Pensamos que 2022 puede ser otro buen año para las bolsas, especialmente para las europeas. El mercado estadounidense tiene a priori menos potencial (aunque es más defensivo) porque se puede ver más presionado por su alta valoración (PER 22e 21,3x) mientras que las bolsas europeas registran una valoración inferior (PER 22e Stoxx600 15,4x, Eurostoxx50 14,9x e Ibex35 12,6x). De hecho, este diferencial de valoración está en la banda alta de la historia. Por tanto, en 2022 podemos ver subidas de entre el 5% y el 10% en el mercado estadounidense y superior, de entre el 10% y el 15%, e incluso algo más, en las bolsas europeas.
Para 2022 la valoración favorece como pocas veces a las bolsas emergentes, pero los diferenciales de crecimiento económico y de beneficios empresariales frente a desarrollados son inexistentes. Por tanto, en el inicio de 2022 seguimos estando más cómodos sobreponderando las bolsas desarrolladas frente a las emergentes, a la espera de la evolución de la pandemia y de que China recupere mayor nivel de actividad económica. En cuanto a los sectores, dado que pensamos que los tipos de interés han hecho un suelo estructural, de largo plazo, en los países desarrollados, el progresivo aunque lento repunte de los mismos sirve como catalizador de una rotación sectorial, en la que se ven beneficiados financieros, industriales, materiales básicos y energía. Además, la recuperación económica y la inflación apoyan a los sectores más cíclicos en detrimento de los más defensivos y con más deuda en balance, como pueden ser consumo básico, utilities o inmobiliario.
3/10