TRIBUNA de Sefian Kasem, global head of ETF & Indexing Investments Specialists, y Marta Bretones Benavides, head ETF & Index Funds, HSBC AM. Comentario patrocinado por HSBC Asset Management.
La decisión de la Fed de recortar los tipos 50 puntos básicos, justificada por las revisiones de sus expectativas sobre el mercado laboral, la economía y la inflación, muestra su dinamismo, su voluntad y su capacidad para pasar rápidamente de centrarse en la inflación dentro de su mandato dual (la búsqueda del pleno empleo y precios estables) al mercado laboral.
Sin embargo, este dinamismo conlleva riesgos para los inversores que estén acostumbrados a tipos de interés anclados en niveles más bajos y a unas expectativas gestionadas cuidadosamente mediante su forward guidance. Esta herramienta de previsión, introducida por primera vez por los bancos centrales a principios de la década de 2000, se convirtió en una parte importante de muchas otras que aplicaron después de la crisis financiera mundial (CFM) en 2008.
Para poder fijar los tipos de interés a un nivel próximo a cero en muchas partes del mundo desarrollado, los bancos centrales utilizaron el forward guidance para influir explícitamente en las expectativas del mercado sobre la trayectoria de los tipos de interés, lo que produjo el convencimiento generalizado de que los tipos serían 'más bajos durante más tiempo'. Sin embargo, las gigantescas medidas de estímulo monetario y fiscal adoptadas en todo el mundo en plena crisis de COVID dieron lugar a un repunte de la inflación mundial, lo que alteró el discurso y llevó a un repentino giro hawkish de la Fed y a uno de los ciclos de endurecimiento más rápidos vistos en el período posterior a la Segunda Guerra Mundial.
Ahora bien, cuando las presiones inflacionistas remitieron y la economía estadounidense se enfrió, la Fed volvió a dar un giro en su política monetaria. Pero, ¿esto significa necesariamente que volveremos a un período de tipos 'más bajos durante más tiempo', a una relajación monetaria no convencional y a una gestión de expectativas matizada, como el forward guidance? La respuesta a esta pregunta tiene profundas implicaciones para los inversores y los responsables de asignación de activos del mundo entero en este momento.
Si la respuesta es sí, lo que implica creer que se reafirmarán las presiones deflacionarias que estabilizaron la inflación en la era posterior a la crisis financiera mundial, la rentabilidad total que podría obtenerse de la renta fija como clase de activos sería considerable. Para los bonos del Tesoro americano a 10 años, por ejemplo, un regreso al promedio posterior a la crisis financiera mundial (situado en torno al 2,4 %) significaría una rentabilidad total del 10% para el próximo año.
Si la respuesta es no, y lo que se espera es una desaceleración, el ciclo de recortes se da prácticamente por descontado, y solamente quedarían unos ajustes. Actualmente los mercados descuentan alrededor de 275 pb en este ciclo durante el próximo año y medio, y la Fed apunta a unos recortes acumulados de 200 pb en los próximos dos años (incluido el recorte de 50 pb actual).
Muchos aducirían que hay razones para considerar que el nivel medio de los tipos de interés será más alto de aquí en adelante e incluirá:
- Una política fiscal más activa.
- La fragmentación de las políticas entre bloques económicos y países.
- Un mayor gasto en mitigación del cambio climático.
- Un elevado riesgo geopolítico.
- Una reorientación de la cadena de suministro.
- El potencial de politización de los bancos centrales.
Dado que los ciclos de inflación, cuando se afianzan, pueden ser volátiles y difíciles de contener, no es de extrañar que el índice MOVE siga siendo elevado a pesar de la caída (por unos 150 pb) del rendimiento a dos años en Estados Unidos y del steepening de la curva estadounidense 2y10y en unos 40 pb. En resumen, los mercados de renta fija parecen estar llegando a un punto de inflexión y los responsables de asignación de activos que han aumentado su exposición a esta clase de activo en los últimos años deben decidir a qué régimen creen que volveremos en los próximos meses. Al final vemos que el concepto de riesgo bidireccional, perdido hace mucho tiempo, ha vuelto con fuerza.
Pero, ¿qué pasa con los mercados de renta variable? Ya sea si tenemos una desaceleración o una recesión, lógicamente tendrá efectos en la evolución del mercado de renta variable. Una desaceleración, seguida de una reaceleración, sentará las bases para un repunte liderado por los valores rezagados (incluyendo valores value), que podría provocar lo que hemos denominado una «gran rotación» hacia valores y sectores menos atractivos anteriormente. Sin embargo, una desaceleración que conduzca a una recesión probablemente beneficiará a los valores que ofrezcan seguridad, como los sectores defensivos o grandes multinacionales estadounidenses líquidas.
A continuación, facilitamos el link donde pueden ver los ETF de HSBC que les pueden ayudar a implementar su estrategia para los próximos meses.
Este artículo ha sido elaborado por HSBC Asset Management para ofrecer una perspectiva de alto nivel sobre el reciente entorno económico y financiero de los mercados y tiene fines meramente informativos. Las opiniones expresadas se mantuvieron en el momento de su elaboración y podrían variar sin previo aviso; además, puede que no reflejen las opiniones expresadas en otros informes o estrategias del Grupo HSBC. Esta comunicación de promoción comercial no constituye un asesoramiento en materia de inversión ni una recomendación a ningún lector de este contenido para que compre o venda inversiones, ni debe considerarse un análisis de inversiones. El contenido no se ha elaborado atendiendo a los requisitos legales destinados a promover la independencia de los análisis de inversión y no está sujeto a ninguna prohibición de negociación antes de su difusión. Debe saber que el valor de las inversiones puede incrementarse o disminuir y los inversores podrían no recuperar la cantidad invertida inicialmente. Además, las inversiones en mercados emergentes, por su propia naturaleza, conllevan un mayor riesgo y pueden ser más volátiles que las inherentes a los mercados más consolidados. Las cifras de rentabilidad que se muestran aquí se refieren al pasado y no deben considerarse una indicación de rentabilidades futuras. Le recomendamos que siempre busque asesoramiento profesional cuando piense en acometer cualquier tipo de inversión. La rentabilidad histórica no constituye una garantía de rentabilidades futuras. El valor del dinero invertido en el fondo puede aumentar o disminuir y no hay garantía alguna de que pueda reembolsarse todo el capital invertido. Las rentabilidades futuras dependerán, entre otras cosas, de la evolución del mercado, de la habilidad del gestor del fondo, del nivel de riesgo que este presente y de los costes de suscripción, gestión y reembolso.