Tecnología, industria y consumo de Taiwán, de la mano de Fidelity

Post del blog de Paula Mercado, directora de Análisis de VDOS.

La isla de Taiwán, bautizada como Formosa por los portugueses en 1582, es conocida oficialmente como República de China. Su economía se asienta en una fuerte base exportadora de productos de electrónica, maquinaria y petroquímica, por lo que guarda una fuerte dependencia con las fluctuaciones de la demanda global. Mantiene desde 2010 un fructífero Tratado Marco para la Cooperación Económica (ECFA por sus siglas en inglés) con China y en Julio de 2013 firmó un Acuerdo de Libre Comercio con Nueva Zelanda. El superávit comercial de la isla es el sexto mayor del mundo, tras China, Japón, Arabia Saudí, Rusia y Suiza.

El acercamiento económico con la China continental supone mayores oportunidades para la economía taiwanesa, aunque también nuevos retos por la dependencia económica que implica, cuando las diferencias políticas entre ambos países continúan sin resolverse.

La renta variable de Taiwán mostró un comportamiento alcista durante el segundo trimestre del año, impulsada por el buen comportamiento de los valores de tecnología de la información, por la mejora en la demanda de EEUU y la Unión Europea y por el inminente lanzamiento de nuevos productos, particularmente el iPhone 6. Los inversores favorecieron la tecnología y los componentes de Taiwan, ya que juegan un papel central en la cadena global de suministro de electrónica.  

La categoría VDOS de Renta Variable Internacional China, dentro de la que se encuadran los fondos que invierten en la Bolsa de Taiwán, ha ganado por rentabilidad un 6,59 por ciento en el año. De este grupo, FIDELITY FUNDS-TAIWAN FUND es el que mejor dato de rentabilidad obtiene, con un 17,49 por ciento, según VDOS, en su clase Y de acumulación en dólares.

El fondo tiene como objetivo la apreciación del capital a largo plazo, invirtiendo en renta variable de Taiwán. Sigue un estilo de inversión top-down, basando la selección de su valores en análisis macro y temático, en la valoración de la cadena de valor de cada compañía y en su análisis fundamental.

El gestor del fondo es Hiromasa Ikeda, con una experiencia de más de 15 años en la gestión de activos. Se incorporó a Fidelity en 2002 como analista, pasando a ser gestor de fondos y carteras en Hong Kong en la actualidad. Con anterioridad fue Analista Financiero para J.P. Morgan Chase, en Hong Kong y Analista Financiero/de Crédito para Chase Manhattan Bank, en Tokio. Hiromasa es licenciado en Económicas y Relaciones Internacionales por la Universidad de California, en Berkeley, y es MBA por la Escuela de Negocios HAAS, de la Universidad de California. Gestiona también el fondo de la China continental Greater China Fund Pilot.

La construcción de la cartera gira alrededor de los tres elementos mencionados anteriormente. La visión macro top-down se utiliza para determinar la composición que debería tener a nivel sectorial con respecto a su índice de referencia, el MSCI Taiwan Index Capped 8% (N) identificando los mejores valores desde este punto de vista. En una segunda fase, se analizan valores no incluidos en el índice pero sí en el universo inversor, para suplementar la sobreponderación subsectorial de posiciones e impulsar el dinero activo. El tercer elemento del proceso inversor tiene como objetivo la búsqueda de gemas, eligiendo un selecto número de acciones, en base a un análisis fundamental bottom-up puro, independientemente del sector y la industria en que operen.

El patrimonio de FIDELITY FUNDS-TAIWAN FUND es de 247 millones de dólares (aproximadamente 184 millones de euros) correspondiendo las cinco mayores posiciones de su cartera a Taiwan Semiconduct Mfg Co Ltd (9,50%) Hon Hai Precision Ind Co Ltd (9,50%) Media Tek Inc (5,90%) Inotera Memories Inc (4,90%) y Cathay Financial Hldg Co Ltd (4,60%). Por sector, las mayores ponderaciones son en Tecnología de la Información (69,80%) Financiero (12,60%) Consumo Discrecional (8,40%) Industrial (5,30%)  y Materiales (2,50%).

El fondo muestra una historia por rentabilidad que lo sitúa entre los mejores de su categoría, en el primer quintil, en los últimos periodos a uno, dos, tres y cinco años. Muestra un controlado dato de volatilidad a tres años de 15,64 por ciento, que en el último año se reduce hasta 11,07 por ciento. En este último periodo, su Sharpe es de 2,37 y su tracking error, respecto al índice de su categoría, de 14,05 por ciento. Al tratarse de una clase institucional, la aportación mínima requerida para suscribir este fondo es de 1 millón de dólares (aproximadamente 747.000 euros) aplicando una comisión fija de hasta 1 por ciento y de depósito de hasta 0,35 por ciento.

Se espera que la economía de Taiwán continúe beneficiándose de la recuperación económica global. En la industria tecnológica, debería continuar el crecimiento en sectores de nuevas tecnologías como LED, solar, PC industrial e información en la Nube, además de sensores y teléfonos inteligentes. En las tecnologías tradicionales, la estimación es de un descenso del crecimiento en ordenadores y en televisión, aunque con algunas oportunidades tácticas. Los sectores no tecnológicos de crecimiento secular, como automoción, industria médica, productos de consumo y las actividades relacionadas con China, representan los valores a largo plazo en la cartera. Los sectores de crecimiento cíclico, como materiales, telecomunicaciones, consumo doméstico y financiero,  suponen la apuesta táctica.

Su enfoque equilibrado entre su visión macro y fundamental, junto con su evolución por rentabilidad durante los tres últimos años respecto al índice de su categoría,-especialmente durante 2013 y 2014 en que casi triplica su valor- con un coste de volatilidad bastante reducido, hace a FIDELITY FUNDS-TAIWAN FUND merecedor de la calificación cinco estrellas de VDOS.

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