Mikko Ripatti, responsable para Iberia de DNB Asset Management, recuerda que Europa ha ido construyendo y desarrollando su sistema energético a lo largo del último siglo, de modo que es impensable creer que podrá realizar los cambios que se precisan “en cuestión de días, semanas o, incluso, meses”.
Otro aspecto significativo del contexto actual que destaca es el interés de las empresas por acercar la cadena de valor al consumidor final, fruto sobre todo de las tensiones geopolíticas entre EE.UU. y China, y que no se circunscribe solo al ámbito energético, sino también a otros como el tecnológico.
“Esto va a continuar. Las compañías priorizarán otros factores alternativos a los precios y los costes, como los geopolíticos, la seguridad o con qué países quieren o no trabajar. La independencia total de todo no es posible porque regresaríamos 2.000 años atrás. No obstante, hay que hacerlo de manera inteligente y quizás a veces pagando un poco más para reducir riesgos”, apunta.
En este contexto, DNB apuesta por activadores sostenibles para la mejora del medio ambiente, principalmente la eficiencia en los recursos, la energía limpia y la electrificación. Y también por otros subsectores “particularmente interesantes y prometedores”, como la demanda de turbinas solares y eólicas terrestres, la eficiencia energética y el almacenamiento de electricidad.
En esta apuesta por la sostenibilidad, Ripatti destaca el fondo Futuro Waves, un temático sostenible de DNB que invierte en mercados de renta variable globales y acorde a 11 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. La estrategia se centra en cuatro categorías de inversiones: economía azul (37 %), economía verde (31 %), clima (19 %) y calidad de vida (12 %).
5/5