Pobres ricos

Pobres ricos

Miguel de Juan Fernández- A bordo del ARGOS 2 Mayo 2014

(Y con perdón, porque más pobres son los pobres; en el sentido de más merecedores de compadecer sus penurias)

Hace años hablando con una clienta de banca privada (a.A.C. ….antes del Argos Capital) me decía que era muy injusto porque los ricos siempre ganaban, en el sentido de que siempre iban a salir favorecidos frente a los “pobres”. Yo le intenté explicar que no era así y de hecho le mostré las rentabilidades que acababan de publicarse de las dos conocidas sicav gestionadas por BBVA y Santander de Amancio Ortega,…eran muy mediocres.

Los “ricos” tienen un problema: todos les buscan, todos quieren que sean sus clientes, todos quieren convencerles de lo bien que les van a tratar (hasta que hay un conflicto en el que peligra la entidad y entonces al rico,…que le zurzan) y, por supuesto de cuánta rentabilidad van a lograr con ellos que para eso son unos estupendos profesionales (no hay más que ver los gemelos, la corbata Hermés y la gomina,…por poner una serie de “pruebas”; otras pruebas son que “nuestra entidad ha sido elegida como la mejor por….” y que “ tengo el título de asesoramiento financiero”, y tal y tal- que diría Jesús Gil).

En ese esfuerzo comercial por captar al rico, éstos se encuentran en la tesitura de que generalmente son ricos no por invertir su patrimonio financiero, sino generalmente por sus empresas o actividades profesionales o herencias (en este sentido Warren Buffett ha sido el único que ha llegado al top de los mega ricos únicamente por saber invertir y gestionar patrimonios). Ello les supone tener enfrente a profesionales del asesoramiento (que no de la inversión) cuyos conocimientos específicos sobre las alternativas y opciones de invertir ese patrimonio es muy superior al de sus clientes (más o menos como cuando yo voy a un médico: cualquier cosa que me diga me la creeré a pies juntillas porque no entiendo ni jota). En ese sentido, los ricos ….están vendidos.

Teniendo en cuenta que el sector financiero está trufado de productos, estrategias y conceptos cuanto menos “prescindibles”, es fácil que entre los intereses de unos y los de otros (y lo que a todos nos gusta una buena adulación), terminen cayendo en cualquier berenjenal que a la entidad financiera le resulte rentable.

Hay productos en los que sólo los ricos pueden caer rendidos y generalmente son productos que suponen altos mínimos de inversión, cierto grado de complejidad financiera (cuanto más complejo sea mejor, porque así no hay quien lo entienda) y, por tanto, exclusividad y grandes comisiones a pagar- las conozcan o no. En este caso pienso – y posiblemente me equivoque- que los engañados no son sólo los clientes ricos, sino también un gran número de asesores financieros/ banqueros privados. (Y permitidme hacer el guiño semántico de….”privados de la posibilidad de hacer bien aquello para lo que tienen conocimientos de sobra”).

Estos profesionales tienen los conocimientos necesarios para no necesitar apoyo de ningún departamento centralizado de productos; ellos tienen capacidad de sobra para diseñar cualquier estrategia de inversión que favorezca al patrimonio de sus clientes y, seguramente, de forma más prudente que la que en ocasiones se ven forzados a realizar por la presión de “o cumples objetivos o te largas”.

Pero por supuesto los que ponen el dinero y la confianza son los ricos, a los que es fácil engatusarles con productos casi esotéricos en los que, envueltos en mucha exclusividad y sofisticación, les proponen conseguir- casi sin esfuerzo y sin incrementar el riesgo (algún día hablaremos del riesgo)- la rentabilidad de su cartera,…¿no era eso lo que les habíamos ofrecido para captarles como clientes? El problema es que ellos se lo creen; quiero decir que se creen que se pueden conseguir esas cosas con productos de gestión alternativa, inversión en real estate, private equity y otros activos “descorrelacionados”,…lo que no se les cuenta es que pasan a correlacionarse con una facilidad pasmosa cuando vienen los problemas- que siempre vendrán- como hemos visto en los años duros de la crisis del 2008-09. Lo que no se les cuenta es que con algo menos sofisticado, y más barato, como un fondo indexado o un ETF podrían conseguir mayores rentabilidades que con otras estrategias que se les proponen. Lo que no se les cuenta es que con inversiones más sencillas serán capaces de conseguir buenas rentabilidades e incrementar sus patrimonios sin verse involucrados en escándalos tipo Maddoff u otros.

Y tampoco es mucho consuelo el que los ricos tengan sus propios asesores personales, sean EAFIs o Family Offices ya que en muchas ocasiones estos profesionales- que al menos su nivel de independencia es muy superior- están igual de enamorados de estas alternativas sofisticadas, complejas, exclusivas y caras; convencidos de la nomenclatura pseudo científica que tan cara resulta al mundo académico y que tantos problemas causa en la práctica real de la inversión.

El resumen final es que los ricos tienen a su alcance muchas posibilidades de inversión y, seguramente, mejores condiciones de contratación dado el volumen que pueden invertir, …pero en ningún caso eso les supone ninguna garantía de éxito en sus inversiones y, en cambio, les promete seguir estando involucrado en algunos escándalos exclusivos para ellos. Harían mejor conociendo realmente los problemas que existen en el sector financiero, las falacias que se nos venden y el lenguaje con el que nos pueden liar, evitando las tonterías de la “gran banca privada” y siendo humildes en sus objetivos, …de esa forma los conseguirán (y más aún) y les irá muy bien.

Un abrazo a todos y hasta el próximo artículo.

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