Sell in May and go away: Otra perspectiva

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alykat, Flickr (Creative Commons)

TRIBUNA de Ángeles Zatarain, M. Teresa Corzo y Sara Lumbreras, de la Universidad Pontificia Comillas.ICAI-ICADE. Puede participar ya en la encuesta de junio a través del siguiente enlaceEl plazo para contestar expira el viernes 23 de abril.

¿Cuál es el mejor momento del año para invertir? ¿Existen unos meses en los que invertir en bolsa resulta poco rentable, incluso desproporcionalmente arriesgado si se considera la historia? Recientemente se ha publicado en esta revista un artículo sobre el patrón temporal vende en mayo y vete pitando o en inglés, sell in May and go away, también conocido como Halloween Indicator. Esta premisa, sencilla pero rentable, sostiene que de mayo a octubre es mejor no invertir en acciones. Se observa en casi todos los mercados a nivel internacional pero, pesar de ser bastante consistente, este patrón ha sido escasamente cubierto en la literatura académica, quizás por carecer de una explicación racional o porque todas las investigaciones hasta los años 90 se centraron en detectar anomalías que se producían mes a mes, sin considerar períodos de tiempo más extensos (Bouman y Jacobsen 1997).

Las primeras referencias a este patrón las encontramos en un artículo de Levis (1985) y en el libro Beating the Dow. A High-Return, Low Risk Method for Investing in the Dow Industrial Stocks with as Little as $5,000 de O’Higgins y Downs (1990) que sólo estudia el índice estadounidense. Más tarde se ha comprobado que también se da en otros mercados como por ejemplo Japón (Sakakibara, Yamasaki and Okada 2013). De hecho, Doeswijk demostró en 2008 que esté patrón se daba a escala global, tras analizar el índice MSCI World Index desde 1970, como se muestra en la siguiente tabla, en la que se habla de invierno (Winter) haciendo referencia a los resultados obtenidos entre noviembre y abril, y verano (Summer) indicando la rentabilidad registrada entre mayo y octubre (en las opciones B y C, el periodo invierno se ha movido un mes hacia delante o un mes hacia atrás con respecto a la opción A, respectivamente). Se puede apreciar que los resultados de las opciones B y C arrojan peor rentabilidad que la A, si bien B tiene una ratio de éxito mayor. Una ratio de éxito del 65% indica que las rentabilidades durante el invierno superan a las del verano en dos de cada tres años.

Ilustración 1. Rentabilidad total del índice MSCI World Index para los dos periodos anuales, verano e invierno, definidos de distinta forma en las opciones A, B y C respectivamente, y para distintos horizontes temporales.

verano_invierno

Nota: *,**,*** indican significación a niveles del 10%, 5% y 1%, respectivamente. Fuente: Doeswijk 2008. Adaptación propia.

Relacionado con este análisis, llama la atención que los meses de septiembre y octubre son los meses que más eventos trágicos se han registrado en la historia bursátil, entre los que se encuentra el lunes negro (Black Monday) del 28 de octubre de 1929, el crash del mercado el 19 de octubre de 1987 o el ataque terrorista de las Torres Gemelas de 11 de septiembre de 2001. A esto se añade que suelen ser meses de gran volatilidad, siendo el mes de octubre la época del año en que más rallies superiores al 5% (porcentaje obtenido en no más de diez días) se han registrado desde 1950, unos 17 en total en el S&P 500 (Kaufman 2005).

Dada esta evidencia, hemos querido contrastar a través de los diagramas de fase la hipótesis de que efectivamente en los meses octubre-noviembre-diciembre de una parte, y en los meses abril-mayo-junio de otra, haya más probabilidad de experimentar cambios o giros de tendencia en los mercados (no buscamos la diferencia de rentabilidades entre los distintos periodos temporales, ya tratada en otros estudios).

Los diagramas de fase, son un instrumento novedoso que ofrece el análisis funcional de datos (Functional Data Analysis) sin precedentes en su aplicación para el caso concreto de los mercados bursátiles. A través de éstos diagramas se ponen en relación la velocidad, definida como la primera derivada del precio en términos porcentuales, con la aceleración, su segunda derivada, haciendo fácil identificar los instantes de máxima aceleración y mínima velocidad en el precio, es decir, los momentos en los que se inicia una nueva tendencia. En la representación gráfica adjunta aparece reflejada la velocidad o tasa de cambio del precio en el eje horizontal mientras que la aceleración se encuentra reflejada en el eje vertical.

El análisis se ha limitado a los últimos diez años del análisis al Ibex 35 por ser el índice de mayor seguimiento para nuestra audiencia. A modo de ejemplo, se han seleccionado cuatro años, cada uno poniendo de manifiesto una representación muy distinta del intercambio de fuerzas, aceleración-velocidad, que mueven los mercados. 

Ilustración 2. Diagramas de fase del Ibex-35 para los últimos 10 años, a partir de datos de Bloomberg. Pinchar para ver el diagrama. Pinchar para ver los gráficos.

Siguiendo los gráficos en el sentido de las agujas del reloj, teniendo en cuenta que los números representan el punto central de cada mes, las conclusiones alcanzadas son las siguientes:

- Cuanto mayor es el radio de la figura, menor es la estabilidad en los mercados, lo que se hace muy evidente en 2012 pero también en 2009, 2010 y 2008, años en los que se producen importantes correcciones o cambios de tendencia;

- Cuanto menor sea el radio, mayor es la estabilidad en los mercados. Este es el caso del año 2006, 2007 y en menor medida, 2011;

- En general los diagramas están centrados (lo cual refleja que la tendencia neta es aproximadamente neutral). No obstante, sí se aprecia en los años claramente alcistas, que el centro aparece desplazado a la derecha (velocidad neta positiva, es decir, son años de avances en la bolsa), mientras que en los años claramente bajistas el centro está desplazado a la izquierda (velocidad neta negativa, es decir, años en los que la bolsa registra pérdidas netas);

- Con respecto a la posición vertical del diagrama (aceleración, relacionada con el concepto de inercia o momentum), se destaca que en todas las representaciones está bastante centrado. No obstante, si se apreciara que la representación se situara claramente en los cuadrantes superiores se podrían concluir que en los meses siguientes habría una tendencia a que fueran positivos en términos bursátiles. Lo contrario también sería cierto, es decir, si la representación se situara claramente en los cuadrantes inferiores, sería razonable esperar en los siguientes meses un movimiento negativo en el mercado bursátil;

- Ninguno de los años presenta un patrón temporal idéntico al de otro año, existiendo en alguno de los años, uno o dos ciclos dominantes, así como algunos ciclos de menor periodo;

- No obstante, se aprecia que los meses de octubre son los meses que tienden a registrar mayor aceleración (en un 60% de los años analizados). Si hacemos un bloque junto a los meses septiembre, octubre y noviembre, se puede concluir que en un 80% de los casos analizados, los giros o cambios de tendencia se experimentan en esos meses.

Estas evidencias corroboran que el patrón temporal sell-in-May-and-go-away tiene efectivamente una base, evidenciando un patrón estacional que parece tener un trasfondo psicológico aunque sin unanimidad en la academia en cuanto a su explicación. Así, mientras unos apuntan al elemento vacacional, su duración y momento del año (Bouman y Jacobsen 1997), otros lo relacionan con el estado psicológico relacionado con las expectativas que aumentan conforme se acerca el inicio del nuevo año, mientras que desciende substancialmente hacia la mitad del año cuando no se ve que esas expectativas no se plasman en realidad (Doeswijk 2008). Sea cual sea el motivo, el proverbio parece tener una base y probablemente siga guiando a los inversores en años venideros.

Puede participar ya en la encuesta de junio a través del siguiente enlaceEl plazo para contestar expira el viernes 23 de junio.