Si inviertes en fondos o acciones te llegará una carta…Y no será de amor

Javier García socio RWB y gestor patrimonios Diaphanum SV
Cedida

TRIBUNA de Javier García, socio RWB y gestor patrimonios Diaphanum SV.

En los últimos años, aunque de manera tímida, los fondos de inversión se han ido abriendo paso cómo un activo de referencia para formar parte de nuestros ahorros. Muchos ahorradores se van reorientando hacia inversores, motivado por los tipos de interés próximos a cero que a su vez provoca tipos de interés reales negativos (recordemos que un tipo real se obtiene quitando al tipo que me ofrecen en la entidad la inflación) para los productos más tradicionales, fundamentalmente depósitos y letras de tesoro.

Es evidente que cualquier ahorrador que quiera obtener rentabilidades reales positivas tendrá que subir un peldaño en cuanto el riesgo asumido por sus inversiones

Efecto, que ha llegado para quedarse, no sabemos si con efectos similares a la economía nipona pero con las pistas proporcionadas por el sr. Draghi en su última comparecencia, es evidente que cualquier ahorrador que quiera obtener rentabilidades reales positivas tendrá que subir un peldaño en cuanto el riesgo asumido por sus inversiones. Nos encontramos por tanto con un caldo de cultivo donde la industria de los fondos de inversión ganará peso en los próximo años.

La famosa carta que llegará a todos los inversores

Esperamos que nuestro pasado reciente nos haya servido de lección (algunos debería de haberles servido más que a otros), fueron años de preferentes, subordinadas, etc. y Bruselas parece que ha dicho: hasta aquí hemos llegado.

Como saben, la transposición de la directiva europea MiFID II ha llegado a España con retraso (ya saben, Spain is different) y por capítulos. El último real decreto entró en vigor el 17 de enero y la norma busca elevar la transparencia y mejorar la combinación entre gestión y asesoramiento en la industria financiera, concretamente una mayor transparencia sobre los fondos de inversión vendidos a sus clientes, lo que para muchos será una revolución.

La carta informará sobre los costes y gastos anuales a todos los clientes. Y es obligatoria

Entre las novedades se encuentra la obligación de enviar al cliente una carta que suministre información sobre costes y gastos expost al menos una vez al año. Concretamente se deberá especificar cuánto dinero del cliente ha ido a parar a la gestora, cuánto dinero ha ido a parar al distribuidor de dichos fondos (las ya famosas retrocesiones), cuánto dinero paga el cliente en concepto de brokerage (comisiones de compra venta de activos), análisis (research), y en concepto de compra venta de divisas.

Casi todos los bancos que conozco y créanme, son unos cuantos, bien porque he trabajado en ellos o porque tengo estrecha relación con los mismos nos regalan los oídos con alguna frase ya manida del tipo:  La cuenta de fondos es totalmente gratuíta o con nosotros tendrá arquitectura abierta. Lamentablemente no son ciertas, es decir, son verdades a medias que están tan de moda en este país. Dejémonos de verdades a medias, seamos serios, con el cliente no se juega y con el ahorrador menos.

La cuenta por operar en fondos es gratuita

La cuenta de fondos es totalmente gratuita se caerá por sí sola con la temida carta comentada y que ya está llegando a nuestros hogares. Todos los fondos soportan comisiones internas, por tanto, invirtiendo en fondos siempre asumiré unos costes. Informado de dichos costes aportaré una mayor transparencia al cliente que dispondrá de mayor información. Por tanto, la carta traerá transparencia al sector y educación financiera al inversor. El inversor tendrá más argumentos para exigir profesionalidad en su vendedor de fondos, porque no todo vale (fondos que replican índices con comisiones elevadísimas – por encima del 2%- cuándo se puede replicar por poco mas de un 0,10% anual, fondos con nombres que evocan a inversiones tranquilas – fondo soy prudente – con categoría de fondos mixtos y volatilidades por encima del 6%, etc).

Es obvio que en los bancos no existe nada gratis

Con nosotros tendrá arquitectura abierta, otra verdad a medias. Como algunos sabrán, un mismo fondo tiene varias clases (véase la siguiente tabla)

grafico tribuna diaphanum_1

Fuente: Allfunds

La importancia de las clases

Todos los fondos de la tabla anterior son el mismo, técnicamente hablando, sería más correcto decir que todos pertenecen a la misma familia, ya que por ejemplo un ISIN corresponde al fondo en euros, otro ISIN hace referencia la mismo fondo pero en dólares, etc. Pero quiero que se fijen en el primero y el último, son iguales, solamente difieren mínimamente en la denominación (uno es clase E y otro clase I), pero son exactamente iguales. Ahora bien, si voy a la columna OCF (gastos corrientes soportados por el inversor) un fondo aplica un 1,75% de gastos y su réplica (a priori para patrimonios más elevados) soporta un 0,85%. Es decir, 0,90% de coste de diferencia que en algunos ejercicios podrá decantar la diferencia entre rentabilidad positiva o negativa para el inversor. Veremos esto de manera más gráfica observando las rentabilidades de dichos fondos:

grafico tribuna diaphanum 2

Fuente: Allfunds

Como puede observarse en el cuadro anterior, el fondo de la clase I, bate a la clase E en más de tres puntos porcentuales en tres años y en más de un 5% en cinco años. Insistimos que ambos fondos invierten en los mismos activos, pero unos soportan menos costes que otros. Juzguen ustedes mismos cual les interesaría tener en su cartera.

Pues bien, concluyendo con el debate de si existe arquitectura abierta real o no, es evidente que no todo el mundo tiene acceso a todos los fondos, ya que algunas clases están vetadas para los patrimonios más altos con mínimos estratosféricos para la mayoría de los mortales (varios millones de euros en algunos casos)

Gracias a estos cambios regulatorios, emergen figuras de asesoramiento independiente dónde la transparencia en la relación inversor – entidad prima por encima de todo y proporcionando al inversor la posibilidad de una arquitectura abierta real y con acceso a fondos de clase institucional desde cualquier importe. 

En definitiva, ni los fondos son gratis, ni podemos disfrutar una arquitectura abierta real