Recuperación sí, pero no será un camino de rosas

Tribuna de Natalia Aguirre Vergara, directora de Análisis y Estrategia de Renta 4.

Las noticias en los últimos meses han ido a mejor. Entre ellas, la más destacable es que la economía europea en general, y la española en particular, dejan atrás la recesión. Por primera vez en años, todas las economías del G-4 crecen a la vez: Europa, Estados Unidos, Japón y Reino Unido. Es cierto que los emergentes desaceleran su ritmo de avance, aunque es una desaceleración compatible con el cambio en su modelo de crecimiento (desde demanda externa a demanda interna) y sus fundamentales siguen siendo, en términos generales, sólidos (bajos déficit y deuda pública, elevadas reservas). Lo cual no quita que los flujos financieros sigan saliendo de estas economías ante un cambio en el sesgo de la política monetaria americana y puedan llegar a tener un impacto más serio en la economía real.

Pero, centrándonos en España, hay que destacar que la percepción de los inversores internacionales hacia nuestro país ha mejorado de forma sustancial, tal y como pone de relieve la reducción de la prima de riesgo a mínimos de 26 meses. Y esta mejora responde a diversos factores que ya se venían dibujando en los últimos meses, entre ellos el buen comportamiento de nuestras exportaciones (impulsadas por la mejora de la competitividad) y los avances en diversas reformas estructurales, incluida la reestructuración y recapitalización progresiva de nuestro sistema financiero. Un sistema que vuelve a despertar el apetito de los inversores internacionales, tal y como han puesto de manifiesto los últimos movimientos en el sector, con entrada de fondos extranjeros en el capital de bancos españoles (Banco Sabadell, EVO Bank...).

Esta mejora de percepción macroeconómica en Europa, sobre todo en periféricos, junto con una mayor tranquilidad en Siria (a la espera del resultado de la vía diplomática) y la creencia de que la FED retirará sus estímulos monetarios de forma muy gradual, han llevado a los índices bursátiles a nuevos máximos anuales. Sin embargo, la recuperación a la que hacemos referencia no será un camino de rosas. Varios son los factores de riesgo potencial: un nuevo tensionamiento de la situación en Siria, un repunte mayor de lo deseado en las TIRes por una retirada del QE de la FED demasiado rápido, que la recuperación europea y española sea más frágil de lo descontado, nuevos rescates en Grecia y Portugal, ruptura del gobierno de coalición en Italia, limitaciones al OMT por parte del Tribunal Constitucional alemán, nuevas necesidades de financiación de la banca europea tras la elaboración de un nuevo test de estrés en 2014...

En fin, con esta enumeración simplemente queremos dejar de manifiesto que todavía quedan muchos frentes abiertos que, en caso de concretarse, podrían propiciar cierta corrección en unas bolsas que pueden estar pecando de cierto exceso de complacencia en el corto plazo, con revalorizaciones en el año superiores al 10% en Europa y cercanas al 20% en Estados Unidos. En caso de confirmarse estas correcciones, aprovecharíamos para tomar posiciones, apostando por que la recuperación económica global y de los beneficios empresariales vaya cobrando vigor en los próximos trimestres y sean el motor de un nuevo tramo al alza en la renta variable. Vemos mayor potencial en la Bolsa Europea, al apreciar mayor recorrido en la recuperación económica y de los beneficios empresariales frente a Estados Unidos, una recuperación que irá apoyando la progresiva vuelta de los fondos que han abandonado Europa desde que se inició la crisis.

Autor de la imagen: SondeBueu, Flickr, Creative Commons