La propuesta de la UE, parte del Retail Investment Strategy, busca involucrar a más ciudadanos en los mercados de capitales mediante mayor transparencia, restricciones sobre comisiones y la introducción de KID digitales.
COLABORACIÓN de Mike Delano, Asset & Wealth Management Leader en PwC Luxembourg.
En noviembre, el plan de la UE para una mayor integración de los mercados de capitales recibió un suave relanzamiento con un nuevo Comisario y un nuevo nombre: Unión de Ahorros e Inversiones (UIA). Parte de este plan consiste en conseguir que los ciudadanos de a pie (o inversores minoristas), de los que sólo el 17% de sus activos están en renta variable, se comprometan más a invertir en los mercados de capitales, al estilo de Estados Unidos. Esta Estrategia de Inversión Minorista (RIS) va camino de convertirse en ley (o directiva en la jerga de la UE).
Conseguir que más gente invierta debería, en teoría, hacer celebrar a los gestores de activos, ya que significa más clientes y más capital para invertir. La realidad, sin embargo, no está tan clara. Se teme que las directivas propuestas ahuyenten a los nuevos inversores e introduzcan nuevos y elevados costes de cumplimiento. Los gestores de activos deberían preguntarse qué deben esperar y para qué deben prepararse.
¿Qué es la RIS?
La RIS pretende abordar cuatro obstáculos percibidos a la participación de los pequeños inversores en los mercados de capitales: (1) acceso a información fiable y clara, (2) escasa confianza en los mercados de capitales y las finanzas, (3) comisiones desproporcionadamente elevadas, y (4) comercialización engañosa. En mayo, la Comisión propuso hacer frente a estos obstáculos mediante un reglamento sobre los productos pre empaquetados de inversión minorista y de seguros (PRIIPS). También propuso una directiva ómnibus que modifica diversos aspectos de directivas anteriores, entre ellas la Directiva sobre UCITS y la Directiva sobre gestores de fondos de inversión alternativos (AIFMD).
El Reglamento sobre PRIIP propone actualizar las normas relativas a los documentos de datos fundamentales (KID). Exigirá que se divulgue información más detallada, por ejemplo, sobre costes y riesgos. Además, todos los documentos de datos fundamentales podrán consultarse fácilmente en formato digital.
La directiva ómnibus propone una serie de cambios. Pero, sobre todo, introduciría requisitos de evaluación comparativa y posibles restricciones al tipo de comisiones que pueden cobrar los gestores de activos. Los fondos se evaluarán en función de la relación calidad-precio (value-for-money), comparándolos con una referencia elaborada por ESMA sobre la rentabilidad de sus productos. Los productos que se desvíen significativamente del punto de referencia deberán ser justificados por el vendedor. Además, estas referencias se harían públicas, lo que permitiría comparar productos similares. El reglamento podría prohibir o restringir los honorarios de inducción, es decir, los basados en comisiones por asesorar sobre un determinado producto o fondo. Se prevé que estos cambios aumenten la confianza de los inversores y reduzcan las comisiones excesivas.
Las propuestas de la Comisión han sido revisadas tanto por el Consejo Europeo como por el Parlamento. Desde enero, las tres instituciones participan en un diálogo tripartito interinstitucional para acordar los textos definitivos.
Un paso adelante, dos atrás
El sector financiero, sin embargo, no se muestra tan confiado. En una declaración conjunta de EFAMA, la EBF, Insurance Europe y muchas otras asociaciones del sector, se aplaude la teoría de los RIS, pero se critica la práctica. Según ellos, "En su estado actual, los RIS no alcanzarán su objetivo inicial de aumentar la participación minorista en los mercados europeos de capitales". Tanguy van de Werve, director general de EFAMA, se muestra igualmente escéptico ante el hecho de que los responsables políticos se centren en las comisiones. Afirma estar convencido al 200% de que no son el principal obstáculo para la inversión minorista. Thomas Richter, director ejecutivo de la asociación alemana del sector de fondos, se muestra aún más mordaz. En su opinión, "estamos aplicando y aprobando a sabiendas una normativa que sabemos que no es adecuada para el fin perseguido".
El consorcio de asociaciones del sector instó a los responsables políticos europeos a replantearse el RIS en torno a tres ejes:
- Hay que reducir la burocracia y los requisitos de información, no aumentarlos.
- Hay que agilizar el proceso de venta a los consumidores y reducir las barreras de entrada.
- Aunque la transparencia y la divulgación son importantes, debe evitarse la sobrecarga de información técnica para el consumidor.
El mejor momento para prepararse era ayer
Independientemente de lo que quiera, el sector de la gestión de activos tiene que empezar a prepararse para lo que pueda conseguir. Ya se pueden hacer preparativos para adaptar los KID a los nuevos requisitos de información y reasignar presupuestos en previsión de mayores costes de cumplimiento.
Los fondos existentes ya pueden compararse con otros productos similares para comprobar su rentabilidad a la luz de los posibles nuevos requisitos de evaluación comparativa. Los fondos y las sociedades de gestión que recurren a incentivos deben estudiar urgentemente cómo modificar sus estructuras de precios para adaptarlas a las restricciones impuestas a este tipo de comisiones.
La revisión del statu quo también debe verse como un momento oportuno para innovar nuevos productos, especialmente para atraer a los inversores europeos más jóvenes, ávidos de productos fintech elegantes y de fácil acceso.
Los gestores de activos deberían fijarse en los pioneros en este ámbito en Europa, como la aplicación financiera Birdwingo, al estilo de Duolingo, o lemon.markets, una API con sede en Berlín para plataformas de inversión.
Dicho esto, hay que tener en cuenta que todos los aspectos de las propuestas RIS están sujetos a cambios durante el proceso de diálogo a tres bandas. Las posiciones negociadoras tanto del Parlamento como del Consejo son públicas y ambos han pedido que se diluya o elimine la prohibición propuesta de los incentivos. Ambos también desean cambiar la obligatoriedad de los índices de referencia de la relación calidad-precio por la supervisión. Esto contribuiría en cierta medida a abordar las preocupaciones del sector. Las negociaciones también llevarán tiempo. Se espera que concluyan como muy pronto este verano, momento en el que podríamos esperar hasta 2026 para que se vote el texto final.
No obstante, por el momento, hay información más que suficiente para que los gestores de activos que se preparen se adelanten. Los que no lo hagan se quedarán rezagados.