"Sirven para reducir la volatilidad y dar mayor consistencia a las carteras. Los bonos de EEUU están siendo una de las sorpresas positivas de este año". Para Nicole Miller, responsable de uno de los cinco equipos de renta fija de J.P. Morgan AM, considera que en el entorno actual, en el que no espera una recesión en EEUU ni subidas de tipos de interés, puede ser interesante meter duración en las carteras de renta fija.
Su resumen de la economía estadounidense es un entorno en el que la creación de empleo va a un ritmo similar al de anteriores crisis económicas, con un mercado laboral que ha perdido flexibilidad y dinamismo, debido a la losa de la deuda hipotecaria. Aunque las revisiones al alza de los beneficios se han ralentizado en EEUU, han mostrado durante 2011 un crecimiento sensiblemente mayor al visto en otras regiones.
A la hora de invertir en una cartera de renta fija, consideran que en la parte central de la misma y con el mismo peso que los bonos europeos, deben aparecer los bonos en dólares. “Históricamente, ha salido bien la diversificación de una cartera de bonos estadounidenses”, explica Miller. Así, si el índice Barclays Euro Aggregate (Hegded) Index ha ofrecido una rentabilidad anual del 5,05% en los siete últimos años, una cartera en la que se incluye un 25% de bonos estadounidenses logró un 5,3% y si se aumenta el peso estadounidense al 50% la rentabilidad sube al 5,46%.
En su opinión, la renta fija estadounidense ofrece una buena oportunidad de contar con activos de alta liquidez. Además, su baja correlación con los bonos europeos mejora la diversificación de la cartera de renta fija, aumentando la rentabilidad. “Puede aumentar en 200 puntos básicos la rentabilidad de una cartera diversificada de renta fija compuesta exclusivamente por bonos europeos”, explica.
A la hora de crear las carteras de su fondo JPM US Aggregate Bond Fund se decanta por títulos de alta calidad y por emisiones corporativas. Las emisiones del Tesoro sólo representan el 20% de la cartera.