Peter De Coensel (CEO de DPAM): “Intentar recuperar las pérdidas con soluciones arriesgadas a corto plazo conlleva sus riesgos”

Peter de Coensel. Foto (FundsPeople)

En 2022 se abrió un nuevo mundo para los mercados financieros. El sector de la gestión de activos se enfrentaba, y aún se enfrenta, a la inflación vinculada a la economía real. "Los mercados de renta variable, los de crédito y, con un poco de retraso, los de capital riesgo se han visto muy afectados por la subida de los tipos de interés. Los ingresos de la gestión de activos dependen de los activos gestionados, que son difíciles de controlar en este entorno", reconoce Peter De Coensel, consejero delegado de DPAM. Así, a medida que el valor de los activos ha ido bajando y los costes subiendo, el margen se ha reducido considerablemente y, según el experto, es difícil predecir cuándo se detendrá este fenómeno.

No obstante, el CEO se muestra satisfecho con su primer año al frente del negocio y en especial con el crecimiento de DPAM en el mercado español. “España es sin duda uno de nuestros casos de éxito. A lo largo de los años, hemos ampliado constantemente nuestra cuota de cartera y hemos aumentado la fidelidad de nuestros clientes. Seguiremos atendiendo a nuestros clientes españoles con soluciones de inversión sólidas, con el apoyo de una organización ágil y orientada a lo digital”, afirma De Coensel.

Activos y sostenibles

Desde hace meses hay muchas tensiones en el mercado, provocadas sobre todo por la elevada volatilidad. A pesar de ello, según el consejero delegado, es importante que los inversores traten de evitar comportamientos impulsivos en esta fase bajista. "Intentar recuperar las pérdidas con soluciones arriesgadas a corto plazo conlleva sus riesgos. La coherencia en nuestros procesos de inversión es crucial y el rendimiento no se mide en un solo año natural. Es esencial ampliar los horizontes de inversión centrándose en los rendimientos previstos para los próximos cinco a siete años", insiste.

El aumento de la incertidumbre ha empujado a los inversores hacia posibles refugios seguros y soluciones pasivas. Sin embargo, el profesional sigue convencido de que no hay que subestimar el valor de la gestión activa. "Ser capaz de identificar y seleccionar las acciones, los créditos o los bonos del Estado más adecuados puede marcar la diferencia. Las tendencias son claramente visibles en 2022. Durante las próximas fases de consolidación y la posterior recuperación, un planteamiento activo de la gestión puede aportar un enorme valor añadido", comenta.

El mantra de DPAM sigue siendo un planteamiento bottom-up, que parte de un pensamiento de gestión fundamental. “Basándonos en una firme convicción, combinamos la gestión activa con el análisis fundamental y los criterios ASG con el objetivo de lograr una rentabilidad de calidad ajustada al riesgo a lo largo de un ciclo de inversión", recuerda.

Por eso ve importante tener capacidad de interpretación cualitativa y de diálogo con las empresas durante un largo periodo. "Los análisis medioambientales y sociales deben ponerse al mismo nivel que los financieros. La información que utilizamos procede de empresas, gobiernos y proveedores de datos externos, que combinamos con nuestra propia investigación interna porque las calificaciones de las agencias a menudo han resultado insuficientes para la toma de decisiones", subraya. Esto podría resultar una base sólida para la construcción de carteras, independientemente de las circunstancias del mercado.

2023: la recompensa de la gestión activa

Por primera vez en 25 años, el mercado de renta fija se ha vuelto atractivo en términos de valoraciones. En este contexto, DPAM infraponderó la renta variable para aumentar la exposición a la renta fija, favoreciendo el componente de grado de inversión. En resumen, 2022 fue un año en el que casi todas las clases de activos registraron rendimientos negativos, con caídas simultáneas de acciones y bonos. Esto también provocó importantes flujos de salida. "Cuando los inversores decidan reinvertir, como suelen hacer, lo harán simultáneamente y existe la posibilidad de que todas las clases de activos se beneficien", explica.

El consejero delegado cree que 2023 podría ser un año muy bueno y ofrecer excelentes oportunidades a los inversores que hayan mantenido la calma. "La dificultad del market timing sigue siendo: ¿entrar ahora? ¿Entrar más tarde? Hay que tener el valor de comprometerse y equivocarse durante seis meses o un año; ésa es una de las características de un gestor activo", ríe.

Mirando hacia el futuro

Otro elemento clave para entender qué dirección tomará el futuro es la centralidad de la digitalización. "Uno de mis principales objetivos este año ha sido -y sigue siendo- la integración de soluciones digitales para nuestros clientes, gracias a las cuales podemos simplificar aún más nuestros procesos internos, para ofrecer un servicio excelente", explica.

Y no solo eso, durante 2022 la gestora continuó su expansión hacia el este con la apertura de una oficina en Asia a través de una empresa conjunta en Hong Kong con el socio OFI Asset Management. "El objetivo es enriquecer nuestro análisis global cubriendo también el mercado local asiático. No excluimos una futura expansión hacia el oeste a corto o medio plazo", concluye De Coensel.