Peter Oppenheimer (Goldman Sachs AM): “Hay dos tipos de disrupciones en el mundo, la tecnológica y la política”

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La palabra disrupción se ha convertido en una de las más repetidas en cualquier conferencia que se precie, incluyendo las que organizan las gestoras de fondos. Eso sí, normalmente esta palabra suele ir acompañada de otra como es la tecnología y de hecho son muchas las firmas de inversión que han incluido el nombre de disruptive en aquellos fondos que invierten en los nuevos negocios que se derivan de las miles de innovaciones tecnológicas a las que se enfrenta día a día la sociedad.

Sin embargo, la tecnología no es el único área que presenta ese carácter de disruptivo. Peter Oppenheimer, estratega jefe de renta variable de Goldman Sachs, identifica al menos dos áreas inmersas en ese proceso disruptivo que implica una ruptura con los modelos anteriores: “Hay dos tipos de disrupciones: la tecnológica y la política, y en los mercados las incertidumbres siempre se trasforman en un repunte de los riesgos”. 

Sobre el riesgo político se habló mucho en la conferencia a inversores profesionales que ha celebrado estos días Goldman Sachs AM en Madrid. Tanto de aquel derivado de la guerra comercial que mantienen EEUU y China pero que también afecta al resto del mundo, como del que campa a sus anchas por una Europa  en plena etapa electoral. “Hay una fragmentación política difícil de gestionar en Europa y que se ha reflejado en el auge de dos tendencias de extrema izquierda y extrema derecha como reacción, por un lado, a las políticas de austeridad puestas en marcha en Europa para afrontar la crisis financiera y, por otro, a la inmigración. Esta fragmentación, con el  aumento de las fuerzas antisistema, puede llevar a que los grandes partidos europeos hegemónicos, los populares y los socialistas, vean reducida la tradicional mayoría con la que han contado en el pasado”, afirma Jose Manuel Durao Barroso, presidente de Goldman Sachs Internacional y ex presidente de la Comisión Europea.

Sin embargo, Barroso confía en que Europa sabrá lidiar con esa disrupción política ya que “la resilencia de Europa es mucho mayor de lo que la gente cree, es una región que sabe adaptarse a los cambios aunque a veces seamos muy autocríticos”.  

Guerra comercial, incluso sin Trump

Con respecto a la guerra comercial, el mensaje está claro: los inversores deben estar preparados para un periodo convulso que sobreviva más allá del mandato de Trump y que tendrá un impacto negativo en la economía en mayor o menor medida . La pregunta es si la guerra comercial provocará ese cambio de ciclo que lleve a una recesión, el gran temor que cotizó en el mercado a finales de 2018, algo que desde Goldman descartan de momento. “Hay muchas razones para pensar que este ciclo tan poco usual de tipos e inflación bajas puede ampliarse en el tiempo ya que para pensar en recesión deberíamos ver ciertas variables que no se están produciendo”, afirma Oppenheimer y cita algunas, como el alza abrupta de la inflación, el colapso de los activos financieros o un apalancamiento excesivo. “En lo que hay que fijarse es en las condiciones financieras del sistema como se está fijando la Fed y en cómo se actúa frente a ellas. Es un tema de confianza y lo que está cotizando en el mercado es ese nerviosismo de la gente”, afirma este experto.