Por qué los inversores en multiactivos no deben olvidarse del petróleo a la hora de hacer sus asignaciones

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Ian Simmonds on Unsplash

Después de algunos años convulsos, el petróleo ha terminado 2017 con un rally que ha impulsado al Brent (de referencia en Europa) hasta cerca de los a dólares el barril, mientras que el WTI (de referencia en EE.UU.) se despedirá del año rondando los 60 dólares. El principal condicionante al comportamiento del crudo en lo que va de año ha sido el acuerdo entre la OPEP y algunos países no miembros -siendo Rusia el más relevante- para reducir la producción de crudo, acuerdo que se ha acordado extender hasta finales del año entrante. No obstante, han sido varios los expertos que han alertado de que este rally podría llegar pronto a su fin. Los últimos en pronunciarse son, desde Amundi, Monica Defend, responsable de estrategia, y Francesco Sandrini, responsable de multiactivos, income y retorno real.

“A pesar de la última decisión de la OPEP de recortar la producción hasta finales de 2018, los precios podrían reducirse como resultado del incremento de la producción de EE.UU., de la que se espera que supere los 10 millones de barriles al día a principios de 2018”, comenta Defend. En su opinión, la clave para entender el comportamiento de la commodity, al menos en el corto plazo, será la elasticidad de la oferta de petróleo de esquisto en EEE.UU.: “Si la producción se incrementa drásticamente, hasta alrededor de 11 millones de barriles por día, el retorno podría situarse en un rango entre 30 y 50 dólares el barril” explica Defend, aunque aclara que este no es el escenario central de Amundi. En la gestora prevén más bien que los precios del crudo se mantengan estables, en un rango entre los 60 y los 65 dólares para el Brent a lo largo del año.

Los expertos opinan sobre el lado de la demanda que esta se mantiene fuerte, y “debería proceder tanto de los mercados desarrollados como de los emergentes”. Sin embargo, prevén que el crecimiento de la oferta (tanto OPEP como no miembros) caiga de los tres millones de barriles al día a 2,6 millones, “lo que significa que el exceso de oferta esperado se sitúa en torno al millón de barriles al día, el nivel más bajo de los últimos cinco años”. A este respecto, Defend y Sandrini recuerdan que el objetivo final del acuerdo para el recorte de la producción es “reequilibrar los inventarios globales de petróleo por debajo de la media de los últimos cinco años (todavía están unos 154 millones de barriles por encima de la media), en un esfuerzo por mantener los precios del petróleo dentro de la zona de confort de la OPEP”.

Por qué es necesario vigilar el comportamiento del crudo

Francesco Sandrini afirma que “la evaluación de los movimientos del precio del petróleo es particularmente relevante para los inversores multiactivos”. En opinión del responsable, esta evaluación no es sólo relevante para vigilar las oportunidades de inversión que vayan surgiendo, sino que “también guía las dinámicas del sector, tanto directamente, como es el caso del sector de la energía, como indirectamente, como por ejemplo a través del sector del transporte”. Además, el experto indica que la evolución del crudo “afecta a la previsión macro para los países, tanto importadores como exportadores”.

Como la previsión para el crudo de la firma para 2018 es constructiva respecto a la dinámica de la oferta y la dinámica, aunque similar a la vista en 2017, en Amundi se mantienen neutrales en términos de previsión por países. “Creemos que, en el corto plazo, los inversores todavía tienen oportunidades limitadas en las inversiones directas en petróleo”, afirma Sandrini.  La razón es que, aunque reconoce que “la pendiente de la curva futura apunta a un entorno de inversión mejor, pensamos que la mayoría de los supuestos ya se han puesto largamente en precio, al situarse el precio del Brent en torno a los 62,5 dólares el barril, exactamente en el medio del rango dado para 2018”.

Por otra parte, Sandrini observa que la inversión directa en crudo ha mostrado una volatilidad implícita media del 30% desde 2015, una proporción que se ha reducido ligeramente. El experto indica que estas proporciones convierten al petróleo en “una inversión con un perfil de rentabilidad riesgo asimétrico para los inversores, ya que la probabilidad de que se ejecute un stop loss en el corto plazo supera al número de oportunidades”.

Adicionalmente, el experto observa que, en esta fase del mercado, “las inversiones de renta variable en el sector de la energía parecen estar siguiendo el mismo patrón, pues la amplitud de la industria (porcentaje de compañías que baten a su media móvil de un año) parece bastante plano, tras un rally significativo desde los mínimos de agosto”. De hecho, el responsable observa que muchos inversores siguen pensando en el mercado de la energía como un cuchillo cayendo en picado o, lo que es lo mismo, que muchos “están buscando más consolidación en el sector”.

¿Cuál es el consejo del responsable para encarar 2018? Sandrini explica que, a pesar de la postura cauta actual de Amundi, se están revisando los sectores vinculados a la energía con una visión más constructiva, “debido a los rápidos cambios en el sentimiento y al posicionamiento conservador del mercado”. Además, admiten tener un enfoque mayor sobre la rentabilidad de las compañías en relación con años anteriores. “Sin embargo, creemos que debido a la posible consolidación en el sector, las oportunidades más convincentes siguen en el stock picking, más que a través de exposiciones direccionales sobre el sector, como por ejemplo a través de derivados”, concluye.