¿Son los mercados privados adecuados para un entorno económico cambiante?

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Firma: cedida (BNP Paribas AM).

TRIBUNA de Timothy Li, director del Equipo de Investment Specialists de Mercados Privados y Activos Reales en BNP Paribas AM. Comentario patrocinado por BNP Paribas Asset Management.

Los mercados privados han protagonizado un crecimiento estable desde la crisis financiera, debido sobre todo a que llenaron el vacío de rentabilidad para los inversores institucionales dispuestos a aceptar los mayores vencimientos y la menor liquidez de la clase de activo. En 2022, sin embargo, las condiciones económicas están cambiando. Ahora, los inversores se enfrentan al doble desafío de mayor inflación y tipos de interés al alza, un entorno que ha provocado una marcada subida de las rentabilidades al vencimiento (TIR) de la renta fija.Advertisement Si los inversores pueden obtener rentas razonables de los activos de deuda tradicionales, ¿seguirá existiendo un mercado para los activos privados? Los inversores institucionales se están dando cuenta de que la prima de liquidez no es lo único que puede ofrecer esta clase de activo relativamente nueva.

Navegando la inflación

Pese a la subida de las TIR en lo que va de año, las presiones inflacionarias sostenidas han generado incertidumbre (y con ello volatilidad) en los mercados tradicionales, dando pie a tendencias bajistas tanto en renta variable como en renta fija. Este periodo de correlación positiva de ambas clases de activo ha hecho daño a los inversores, que necesitan activos menos correlacionados y con ello capaces de proporcionar una protección efectiva frente a la inflación y las subidas del precio del dinero.

Los activos privados son capaces de brindar cierta protección ante la inflación, sin que los inversores deban renunciar a renta o rentabilidad. En parte, esta solidez procede del hecho de que los activos no cotizados ofrecen un amplio rango de perfiles de riesgo y cubren un conjunto diverso de estrategias de inversión, como por ejemplo private equity, préstamos a grandes empresas, a pymes y a otras organizaciones, infraestructura, inmuebles comerciales, silvicultura y madera. Dentro de cada una de estas estrategias, es posible lograr diversificación adicional a nivel geográfico, sectorial y de divisas.

Infraestructura: capeando el temporal económico

La infraestructura ha demostrado ser un excelente activo estabilizador, incluso en el volátil entorno económico de los últimos años. Estas operaciones tienden a financiar servicios esenciales y abarcan varios sectores diferentes, como transporte, energía, renovables, agua, comunicaciones, educación y servicios sanitarios.

Estas áreas defensivas son especialmente atractivas durante periodos de mayor inflación o de recesión, dada la probabilidad de que su demanda permanezca constante con independencia de la coyuntura económica: en periodos complicados, la gente sigue necesitando utilizar servicios de banda ancha, redes de ferrocarril, energía para calentar e iluminar sus hogares, así como acceso a educación y atención sanitaria.

Las oportunidades de inversión en infraestructura son a largo plazo y ofrecen al inversor un flujo de ingresos fiable a lo largo de muchos años. Asimismo, suelen estar respaldadas por activos reales, mientras que los acuerdos de deuda ofrecen a menudo algún tipo de indexación, brindando así una cobertura efectiva contra la inflación.

Construir un futuro más verde

Otro atractivo importante de los activos privados es el papel integral que juegan en el giro global hacia una economía baja en emisiones de carbono. Para empezar, la necesidad de construir nueva infraestructura para respaldar una economía más verde es evidente. Esto abarcará desde la generación de energía renovable (solar, eólica o mareomotriz) y sistemas de transporte mejorados (incluyendo ferrocarril de alta velocidad y la infraestructura necesaria para respaldar la adopción de los vehículos eléctricos) hasta soluciones de banda ancha más rápida y la implementación de redes 5G para satisfacer la creciente demanda de movilidad de datos.

En segundo lugar, estas transiciones no son objetivos meramente«deseables: muchos gobiernos se han comprometido por ley a cumplir objetivos de neutralidad de carbono dentro de plazos definidos, con lo que las transformaciones de infraestructura deberán lograrse con relativa rapidez.

La OCDE estima que la infraestructura necesaria para satisfacer los compromisos globales a nivel climático y de desarrollo requiere una inversión adicional de unos 2,5 a 3 billones de dólares anuales(1). La financiación privada deberá respaldar al gasto público, y esta procederá probablemente de préstamo directo, no de la financiación bancaria tradicional. Además de ayudar a mantener la demanda en la clase de activo a lo largo de la próxima década, este doble impulso debería también asegurar que la infraestructura sigue siendo una solución de inversión atractiva.

Una opción ESG alternativa

En muchos mercados desarrollados se ha introducido un aluvión de nuevas legislaciones que obligan a fondos de pensiones, aseguradoras, gestoras de activos e inversores institucionales a identificar riesgos medioambientales, sociales y de buen gobierno (ESG) y a respaldar y fomentar temas de inversión más sostenibles, como por ejemplo la transición energética, la inversión de impacto y los objetivos de neutralidad de carbono. La expectativa es que, en el futuro próximo, estas regulaciones se ampliarán para incluir la biodiversidad y el impacto social junto al cambio climático.

Dada la capacidad de los activos privados de marcar la diferencia en proyectos de sostenibilidad tanto medioambiental como social (al igual que en la provisión de servicios esenciales como el suministro de agua y el tratamiento de residuos), la clase de activo está bien posicionada para ofrecer a los inversores una opción alternativa de inversión sostenible que también les ayudará a cumplir sus objetivos financieros.

Dinámica push/pull

A diferencia de los activos cotizados en mercados públicos, los activos privados son objeto de un menor escrutinio a nivel de riesgos ESG, y pocos procesos estandarizados monitorizan estos riesgos por estrategias y productos. En última instancia, corresponde a las gestoras o a los proveedores de financiación privada implementar su propio marco personalizado para evaluar factores ESG, que no solo identifique riesgos de proyecto potenciales sino que también asegure que se da prioridad a oportunidades de crecimiento sostenible.

Es aquí donde las gestoras de activos privados tienen una oportunidad real de impulsar ideas sostenibles y lograr el cambio genuino en las empresas en las que invierten, utilizando su influencia para animar a sus equipos directivos a adoptar mejores enfoques de responsabilidad medioambiental o social en sus planes de negocio.

Aquí existe una dinámica push/pull. Por un lado, los inversores buscan una mayor diversidad de opciones de inversión de orientación sostenible, especialmente aquellas con perfiles de riesgo/rentabilidad atractivos; por otro, las empresas desean obtener flujos de préstamo flexibles e innovadores, con lo que suelen estar dispuestas a aceptar criterios de sostenibilidad específicos para conseguir financiación. Básicamente, ambas partes son cada vez más conscientes de que limitar el cambio climático e implementar mejores políticas sociales va en interés de todos, y que ambos aspectos se están convirtiendo rápidamente en prerrequisitos para el éxito en los negocios y en la inversión.

Una opción de inversión para climas tormentosos

Los mercados privados ya han demostrado su capacidad para adaptarse, desarrollarse y florecer. Habiéndose perfilado como una opción de inversión más accesible tras la crisis financiera global, la clase de activo prosperó durante la sequía de rentabilidad y se ha convertido en una solución atractiva para capear las próximas tormentas económicas, con la ventaja añadida de unas credenciales ESG sólidas.

En BNP Paribas Asset Management creemos que los mercados privados son adecuados para satisfacer el amplio abanico de demandas de inversión complejas del inversor actual. No solo pueden proporcionar una rentabilidad sólida a largo plazo, sino que la clase de activo jugará un papel crucial en la transición hacia un mundo más sostenible. Con esto en mente, nuestro exhaustivo marco ESG no solo es aplicable a inversiones cotizadas, sino que también incluye un rango completo de inversiones en mercados privados. Nos esforzamos continuamente por desarrollar y mejorar nuestras herramientas internas para asegurarnos de que todos los riesgos ESG se evalúan y gestionan de forma adecuada, y tratamos de maximizar cualquier oportunidad de crecimiento sostenible en beneficio de nuestros clientes y del mundo en su conjunto.

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Fuente:

https://www.oecd.org/env/green-infrastructure-in-the-decade-for-delivery-f51f9256-en.htm