partido de las distintas situaciones de mercado y optimizar su gestión de efectivo.