Por qué es tan importante para la OPEP el apoyo de Rusia e implicaciones para el precio del crudo

3488058401_e03732e1fb
World Economic Forum, Flickr, Creative Commons

Quién diría en enero que el petróleo pudiera superar los 50 dólares el barril en menos de un año. Y sí, sucedió el pasado martes: las dos referencias principales del crudo, Brent para Europa y WTI para EE.UU., marcaron máximos anuales. Este hecho se produjo después de que Rusia se alineara con la OPEP para frenar la producción de crudo, aunque la preferencia del país sea más por congelar el ritmo actual más que por recortarlo. En cambio, la organización  pretende reducir la producción en 700.000 barriles diarios, hasta los 33 millones al día; se trataría del primer recorte en ocho años, y llega en un momento en que la producción tanto de Arabia Saudí como de Rusia está rozando máximos históricos.

Según Richard Turnill, responsable global de estrategia de inversión de BlackRock, “se percibe el plan de la OPEP como un cambio estratégico de Arabia Saudí, para alejarse de la batalla por la cuota de mercado”. El experto percibe actualmente un riesgo menor al del pasado de que el precio del barril vuelva a hundirse; más bien, prevé que se vaya recuperando de forma gradual hasta alrededor de 60 dólares el barril, “donde es probable que oferta y demanda encuentren un equilibrio mejor”.

En Pictet AM estiman en cambio que el precio de equilibrio -teniendo en cuenta la perspectiva de crecimiento económico mundial y el dólar- se situaría en torno a 49 dólares/barril. “El nivel actual es lo suficientemente alto como para ser rentable para los productores, pero no tanto como para ser lastre del crecimiento global. Para que suba más el crecimiento mundial tiene que ser mayor de lo esperado o el dólar debilitarse significativamente”, comentan desde la gestora.

¿Por qué ha decidido Rusia apoyar el acuerdo del cartel del crudo? “Rusia, sumando gas y petróleo, sigue siendo el mayor productor de hidrocarburos. La subida de precios de las materias primas impulsó su crecimiento y contribuyó a mejorar su nivel de vida hasta otoño de 2008, cuando comenzó el debilitamiento y las condiciones crediticias se hicieron más restrictivas. De momento su economía real está aún poco representada en sus mercados de capitales, con un sector energético fuerte y otros más pequeños. Pero con los precios del petróleo en el entorno de 40-50 dólares por barril podemos considerar que la economía rusa ha tocado fondo y es previsible que en 2017 vuelva al crecimiento económico, con inflación cercana a la meta de su banco central y flexibilización monetaria”, detalla Klaus Bockstaller, gestor del fondo Pictet Russian Equities. Bockstaller cree que “con los precios del petróleo en niveles actuales y un contexto macroeconómico mejorado, la perspectiva es muy positiva para acciones rusas en los próximos 12 a 24 meses”.

Por qué ahora parece más creíble el recorte en la producción

Mark Tinker, responsable de renta variable asiática en AXA IM, considera que la incorporación de Rusia añade credibilidad al acuerdo del cartel: “La historia reciente (y no tan reciente) nos pide que seamos recelosos sobre la habilidades de esos acuerdos para aplicarse, pues no sólo está el incentivo de hacer trampas a lo grande, sino que los dos grandes productores junto con los saudíes, Rusia y EE.UU., obviamente no están cubiertos por la OPEP, e Irán está exento”.

Nitesh Shah, analista de ETF Securities, muestra una opinión similar: “Seguimos creyendo que la mayor parte del gran ajuste necesario para conseguir un equilibrio del mercado global será ejecutado por el recorte en la producción de países independientes a la OPEP”. Shah observa no obstante algunos progresos en esta área: “Se han planeado recortes de un billón de dólares en el capex de la industria energética que pegarán un mordisco a la oferta. Adicionalmente, la debilidad de los precios debería apoyar el crecimiento de la demanda”. El cálculo de ETF Securities es que el petróleo se mueva en un rango de precios de entre 40 y 55 dólares el barril, y que los verdaderos agentes que determinarán los precios serán los productores de EE.UU. a los que les resulte ya rentable el bombeo de petróleo en esta banda de precios. En todo caso, como simplemente se ha anunciado el acuerdo, pero no se ha ejecutado todavía, el analista recomienda esperar a la reunión formal que celebrará la OPEP el 30 de noviembre en Viena (la segunda de las reuniones oficiales de la organización en 2016) para conocer los detalles.

El turno de las petroleras

El punto de vista de Fidelity International es que, con independencia de los ajustes que anuncien los países productores de petróleo, el factor clave ha sido la capacidad de reacción de las petroleras a lo largo de todo el año para adaptarse al cambio de equilibrio entre oferta y demanda. “En reacción al mercado bajista de las materias primas, los equipos directivos han tomado medidas para reducir la oferta, de tal manera que ya no sean exclusivamente dependientes de una recuperación de la demanda para impulsar los precios. En términos relativos, la industria petrolera ha tenido más éxito, al mostrar reaccionar con mayor disciplina en el suministro y la producción que la industria del metal”, afirman los analistas de la gestora.

Otro factor importante ha sido la actuación de las compañías que explotan los yacimientos de petróleo de esquisto o shale oil, por su mayor flexibilidad para adaptarse a la oscilación de precios. La evidencia está en el número de pozos de extracción en EE.UU.: alcanzaron un récord de 1.925 en septiembre de 2014, y como consecuencia de la fuerte competencia con la OPEP y Arabia Saudí en particular, el número de pozos se redujo hasta sólo 489 en agosto de este año. “Esta caída ilustra cómo el productor que ha cambiado las normas en la industria del petróleo ha reaccionado a unos precios más bajos con fuertes recortes en su capex y su producción”, indican los analistas de Fidelity. Éstos calculan que estos recortes ayudarán directamente al equilibrio entre oferta y demanda a nivel global, y que los precios resultantes estarán más alineados con los costes marginales de la producción de petróleo de esquisto.

Daniel Doyle, gestor de high yield en Neuberger Berman, prevé que el precio del petróleo oscile entre los 40 y los 60 dólares el barril en los próximos 12 meses: “Creo que la producción offshore será la que afrontará más problemas, dado lo caro que es extraer petróleo con este sistema. En cambio, pienso que a medida que suba el precio del barril se incrementará la producción de shale oil en EE.UU., y como resultado no esperamos que el barril supere los 60 dólares en el corto plazo”. Asimismo, el gestor considera muy improbable que el barril vuelva a caer por debajo de los 30 dólares: “Sería insostenible en el largo plazo dado el equilibrio actual entre oferta y demanda”.