El 2020 ha sido un año muy interesante para la industria de ETF. A nivel de flujos en Europa, fue el tercer mejor año de entradas netas. Tal y como recuerda Pedro Coelho, responsable de Société Générale para Lyxor ETF en España, Portugal y Latinoamérica, fue un ejercicio muy positivo tanto en la parte de renta variable, donde entraron 55.300 millones de euros, como en la de renta fija, con captaciones por casi 33.000. En total, 90.000 millones, donde más de la mitad se fueron a estrategias ASG, una tendencia que el experto califica de transversal a todo tipo de vehículos de inversión.
“Es una de las grandes tendencias que está viviendo la industria en Europa”, afirma el experto en una entrevista con FundsPeople. “Y este año estamos apreciando una aceleración con respecto al año anterior”. En Estados Unidos, tras cuatro años de Administración Trump, el sector ha estado menos enfocado en todo lo referente a la inversión con criterios ambientales, sociales y de buen gobierno. “Sin embargo, todo eso puede cambiar rápidamente con Joe Biden y la vuelta de Estados Unidos al acuerdo de París”, augura Coelho.
Los ETF de renta fija es otro de los fenómenos que está propulsando el crecimiento patrimonial de estos productos. “Las entradas de dinero en 2020 fueron masivas. El uso de los fondos cotizados que replican índices de bonos está siendo cada vez más generalizado. No solamente se emplean para ganar exposición a índices core, sino que también para otro tipo de finalidades, como por ejemplo invertir en bonos ligados a la inflación. Son dos áreas donde los ETF de renta fija están creciendo con fuerza, especialmente en los últimos seis meses”, subraya.
Cambios de paradigma
El año pasado se lanzaron en Europa 156 nuevos productos. De ellos, más de la mitad (85) eran estrategias ASG. Según Coelho, “el ETF es el instrumento a través del cual los inversores pueden apostar por la innovación. No solo ocurre con los fondos cotizados ASG. También con los productos vinculados al cambio climático, la transición energética o los más ligados a temas digitales”. El experto resalta un dato: los elevados flujos netos que recibieron los fondos cotizados con un track record inferior a los tres años.
“El hecho de que los productos con una vida inferior a los 36 meses hayan sido los que más han captado demuestra que los inversores están apoyándose en el vehículo para innovar. El paradigma sobre el uso de los ETF está cambiando. Analizado desde el punto de vista del TER, las estrategias con las ratios de gastos totales más altas son, también, los que más entradas se anotan. Hay un mayor uso de ETF de renta fija, ASG, con menor track record y TER más elevados. Es algo que nunca habíamos visto antes”.
Además del bajo coste, para Coelho, una de las ventajas más importantes de los ETF es la transparencia. Tanto de la política de inversión como de la estructura de la cartera. “Esto es muy evidente en el caso de los fondos cotizados ASG como de cambio climático. Estamos hablando de productos que diseñan su metodología de selección de acciones o bonos de una forma muy clara, la cual está disponible para que tanto el inversor minorista como institucional puedan entender la política de inversión y conocer, prácticamente en tiempo real, la composición de la cartera”.
Apuesta por la innovación
En este sentido, Lyxor está haciendo una clara apuesta por la innovación. Han sido varias las iniciativas llevadas a cabo por la entidad en los últimos tiempos. En primer lugar, la firma ha lanzado una familia de ETF que replican índices de referencia S&P Paris Aligned Benchmark, productos que siguen criterios restrictivos de cambio climático. “La demanda del cliente está siendo muy fuerte. Hemos lanzado esta familia el pasado verano y nuestro producto de bolsa de la eurozona ya tiene prácticamente 600 millones de patrimonio. El inversor institucional es el que está marcando el camino en Europa, principalmente fondos de pensiones y aseguradoras”.
A este respecto, Coelho destaca cómo muchos inversores están moviendo sus posiciones de ETF que replican índices core tradicionales (S&P 500, EuroStoxx 50…) a estrategias que recogen el comportamiento de estos mercados, pero aplicando el filtro de la sostenibilidad. “Es una tendencia generalizada, que también se aprecia en el universo de renta fija. Muchos clientes cambian sus asignaciones para cumplir con criterios ASG. Es algo que se aprecia también en Portugal, donde los inversores muestran una alta sensibilidad a estos temas, al ser un país muy vulnerable a los efectos del cambio climático”.
La gestora también ha alcanzado un acuerdo con MSCI que le ha permitido crear una gama de productos de megatendencias. “En Europa, tenemos exclusividad con este proveedor de índices, lo cual es una ventaja competitiva muy importante. Hoy contamos con productos ASG para apostar por temáticas como smart cities, economía digital, movilidad, tecnología disruptiva o millennials. Los índices siguen metodologías muy sofisticadas de selección de valores a partir de la inteligencia artificial. Y con el producto el cliente puede diversificar sus carteras, haciendo apuestas muy enfocadas en una determinada temática o haciendo una combinación entre ellas”.
Midiendo la temperatura de los ETF
La tercera gran novedad en Lyxor ha sido la publicación de las temperaturas implícitas actuales de más de 150 de sus ETF. El objetivo que se han fijado es ofrecer a los inversores la información que necesitan para evaluar mejor el impacto de sus carteras en el calentamiento global y armonizarlas con los objetivos del Acuerdo de París (mantener el aumento de la temperatura en este siglo muy por debajo de los dos grados con respecto a la época preindustrial y continuar los esfuerzos para limitar dicho aumento a 1,5 grados).
“Esto es algo muy importante, sobre todo para que el inversor institucional pueda tener la certeza de estar cumpliendo con sus políticas de inversión. Hemos sido los primeros en hacerlo. Estamos claramente enfocados en ello. Debemos dar información a nuestros clientes sobre un tema que, actualmente, para ellos es clave., ya que muchos de ellos son miembros del Net Zero Alliance, organización integrada por gestoras de activos que buscan asegurarse de que sus inversiones están alineadas con los objetivos de sostenibilidad del planeta”, concluye.
