Retos de la depositaría: del capital riesgo a la inteligencia artificial

Juan Jose Fortun Bestinver
Fuente: Cedida (Bestinver)

COLABORACIÓN de Juan José Fortún, director de Operaciones de Bestinver.

Los servicios que los bancos depositarios prestan a las gestoras de fondos de inversión son absolutamente críticos para su actividad y el éxito de sus negocios. Dependiendo del tamaño y de las capacidades de cada gestora, el alcance de los servicios contratados puede ser más o menos amplio. Desde aquellos esenciales y obligatorios en aras de la protección de los partícipes, como son la custodia de los valores y del efectivo o el control y supervisión de su actividad. También otros adicionales asociados a la externalización de procesos de middle office e incluso de medición de riesgos y performance. Además, gestión de la liquidez, operativa de divisa, etc. En cualquier caso, sigue siendo alrededor de sus servicios core donde, en mi opinión, se concentran sus principales retos a corto y medio plazo.

El auge del capital riesgo y las inversiones alternativas; el acortamiento de los ciclos de liquidación en los mercados de renta variable y fija; o el imparable avance de la digitalización y de las nuevas tecnologías son factores determinantes. Estos profundizarán aún más en la necesidad que tienen las entidades depositarias de mejorar su plataforma tecnológica. Así podrán proporcionar a las gestoras unos datos de calidad y disponibles de manera rápida y segura. De esta manera, podrán convertirse realmente en un socio de negocio. Y no solo en un proveedor de servicios con el que estamos obligados a convivir. 

Pero la mejor tecnología no es suficiente sin un buen equipo de personas que gestione la relación con el cliente de manera cercana y flexible. Todo esto se logra a través de un entendimiento profundo de sus necesidades y procesos de negocio. Todo ello, además, en un entorno general de reducción de costes para los inversores. Esto afecta a los márgenes de toda la cadena de valor de la industria de fondos de inversión. Ese es el gran reto para los depositarios: invertir en tecnología y lograr economías de escala. Sin embargo, sin perder el grado de personalización y adaptación que requieren sus clientes. 

Custodia de valores y control de efectivo

Los procesos de custodia de valores para los activos tradicionales, como las acciones o los bonos, de las principales entidades son muy robustos y presentan un grado muy alto de automatización. Ante el auge del capital riesgo y de las inversiones alternativas ilíquidas en activos no custodiables, los depositarios se han visto obligados a reforzar sus equipos y procesos. Esto es necesario para hacer frente a unas funciones en la práctica muy diferentes a las tradicionales debido a la naturaleza de estos activos. Para estos, las tareas de registro y verificación de la propiedad en los procesos de adquisición pueden resultar en ocasiones muy complejas. En el ámbito del control de efectivo, los ciclos de liquidación en los mercados de renta variable y renta fija siguen acortándose. En EE.UU. y otros mercados americanos ya se ha pasado de T+2 a T+1. Se espera que ocurra lo mismo en 2027 en los mercados europeos.

Administración de fondos

Los servicios de administración de fondos (relacionados con la contabilidad, el cálculo del valor liquidativo y el reporting regulatorio y financiero) han estado históricamente infradotados por parte de los depositarios debido principalmente a sus reducidos márgenes. Las gestoras demandamos unos servicios de calidad que cubran de manera eficiente la valoración y el reporting de instrumentos financieros y fondos que pueden ser en algunos casos complejos, y que requieren sistemas y procesos de gestión avanzados y en constante evolución. 

Tokenización, IA, ciberseguridad, DORA....

La digitalización y las nuevas tecnologías impactarán sobre los servicios que prestan los depositarios. La tokenización de activos a través de la blockchain ya está empezando a aplicarse en fondos piloto en la parte del pasivo, y puede acabar transformando la distribución de fondos. La IA supone un antes y un después en el rol que pueden jugar los depositarios como proveedores de datos de calidad que las gestoras puedan explotar para añadir valor a sus negocios y a los productos y servicios que ofrecen. La digitalización también supone un reto desde el punto de vista de la ciberseguridad y de las regulaciones relacionadas, como DORA.