TRIBUNA de Jared Franz, economista, Capital Group. Comentario patrocinado por Capital Group.
En los últimos meses, la economía mundial ha logrado evitar la recesión gracias a la capacidad de resistencia que ha mostrado el consumo, el repunte de los viajes y las actividades de ocio y la reapertura de la economía china tras los cierres decretados a causa de la pandemia. Es probable que esta situación cambie en la segunda mitad del año, ya que el impacto de los elevados tipos de interés, la inflación y la crisis del sector bancario podría llevar al mundo a una leve recesión.
En mi opinión, el crecimiento de la economía mundial va camino de caer en torno al 1% anual. Tras esta caída se prevé un fuerte crecimiento en 2024, impulsado por la solidez del consumo y el posible recorte de tipos de interés en Estados Unidos y Europa. Numerosos indicadores económicos apuntan ya a una recesión en Estados Unidos. Uno de ellos es la inversión de la curva de tipos, que se produce cuando el rendimiento de los títulos del Tesoro estadounidense a corto plazo es superior al de los títulos a largo plazo, lo que indica que los inversores prevén dificultades económicas.
La inversión de la curva de tipos ha precedido a menudo a las recesiones
La inversión actual de la curva de tipos es la más acusada desde la década de 1980. De todos los indicadores de recesión, este ha sido siempre el más preciso. Según las previsiones de Capital Strategy Research, el equipo de análisis macroeconómico de Capital Group, en lo que respecta a las principales economías del mundo, Estados Unidos podría caer un 1%, Europa se mantendría estable o registraría un crecimiento ligeramente negativo, y China podría crecer entre el 2% y el 3%. Estas previsiones se sitúan ligeramente por debajo de las de consenso, lo que se debe, en gran medida, a la opinión de que la inflación podría mantenerse en niveles superiores a lo esperado.
Aunque no lo notemos cuando vamos al supermercado, la inflación mantiene una tendencia bajista en Estados Unidos, Europa y muchos otros mercados, lo que se debe principalmente a la caída de los precios de la energía, la reducción de los problemas de suministro y las agresivas subidas de tipos de interés que han puesto en marcha los bancos centrales. Los sectores más sensibles a los tipos de interés ya están notando los efectos, como es el caso del sector inmobiliario, donde se están registrando caídas de los precios de la vivienda en algunos mercados.
La inflación es hoy menos acusada, pero se mantiene en niveles elevados
Las subidas de tipos de interés que se pusieron en marcha para combatir la inflación también han desencadenado una crisis en el sector bancario. La fuerte venta masiva que registró el año pasado el mercado de renta fija afectó a las carteras de numerosos bancos regionales, lo que contribuyó al colapso de Silicon Valley Bank y Signature Bank. En Europa, el efecto contagio afectó también a Credit Suisse, que estuvo a punto de quebrar antes de que UBS accediera a comprar la entidad por más de 3.000 millones de dólares.
El próximo en caer podría ser el sector inmobiliario comercial. La tasa de oficinas disponibles está aumentando a medida que más compañías optan por modelos de negocio de trabajo remoto. Al mismo tiempo, cada vez resulta más difícil refinanciar préstamos inmobiliarios comerciales que se suscribieron cuando los tipos de interés eran mucho más bajos, lo que podría convertirse en una amenaza creciente para los bancos con gran exposición a este tipo de préstamos.
Perspectivas de tipos de interés
Ante el aumento de los riesgos, las perspectivas de tipos de interés han cambiado de forma drástica desde principios de marzo, cuando se inició la crisis bancaria. Tal y como muestra el gráfico, los inversores han reducido sus expectativas en relación con el ritmo y la magnitud de las subidas de tipos por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos, lo que se debe principalmente al endurecimiento de las condiciones de crédito que ha provocado la inestabilidad del sector bancario.
Sabíamos que esta campaña de endurecimiento monetario, una de las más agresivas de la historia, tendría consecuencias. La inestabilidad que están registrando los mercados financieros apunta a una nueva etapa que puede ser muy complicada para la Reserva Federal. Ha dejado al descubierto algunas de las vulnerabilidades del sistema bancario, por lo que podríamos estar acercándonos ya al final del ciclo de subidas de tipos de interés. El Banco Central Europeo también ha ralentizado su campaña de subidas de tipos de interés. En su reunión del 4 de mayo subió los tipos en solo 25 puntos básicos, frente a las subidas previas de 50 puntos. Por el momento, la entidad no ha señalado su intención de interrumpir el ciclo, ya que la inflación es notablemente más elevada en Europa que en Estados Unidos.
Los inversores prevén recortes de tipos de interés en los próximos meses
Incluso en Estados Unidos, el aumento de los precios al consumo está muy por encima del objetivo del 2% fijado por la Reserva Federal. Y cada vez son más los indicios que apuntan a que la inflación podría mantenerse entre el 4% y el 5% durante más tiempo del que los bancos centrales pensaron en un primer momento. El 26 de mayo, el gobierno estadounidense señaló que la inflación subyacente había subido en abril un 4,7% en términos interanuales, frente al aumento del 4,6% registrado el mes anterior.
De cara al futuro, nos planteamos una pregunta importante: ¿estarán dispuestos la Reserva Federal y otros bancos centrales a dejar que la inflación se descontrole durante algún tiempo? ¿O decidirán que es más importante el control de los precios manteniendo unos tipos de interés superiores a las expectativas del mercado? Es un momento complicado para los bancos centrales, no les envidio en absoluto. En mi opinión, la Reserva Federal va a interrumpir su campaña de subida de tipos para evaluar el daño que ha provocado la crisis bancaria, y podría incluso comenzar a recortar los tipos hacia final de año.