Por qué lanzar ahora un fondo de renta fija ultra corto plazo no es una locura sino una necesidad

Antonio Serpico. Foto cedida (Neuberger Berman)

¿Renta fija ultra corto plazo? ¿En este mercado? El NB Ultra Short Term Euro Bond de Neuberger Berman acaba de cumplir los tres años de track record. Y si ya suponía un reto lanzar una estrategia de bonos de corto plazo en 2019, gestionar renta fija en un entorno de subidas de tipos a nivel global es todo una carrera de obstáculos. Aunque Antonio Serpico no lo ve así. Para el gestor principal de la estrategia, un fondo de ultra corto plazo actualmente es más necesario que nunca.

Principalmente, porque hace falta opciones ante el declive de los fondos monetarios. Desde 2015, los monetarios han ido dando cada vez menos rentabilidad al inversor y ahora incluso es una garantía de rentabilidad negativa. “Creemos firmemente que debe haber en el mercado alternativas a los monetarios”, sentencia.

Segundo, que ahora hay países que están comenzando a cobrar por sus depósitos. “Lo vemos en conversaciones con muchos fondos soberanos de pensiones. Inversores institucionales de Francia o Suiza, nos necesitan más que nunca. Y necesitan una estrategia flexible que proteja su capital y además genere alpha”, explica.

Y parece que los clientes están de acuerdo. En apenas tres años desde su lanzamiento, el fondo ha obtenido en 2022 el Rating FundsPeople por su calificación de blockbuster.

Cómo sobrevivir en la era de la normalización monetaria: flexibilidad

El NB Ultra Short Term Euro Bond es uno de los tres fondos nacidos del fichaje del equipo de seis gestores de renta fija europea de BNP Paribas AM en 2018. Patrick Barbe, Yanick Loirat, Vito Cavaliere, Antonio Serpico y Segejs Prala se unieron en octubre de ese año a Neuberger Berman. Un movimiento ideado con el fin de potenciar el área de renta fija Euro Aggregate en NB.

Así, los fondos buscan explotar las décadas de experiencia de los gestores en renta fija europea. Una trayectoria en un mercado donde la capacidad de generar rentabilidad ha mutado. “Asumir riesgo en crédito técnicamente no es inevitable, pero si es difícil elegir no hacerlo. Podría lograr una rentabilidad positiva solo con gubernamentales si me lo plantease, pero eso requeriría tener todo el BTP italianos. En cambio, el crédito sigue siendo una opción interesante, sobre todo cuando el BCE ha asegurado que será muy transparente con su forward guidance para los tipos”, argumenta.

Lo que sí ve innegociable es la flexibilidad en el mandato. La libertad suficiente para ajustar la cartera a un periodo de volatilidad en renta fija. “Es muy fácil perder dinero cuando los spreads suben”, reconoce Serpico. Por eso, explica, se centraron en simplificar al máximo la estrategia. Así, la cartera se compone en base a dos grandes pilares. En el primero está el grueso del fondo. Esa parte core representará del 80 al 100% de la cartera. Aquí encaja el papel más defensivo, de baja volatilidad y emisiones más sénior, con una madurez de 0 a 5 años. “El plan es que nos proporcione un carry tranquilo a lo largo del año”, cuenta.

Un método que aplica en este primer pilar es una estrategia de trading rolldown diario. Esto es, vender a diario la emisión con el vencimiento más corto para comprar el siguiente plazo más largo. “Es una jugada sencilla pero efectiva con un Banco Central Europeo que va a ser muy transparente con su política monetaria futura”, afirma el gestor. Y el segundo pilar es más táctico. Puede representar del 0 al 20% del fondo. Aquí sí pueden ir a plazos más largos que los cinco años. La finalidad de esta parte es crear un alpha adicional.

Y Serpico afirma que hacen un verdadero uso flexible de esta herramienta. De hecho, a pesar de solo suponer una parte pequeña del fondo, ha sido la responsable de generar entre el 40 y el 60% de la rentabilidad anual. “Es lo que me permite gestionar correctamente el riesgo del spread”, apunta el gestor. Mediante la compra y venta de futuros sobre los tipos, Serpico juega el ensanchamiento o el estrechamiento de los diferenciales, según el apetito por riesgo que hay en el mercado en ese momento