Rentismo 2.0

000Rafael_Casellas
Cedida

Si hay algo que realmente atrae a una gran mayoría de los inversores de este país son los activos que generan rentas. Inmuebles o productos financieros de perfil conservador han absorbido gran parte de la riqueza generada en los últimos años. Y a sus propietarios no les ha ido nada mal, la verdad. Salvo excepciones muy recientes como las preferentes o pisos con inquilinos subprime que no pagan, el vivir de rentas era el objetivo más deseado por los inversores. El capital se revalorizaba sin límite o, en el peor de los casos, nunca se perdía y tenía, además, total liquidez en el mercado. Pero esto se acabó. El viejo “rentismo” da paso al nuevo “rentismo” o, si me permiten, al “rentismo 2.0”, una nueva forma de vivir de rentas.

Les dibujo el perfil de rentista formado en la escuela del viejo “rentismo”: edad superior a los 60 años, comprador de depósitos con tipos superiores al 4% y propietario de inmuebles con rentabilidades por alquiler superiores al 7%. Su percepción del riesgo en estas inversiones era nula. Sin embargo, para estos inversores, colocar el dinero en fondos de inversión o acciones para lograr esos mismos rendimientos o superarlos, hoy, con su experiencia pasada, les suena a artificial y fuera de su control. Lógicamente también, con elevado riesgo a su modo de ver. Bien, en primer lugar, habría que recordarles que, hará poco más de dos años invertir en depósitos de algunos bancos y cajas, tenía igualmente un elevado riesgo. Segundo, la fuerte corrección del ladrillo, el incremento de los costes de mantenimiento de los inmuebles y de los impuestos así como el impago en las cuotas de muchos inquilinos, han convertido a los pisos, locales o naves en activos de riesgo. De hecho, el que siempre han tenido y no se percibía.

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