Por qué 2017 puede ser un buen año para el alfa y la gestión activa

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O.S. Fisher, Flickr, Creative Commons

Al margen de temáticas como el repunte del riesgo político o la Trumpflation (repunte de la inflación como consecuencia de la aplicación de estímulos a la economía real bajo la Administración Trump), uno de los temas o ideas de inversión en los que se están fijando las gestoras internacionales es en la dispersión, tanto entre activos distintos como dentro de cada universo de inversión.

La razón es que, tal y como detalla BlackRock en sus previsiones globales de inversión para 2017, “los retornos semanales de la renta variable se han vuelto más variados en los últimos tiempos, hasta el punto de que la brecha entre el cuartil ganador y el cuartil perdedor batió brevemente un máximo de ocho años tras las elecciones en EE.UU.”. Los analistas de la gestora opinan que “esta tendencia podría reforzarse, si la política monetaria le pasa el testigo a la fiscal – tanto en EE.UU. como en el extranjero-, incrementando el valor de los retornos en exceso que puedan generar los gestores activos que sean competentes”.

En la firma también alertan de que, junto a la dispersión, “las relaciones entre clases de activos que han durado por mucho tiempo parecen estar rompiéndose”. Por ello, y para “los inversores que estén buscando la construicción de carteras diversificadas de forma convencional, esta situación desafía algunas creencias populares”.

Por ejemplo, en la gestora destacan la correlación negativa entre renta variable y renta fija, que ha funcionado a lo largo de los últimos 30 años hasta convertirse en un punto clave para diversificar carteras: “Esta correlación se ha debilitado notablemente, haciendo que amortiguar las oscilaciones del mercado de renta variable sea más difícil”. Otras relaciones que se han alterado remiten a activos que históricamente han presentado un comportamiento muy similar, como el petróleo y las grandes capitalizadas con negocio nacional. “Como resultado, vemos que renta variable y alternativos adquirirán un rol mayor para frenar el riesgo presente en las carteras”, afirman desde la gestora.

Desde Goldman Sachs AM resaltan el buen posicionamiento que presenta la gestión activa de cara a 2017: “Pensamos que un acercamiento más dinámico puede añadir valor”. En la firma han indicado cuatro temas macro – que denominan “transiciones” que van a jugar un importante rol sobre sus previsiones para 2017: “1) El desafío del populismo a la globalización; 2) La suplantación del bajo crecimiento por la inflación, como un área de preocupación; 3) La prominencia creciente de las políticas fiscales frente a las monetarias; 4) El cambio desde más regulación a menos regulación en varios puntos clave de todo el mundo”.

La expectativa de la firma es que, en este contexto, “la renta variable, los bonos corporativos y los activos de mercados emergentes podrían cotizar en rangos muy amplios, en los que la volatilidad temporal causa periodos de debilidad seguidos por recuperaciones”. Esta clase de contexto “incrementa las oportunidades para una asignación táctica de activos y una gestión más dinámica de la inversión”, un acercamiento que, según los expertos de Goldman Sachs AM, “será crítico en el contexto de las valoraciones en general”.

Desde un punto de vista macro, los expertos añaden que “las transiciones de política monetaria a fiscal y desde la globalización al populismo deberían llevar a una mayor diferenciación y divergencia por fundamentales”. “Mientras que las valoraciones puedan ser elevadas dentro de cada clase de activo, la dispersión entre clases de activos es elevada, lo que proporciona oportunidades potenciales para buscar retornos a través de la selección de valores”, concluyen.

Máxima atención a la renta fija

La dispersión va a ser especialmente relevante entre activos de renta fija. Charles McKenzie, director global de inversiones de renta fija de Fidelity, explica que “por regiones, el ciclo crediticio dista mucho de ser uniforme”. Explica que “las empresas estadounidenses son las que más muestran los denominados espíritus animales”. Asimismo, afirma que “el resultado de las elecciones podría alargar el ciclo, ya que las empresas van a beneficiarse de rebajas de impuestos y oportunidades para repatriar tesorería aparcada en el extranjero”.

En cambio, McKenzie observa que “las empresas europeas marchan por detrás en el ciclo, en un punto en el que la debilidad nominal de la economía y el deterioro de los beneficios han deprimido la asunción de riesgos y la confianza empresarial”, contexto en el que se percibe “poco interés en elevar el apalancamiento de los balances, a pesar de las favorables condiciones de financiación”. Finalmente, el experto indica que, en Asia, “los fundamentales están a medio camino, aunque el trasfondo económico de la región sigue siendo favorable en su mayor parte”.

Por otra parte, el representante de Fidelity alerta que, en 2017, un riesgo clave para la renta fija corporativa será un posible contagio desde los mercados de deuda soberana: “El repunte de los rendimientos de la deuda pública podría erosionar las rentabilidades totales de los bonos corporativos, lo que provocaría una espiral negativa de salidas de capitales. Aunque no trabajamos sobre esta hipótesis, hay un riesgo que conviene vigilar de cerca si los tipos suben con fuerza”, concluye.

También se fija en las fuertes divergencias dentro del universo de renta fija Mark Burgess, director de inversiones para EMEA de Columbia Threadneedle Investments: “Los inversores tienen que escoger cuidadosamente para hallar rendimiento y unas rentabilidades ajustadas al riesgo atractivas. La gran dispersión de los diferenciales crediticios del índice mundial de deuda con grado de inversión indica que la selección de títulos puede aflorar valor”.

Aunque Burguess coincide en que el ciclo crediticio todavía no ha concluido, afirma que “es momento de ser más prudentes”. En un contexto de riesgos políticos al alza, el experto considera probable que “se experimente una mayor volatilidad en los mercados y que los diferenciales se estrechen hasta niveles excesivos”.