El última día del año 2011, el Boletín Oficial del Estado nos sorprendía con un conjunto de medidas urgentes, las primeras del nuevo gobierno, que se contienen en el Real Decreto Ley 20/2011. Esta norma, entre otros cosas, contiene un paquete de medidas fiscales que incrementa considerablemente la presión fiscal en sede personas físicas (IRPF), tanto por lo referido a sus rentas ordinarias o recurrentes (las que se integran en la base general), como las que de forma no recurrente derivan de determinados elementos patrimoniales (la base imponible del ahorro). A esta última vamos a dedicar estas reflexiones y a analizar cómo la reforma introducida por vía de urgencia ha roto el status quo que en el mundo de la fiscalidad de los productos financieros se había impuesto desde la primera reforma fiscal global que hiciera otro gobierno del Partido Popular en el año 1998. Y, por supuesto, intentaremos concluir cómo afecta todo ello a las Instituciones de Inversión Colectiva.
RDL 20/2011: Una nueva victoria de la industria de IIC

Joel Filipe (Unsplash)
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