Polina Kurdyavko, directora de Deuda Emergente, explica cómo han reaccionado los precios de los activos a la victoria de Trump y ofrece tres temáticas de inversión que configuran las perspectivas en deuda emergente. Comentario patrocinado por RBC BlueBay Asset Management.
TRIBUNA de Polina Kurdyavko, directora de deuda emergente, BlueBay. Comentario patrocinado por RBC BlueBay Asset Management.
La reacción de los mercados emergentes a la amplia victoria de Trump en las elecciones estadounidenses se ha ajustado en gran medida a lo esperado, con una reducción de los diferenciales de crédito que ha contrarrestado gran parte de la debilidad de los tipos estadounidenses. Los resultados han sido especialmente favorables en Argentina y Ucrania, ante la aparente sintonía que muestran el presidente argentino y el presidente electo de Estados Unidos y la posibilidad de que Trump se proponga poner fin al conflicto que se vive en Ucrania.
En los mercados locales, la fortaleza del dólar sigue siendo el tema dominante frente a las divisas de beta alta y beta baja. No cabe duda de que la respuesta del mercado tiene otros matices, pero parece que la volatilidad que se registró antes de las elecciones se debió, al menos en parte, a la incertidumbre en torno a los posibles resultados, más que al resultado en sí mismo.
De cara al futuro, lo más probable es que el alcance de las próximas medidas dependa del enfoque inicial del equipo de Trump. Las propuestas relacionadas con las políticas comerciales proteccionistas y los grandes aranceles podrían afectar a los flujos de comercio internacional, sobre todo si los principales socios comerciales de Estados Unidos optan por introducir nuevos aranceles como medida de represalia. Por otra parte, las políticas favorables al crecimiento y en materia de desregulación y recortes de tipos podrían impulsar inicialmente la fortaleza del dólar. Aunque otros países podrían aceptar un cierto grado de debilidad de sus divisas, las divisas con una beta reducida, como es el caso del euro, podrían convertirse en candidatas obvias a la depreciación, ya que es posible que el Banco Central Europeo opte por recortar los tipos de interés a un ritmo más rápido si los aranceles comienzan a afectar a las perspectivas de crecimiento de la región.
En lo que respecta a la deuda emergente, pensamos que las perspectivas van a venir marcadas por tres temáticas principales:
1. Los sólidos fundamentales están impulsando los diferenciales de crédito en los mercados emergentes
A pesar del aumento de volatilidad que se ha registrado en las últimas semanas, los mercados de deuda denominada en divisa extranjera han mantenido su solidez, ya que la favorable tasa de impagos respalda los fundamentales y unos niveles aún elevados de rendimiento total actúan como elemento de protección de la rentabilidad. Pensamos que los diferenciales van a seguir dependiendo de las perspectivas subyacentes de las tasas de impago, que podrían mantenerse en el 0% en el caso de la deuda soberana y en el 2,7% para la deuda corporativa en 2025(1). Estas cifras se situarían ligeramente por debajo de las tasas de impago de los mercados desarrollados, donde se prevé una tasa del 3% en la deuda de alto rendimiento tanto europea como estadounidense(1). Además, los inversores tratarán de identificar mercados con perspectivas de recuperación, como Argentina, Turquía y Egipto, que han demostrado su capacidad de resistencia en un contexto de incertidumbre.
La posibilidad de acontecimientos inesperados y la incertidumbre política en los próximos meses podrían provocar periodos de volatilidad en los mercados líquidos, lo que podría afectar a la demanda de nuevas emisiones de deuda corporativa emergente. Este contexto puede generar más oportunidades interesantes en el segmento de los préstamos y los mercados ilíquidos, donde las empresas saneadas y rentables optan por la vía del crédito privado para financiar necesidades de financiación con vencimiento más cortos o importes más pequeños, aunque exijan el pago de una prima, con vistas a refinanciarse, una vez que se haya recuperado por completo el interés del mercado. Los gestores de crédito que puedan aprovechar estos desajustes pueden generar una rentabilidad atractiva, sin dejar de centrarse en emisores de mayor calidad crediticia.
2. Buenos resultados en los mercados de tipos locales y una mayor diversidad en los mercados de divisas
Los mercados de deuda emergente en divisa local se llevaron la peor parte en la revalorización previa a las elecciones, impulsada por el fortalecimiento del dólar. En términos generales, y dado que es probable que los tipos de interés estadounidenses se mantengan en niveles elevados durante más tiempo a causa de las políticas de Trump en materia fiscal y económica, las divisas emergentes podrían verse sometidas a una presión generalizada.
En lo que respecta a las divisas de los mercados emergentes, mantenemos la prudencia y optamos por un enfoque más selectivo. Una orientación más clara hacia los recortes fiscales y la desregulación podría traducirse en una rentabilidad superior de las divisas emergentes con beta elevada frente a las divisas con beta reducida, como el euro. Si la orientación del nuevo gobierno se inclina en mayor medida por el proteccionismo, ocurrirá lo contrario. En cualquier caso, el dólar estadounidense no parece ser en estos momentos una divisa de financiación especialmente favorable, por lo que lo más probable es que los inversores aborden los mercados locales desde la perspectiva de otras divisas distintas al dólar.
En lo que respecta a los mercados de tipos locales, nuestras perspectivas siguen siendo favorables. Los tipos de los mercados emergentes han registrado una rentabilidad superior desde principios de año. Pensamos que esta tendencia podría continuar, ya que, especialmente en el caso de los mercados latinoamericanos, ofrecen una ventaja considerable frente a los mercados desarrollados, en lo que se refiere a los tipos reales medios. En nuestra opinión, deberían ofrecer una mayor rentabilidad ajustada al riesgo a medio plazo. La región de Europa central y oriental también mantiene su atractivo, con países como Polonia y Rumanía que ofrecen un atractivo valor relativo, respaldado por unas estrictas políticas fiscales y unas sólidas perspectivas de crecimiento.
Por otra parte, mostramos una mayor prudencia en lo que respecta a Asia. Junto a la posibilidad de nuevos aranceles, la región se enfrenta a numerosas dificultades, especialmente en China, donde la ralentización del crecimiento y la deflación continúan siendo motivo de preocupación. No obstante, también pensamos que la imposición de nuevos aranceles en China podría impulsar firmes medidas de estímulo en el país y favorecer a otros países asiáticos relacionados con la demanda de consumo china.
3. Materias primas: perspectivas dispares
Las dificultades a las que se enfrentan las perspectivas de crecimiento en China continúan influyendo en gran medida en la configuración de la demanda mundial de materias primas y en las fluctuaciones de precios. Además, Trump se ha comprometido a aumentar la producción de petróleo y gas natural, a pesar de que Estados Unidos ya produce estos combustibles a unos niveles sin precedentes. También somos conscientes de que un acuerdo o una normalización de las relaciones con Rusia y un posible alivio de las sanciones podrían ejercer una presión aún mayor sobre los precios del petróleo.
Salvo que se produzca una escalada grave de los conflictos en Oriente Próximo, pensamos que los precios del petróleo podrían debilitarse desde el nivel que presentan actualmente. Por otra parte, la postura de Trump en materia de comercio e inversión en infraestructuras podría impulsar la demanda de metales industriales, lo que favorecería a los exportadores de materias primas en América Latina y África.
Por último, en lo que respecta al contexto geopolítico, los riesgos relacionados con la política exterior de Donald Trump, sobre todo en China y Oriente Próximo, podrían crear volatilidad en los mercados emergentes. Por otra parte, si el gobierno de Trump logra resolver los conflictos en Oriente Próximo y Rusia/Ucrania, podría ofrecer estabilidad a los mercados internacionales, mejorar la confianza de los inversores y favorecer a las economías emergentes, en particular.
Fuentes y notas:
1. Bloomberg.
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