“Queso, mantequilla, barcos, fertilizantes y coches, todo es la misma cosa”, afirma Iván Martín, cofundador y director de Inversiones de la boutique, en referencia a los sectores donde sí está posicionándose.
En su última carta trimestral a inversores, el cofundador y director de Inversiones de Magallanes Value Investors, Iván Martín, resume a sus clientes algunas de las novedades más importantes de sus fondos. Entre ellas, destaca la incorporación de valores que reúnen, a su juicio, las características propias de una inversión “estilo Magallanes”: empresas baratas, fuera de moda y cotizando muchas de ellas en mínimos históricos.
“Queso, mantequilla, barcos, fertilizantes y coches, todo es la misma cosa”, afirma Martín en su carta. Con esta frase se refiere a la búsqueda de oportunidades de inversión y en qué sectores las está encontrando en estos momentos o qué valores concretos le están dando la razón tras un tiempo posicionado en ellos. Compañías como Savencia (de elaborados lácteos), Scorpio Tankers (de product tankers en el argot naviero, esto es buques de transporte de productos refinados del petróleo) o Potash Corp (productora de potasio, pero también de nitrógeno y fósforo) están o han entrado recientemente en cartera. Respecto a la industria del automóvil en Europa, “también ofrece oportunidades de inversión poco usuales en un entorno de mercados en máximos históricos”, señala el director de Inversiones de la boutique, quien justifica que “posiblemente, algunos de los fabricantes europeos de coches que hemos analizado y comprado recientemente estén entre las ideas de inversión en valor más baratas que hemos encontrado en los últimos años”.
Pero, la gran duda que le plantean los inversores al gestor español hoy por hoy es por qué no compra bancos si su estilo de gestión, el value investing, hace que él y su equipo se fijen en “lo más feo” del mercado. A esta cuestión, Martín no rehúye la respuesta. Al contrario, da una fundada explicación.
“Es cierto que el sector bancario ha sido uno de los peores en comportamiento de los últimos años, con pérdidas importantes por el camino, como la resolución de Banco Popular el pasado 6 de junio, banco que analizamos en su momento profundamente después de la última ampliación de capital el año pasado y que descartamos al ver la compleja situación de balance de la entidad”, reconoce el responsable de Magallanes. “El resto de la banca española, excluyendo los dos grandes bancos globales, es aún difícil de digerir. Se hace complicado invertir en negocios con una naturaleza de apalancamiento tan elevada, especialmente cuando algunos de estos bancos tienen un nivel de inversión en bonos de gobierno tan desproporcionado que llega a multiplicar en varias veces el tamaño de sus fondos propios”, razona Martín.