SFDR: un reglamento que promueve las estrategias de inversión de impacto

Beryl Bouvier di Nota_noticia
Firma: cedida (OFI AM).

TRIBUNA de Béryl Bouvier di Nota, responsable adjunta de Renta Variable Europea y del área de Inversión de Impacto, OFI AM. Comentario patrocinado por OFI Asset Management.

Uno de los objetivos declarados del reglamento SFDR (acrónimo en inglés del Reglamento europeo sobre la divulgación de información relativa a la sostenibilidad en el sector de los servicios financieros) es promover que las inversiones influyan de forma positiva en la sociedad y el medioambiente, algo que puede lograrse mediante las estrategias de inversión de impacto. Originada en el ámbito del capital riesgo, la inversión de impacto se propone contribuir a resolver diversos desafíos relacionados con el desarrollo sostenible.

El SFDR supone un punto de inflexión para los fondos de impacto

Su objetivo es sencillo: identificar empresas muy rentables que generen un impacto positivo y medible en el medioambiente o la sociedad. Dicho de otro modo, la inversión de impacto tiende a demostrar si el negocio de una empresa es sostenible, comprobando si su impacto es positivo hacia el medioambiente y/o la sociedad. Desde esta perspectiva, la inversión de impacto encaja con la definición creada para los fondos clasificables conforme al artículo 9 del reglamento SFDR. Cómo es lógico, los fondos de impacto ya redirigen el ahorro hacia empresas que generan un impacto positivo, medible y cuantificable para solventar los desafíos a los que se enfrenta la sociedad.

En la práctica, el equipo gestor analizará cómo contribuyen las actividades de la empresa a los retos en materia de desarrollo sostenible, con referencia a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas; identificará la naturaleza de los impactos generados por dicha actividad, y su grado de compromiso; y verificará cuáles son cuáles son las mejores prácticas a la hora de incorporar criterios ESG (medioambientales, sociales y de gobierno corporativo) con vistas a reducir los posibles impactos perjudiciales de sus operaciones.

OFI Fund RS Act4 Positive Economy: una solución de artículo 9

Este es precisamente el enfoque que aplica OFI AM en el fondo OFI Fund RS Act4 Positive Economy (LU1209226296). El fondo invierte en empresas europeas comprometidas con la protección del medioambiente y de las personas, compañías que buscan dar solución a los retos a los que se enfrenta tanto la sociedad como las generaciones futuras. El gestor tiene en cuenta el impacto social y medioambiental de las empresas en cuatro ámbitos: transición energética, preservación de recursos naturales, salud y bienestar e inclusión social.

Filosofía de gestión

Nuestra filosofía de gestión en nuestros fondos de impacto, como OFI Fund – RS Act4 Positive Economy, se basa en los tres atributos de la inversión de impacto comúnmente aceptados:

  • Intencionalidad: las empresas deben acreditar su intención de generar un impacto positivo, que debe estar incluida expresamente en su misión corporativa, y debe formar parte de su estrategia.
  • Adicionalidad: establecemos un diálogo sistemático con las empresas con respecto al impacto de sus actividades, tanto antes como después de invertir. Estos intercambios nos ayudan a entender la búsqueda de impactos positivos en relación con su misión principal (el «por qué» de la empresa) y compararla con la gestión de los riesgos ESG, que se relaciona con los procesos (el «cómo» de la empresa). El horizonte de inversión a largo plazo del fondo favorece el compromiso de los accionistas a largo plazo y la cooperación con otros inversores. En más de la mitad de las empresas del fondo, todas sus actividades se relacionan con uno o más de los ODS. Esta elevada proporción se explica por la exposición del fondo a empresas de pequeña y mediana capitalización que se concentran al 100% en la búsqueda de soluciones. Estas empresas dan respuesta a problemas sociales o medioambientales y su tamaño las hace particularmente receptivas a la implicación de los accionistas.
  • Mensurabilidad: los impactos positivos deben ser tangibles, deben poder medirse y registrarse. No basta con que una empresa tenga la intención de generar impactos positivos, sino que debe demostrarlos mediante mediciones relevantes. En los próximos años, uno de los principales retos tendrá que ver con las metodologías que emplean las empresas y las gestoras de activos para medir el impacto.

Además de incluirlos en las fichas del fondo, publicamos anualmente los resultados de este enfoque en nuestro informe de impacto.