Repensar los datos: empoderamiento digital

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Firma: cedida (BMO Global AM).

TRIBUNA de Harry Waight, analista del equipo de Renta Variable Global, BMO Global AM. Comentario patrocinado por BMO Global Asset Management.

A día de hoy, nuestro recurso más valioso es, probablemente, uno que ni siquiera podemos tocar: nuestros datos. Las empresas especializadas en recopilar, transferir, almacenar, analizar y explotar los datos cuentan con una auténtica mina de oro digital.

Además, a diferencia de lo que ocurre con la mayoría de los recursos físicos, no existe un límite teórico para el volumen de datos. Las personas dependemos cada vez más de los dispositivos tecnológicos; cualquier teléfono móvil moderno procesa instrucciones miles de veces más rápido que los ordenadores que llevaron al hombre a la Luna, y eso requiere tantos datos como los que genera.

En un futuro no tan lejano, las máquinas, los electrodomésticos, los coches autónomos e incluso los semáforos podrían estar interconectados y comunicarse entre ellos, lo que generaría enormes cantidades de datos. Se estima que cada día se crean dos exabytes de datos, lo que equivale a dos trillones de bytes (un dos seguido de 18 ceros), y el 90% de los datos mundiales se ha creado en los últimos dos años.

Pero no solo generan datos los humanos. De hecho, los datos generados por máquinas supusieron el 40% del volumen de internet en 2020. Mientras que en la inteligencia artificial (IA) el código informático lo escriben humanos, en el aprendizaje profundo (deep learning o DL) el código lo escriben las propias máquinas. El aprendizaje profundo está dando paso a la siguiente generación de plataformas informáticas, como ordenadores con los que se puede hablar, coches que conducen solos o aplicaciones como TikTok, que usa deep learning para hacer recomendaciones de vídeos.

Sin embargo, estos datos no sirven de nada si no hay alguien o algo capaz de capturarlos, organizarlos y explotarlos para beneficio de las personas. Wolters Kluwer es una empresa de software que desarrolla soluciones orientadas a ayudar a sus clientes a entender sus datos, proporcionándoles la información adecuada, presentada de la forma correcta, en el momento oportuno y en el punto de máximo impacto. Esto resulta particularmente evidente en un sector como el sanitario, donde su solución específica UpToDate pone al alcance de los médicos las investigaciones y los datos científicos más recientes para obtener los mejores resultados.

Accenture también trabaja con sus clientes para cribar datos, identificar información valiosa y ayudarles a aprovecharla. Por ejemplo, han trabajado con una multinacional de comida rápida para que su banco de datos permita ofrecer experiencias más personalizadas a un mayor número de clientes. Tras analizar más de 300.000 millones de líneas de datos, Accenture pudo generar modelos predictivos que le proporcionan a la cadena de restaurantes información en tiempo real sobre la mejor forma de llegar a sus clientes.

Los microchips o semiconductores forman la base de la tecnología que facilita estas tendencias, gracias a su capacidad para almacenar memoria. La taiwanesa TSMC es la fabricante de chips más grande del mundo y su cuota de mercado aumenta de forma considerable cuando más avanzada sea la generación de semiconductores. TSMC está a la vanguardia de la innovación en el desarrollo de chips más pequeños, rápidos y potentes, y su excelencia en la fabricación los ha convertido en proveedor preferente de grandes empresas tecnológicas como Apple o Qualcomm.

Por otra parte, con el crecimiento exponencial de la recopilación y el uso de datos, los centros de datos han ganado una relevancia crucial en este ámbito: la infraestructura de servidores, equipos de almacenamiento, copias de seguridad y refrigeración de los centros de datos requiere una cantidad de electricidad que equivale aproximadamente al 1% del consumo mundial de electricidad en 2018. Eso supera el consumo energético de muchos países y genera tantas emisiones de CO2 como todo el transporte aéreo comercial.

Son cifras preocupantes, pero hay que tener en cuenta que, mientras que la potencia de procesamiento de los centros de datos se multiplicó por seis entre 2010 y 2018, su consumo energético solo aumentó un 6%. La generación y el uso de datos seguirá creciendo en el futuro, pero la relación con el consumo energético no es lineal debido a varios factores importantes:

  • Los procesadores son ahora más eficientes, han reducido su consumo energético en modo inactivo e incrementado la densidad de las unidades de almacenamiento.
  • La transición hacia la informática en la nube depende de centros de datos a hiperescala (como los que gestionan Amazon Web Services, Google o Facebook) que incorporan tecnología de última generación para reducir el consumo energético.
  • La inteligencia artificial permite reducir el consumo energético de los procesos de refrigeración. Por ejemplo, el sistema de inteligencia artificial de Google, DeepMind, logró reducir en un 40% el consumo energético de la refrigeración de los centros de datos de Google en 2016.
  • La ubicación de los centros de datos en regiones frías reduce el consumo de energía. Se rumorea que Microsoft está experimentando con tecnologías innovadoras que permitirían instalar centros de datos en el lecho marino.

Se extiende el uso de energía renovable para suministrar electricidad a los centros de datos. En 2019, Facebook, Google, Microsoft y Amazon se contaron entre los diez principales compradores de energía renovable en Estados Unidos.