Previsiones macro: qué esperan las gestoras para la economía en el segundo semestre

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Tras superar la crisis económica provocada por la pandemia y después de un fuerte rebote del crecimiento mundial, ¿qué le depara a la segunda mitad de 2021? Las gestoras internacionales destacan los principales datos macroeconómicos a los que están atentos de cara a la segunda mitad del año. Estas son sus perspectivas.

Alvaro Cabeza (UBS)

Estamos en un punto complejo para las carteras. Álvaro Cabeza, responsable de UBS AM Iberia, ve valoraciones altas en el mercado de renta variable estadounidense y neutrales en los mercados de renta variable ex-EE.UU. Así, la entidad estima que la rentabilidad de la bolsa mundial en los próximos 5 años será cerca del 5,1% en dólares estadounidenses sin cobertura. En contraste, los bonos, con la divisa cubierta, obtendrían rentabilidades en la parte baja de un solo dígito. Dicho lo cual, esta cifra es superior a la de hace un año, cuando su previsión para la deuda pública mundial era del 0% en cinco años.

Los activos alternativos se ven afectadas por el entorno de bajos tipos de interés, pero para el experto siguen siendo favorables en relación con los mercados cotizados. En cuanto al capital riesgo, esperan ver una prima similar a la que hemos visto históricamente, del 7,4%. De hecho, calculan que la rentabilidad del mercado inmobiliario se acercará a la de la renta variable, con un 4,5%. Por último, los hedge funds y el crédito privado se situarían algo por debajo del 4%.

Carla

“Las vacunas, el apoyo político y la eficaz adaptación de muchas empresas para operar a pesar de las restricciones ha llevado a Schroders a elevar su previsión de crecimiento, especialmente para EEUU, Reino Unido y la eurozona. “Además, la aceleración del crecimiento económico en estos mercados probablemente se filtrará a los emergentes a través de una mayor demanda de exportaciones”, explica Carla Bergareche, directora general para España y Portugal. Calculan que la economía mundial crezca un 5,9% este año.

Mientras, la inflación aumentará a corto plazo por el encarecimiento de las materias primas y la reapertura del sector servicios. “La Fed podría reducir las compras de activos en diciembre, pero el BCE no se verá obligado a cambiar su política y el periodo de inflación por encima del objetivo en muchos mercados emergentes irá remitiendo”, defiende la experta.

Impulso del consumo

Peter van der Welle, estratega del equipo de macro global de Robeco, prevé que la expansión económica mundial continuará. Aunque el ritmo de la misma, así como su amplitud, se atenuarán gradulmente. Durante la segunda mitad de 2021, el aumento del empleo, los efectos positivos sobre la riqueza de un mercado inmobiliario resiliente, los efectos indirectos del estímulo fiscal (pasado) y las tasas de interés reales, históricamente bajas, impulsarán el consumo y las inversiones.

Esto significa que la denominada reflación sobre la tendencia del crecimiento económico y el aumento de la inflación todavía tiene patas. “El mercado claramente se ha vuelto más ansioso por el reciente cambio radical (hawkish) en la orientación de la Fed”, interpreta Van der Welle. No cree que la Fed haya abandonado los objetivos de inflación promedio dado su fuerte enfoque en lograr el máximo empleo y su falta de predisposición para subir los tipos de manera preventiva. “A lo sumo, el reciente cambio en el diagrama de puntos del FOMC indicó que sus miembros son conscientes de los riesgos de sobrecalentamiento de los riesgos de cola”, matiza. Por ello, vaticina que la curva de rendimiento de EE. UU. podría volver a subir. Aunque el aumento en el extremo de la curva podría estar impulsado más por los tipos reales que por la necesidad de compensación por la inflación.

luca_paolini

Pero encontramos a alguien que va contracorriente. Luca Paolini, estratega jefe de Pictet AM, ve una desaceleración en la segunda mitad del año. Además, el consenso de aumento de beneficios ha alcanzado sus previsiones, limitando el margen de sorpresas positivas mientras que la liquidez está creciendo a ritmo mucho menor que hace meses.

“Tras las fuertes revalorizaciones en el año es momento de precauciones”, advierte.  Consideran las acciones de EE.UU. las más caras y han rebajado las japonesas a neutral. Ven potencial en Reino Unido, más barato, con mayor proporción en finanzas y acciones de calidad, que deben comportarse bien. Pero han rebajado consumo discrecional y cerrado su sobreponderación en industriales.  “Además salud y servicios públicos tienden a aguantar la inflación”, comenta.  Sobreponderan finanzas y bienes inmuebles, baratos históricamente y atractivos cuando las economías reabren.  “Además, los inmuebles pueden ofrecer protección contra la inflación”, explica. Por otra parte, siguen favoreciendo bonos de EE.UU. y del Gobierno chino. “Estos muestran resiliencia y ofrecen diversificación y baja correlación con otros activos”, argumenta.

Europa puede sorprender

El crecimiento mundial continúa mejorando, con la vacunación acelerándose en Europa, la economía estadounidense en apogeo y el crecimiento chino todavía al alza. Es el escenario benigno que prevé Esty Dwek, responsable de Estrategias de Mercado Global de Natixis IM Solutions. Los datos europeos han sido mejor de lo anticipado, opina. Así deberíamos ver en la segunda mitad del año una fuerte recuperación, impulsada por la demanda reprimida y los desembolsos procedentes del Fondo Europeo de Recuperación.

La continua reapertura de EE.UU. y Europa está apoyando el repunte de los datos económicos, que Dwek  prevé que deberían seguir siendo muy sólidos durante algún tiempo. En EE.UU, sigue existiendo cierta holgura en el mercado laboral, pero las encuestas ISM y PMI apuntan a un fuerte crecimiento en todos los sectores. Además, con la propuesta de la Comisión Europea de suspender las normas de déficit hasta finales de 2023, los países podrán seguir siendo fiscalmente más expansivos.

El debate en torno al crecimiento, la inflación y la reducción de los estímulos va a seguir estando de actualidad durante algún tiempo, prevé Gaurav Chatley, gestor del M&G European Credit Investment Fund. A medida que las economías europeas se reabren y el crecimiento se recupera, las dudas sobre si esta situación conducirá a un repunte de la inflación, si este será o no transitorio y si ello se traducirá en una eventual reducción/retirada de los estímulos de los bancos centrales cobrarán cada vez mayor importancia. En su opinión, estos serán los catalizadores clave de la volatilidad.

Pero también de las oportunidades en los mercados de bonos europeos durante el resto de este año y el próximo. “Los diferenciales de la deuda corporativa están muy correlacionados con el flujo de los últimos cinco años del QE. Probablemente más que con la envergadura de las compras de activos”, resalta Chatley. Ve los diferenciales de los bonos corporativos a nivel sectorial muy comprimidos en este momento. Por lo tanto, hay pocas oportunidades a escala sectorial. A menos que se esté dispuesto a asumir riesgos cada vez menos recompensados. “Sin embargo, existen sin duda algunas oportunidades en las que invertir: los ángeles caídos del año pasado constituyen un buen ejemplo”, propone.

La inflación marca a los bancos centrales

Matt Peron

Para Matt Peron, director de análisis de Janus Henderson Investors, ahora los consumidores serán protagonistas. Las operaciones digitales no desaparecerán, ya que los consumidores experimentaron la eficiencia de los pagos en línea. Por otro lado, los modelos de trabajo y aprendizaje híbridos han llegado para quedarse y algunas actividades de la era pandémica registrarán un declive (como los videojuegos), pero esperamos que los viajes y las actividades sociales aumenten.

 Aunque una cierta inflación es señal positiva de una economía en vías de mejora, si es difícil de controlar podría reducir el valor actual de todos los activos de mayor riesgo, opina. Además, unas subidas contundentes de tipos, a medida que los bancos centrales buscan recortar distancias, cumplirían la profecía de que una política monetaria restrictiva provoca el final de una expansión.

Su hipótesis principal para lo que queda de 2021 es que la recuperación se ampliará. Así, creen que redundaría en interés de los inversores equilibrar su exposición a largo plazo con títulos de mayor calidad cuyos beneficios deberían verse impulsados durante varios trimestres en una coyuntura de aumento de la actividad económica.

Lucía Gutiérrez Mellado (JP)

También Lucía Gutiérrez-Mellado, directora de Estrategia de JP Morgan Asset Management para España y Portugal, ve un contexto macro sólido. Ve probable que persistan las preocupaciones por la inflación, pero defiende que se tendrían que dar muchas malas noticias para que los bancos centrales modifiquen significativamente sus planes actuales para una eliminación de los estímulos.

Dado que la actividad económica y las ganancias corporativas parecen estar bien respaldadas por ahora, creen que las acciones se moverán al alza, pero a un ritmo más lento y con los potenciales baches habituales en el camino.

“Es probable que la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se celebrará en noviembre de 2021, produzca una serie de anuncios políticos, regulatorios y en el área de la inversión, creando ganadores y perdedores dentro de las carteras”, vaticina. Algunas empresas se beneficiarán de nuevas inversiones en infraestructuras verdes o de estar bien preparadas para la transición en comparación con sus competidores.

Solidez económica en el segundo semestre

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La inflación y la recuperación económica son los dos focos para Iñigo Escudero, director de Invesco para Iberia, LatAm, Israel & US Offshore . La gradual reapertura de las economías, las medidas de estímulo aplicadas por los distintos gobiernos y los bancos centrales y el ahorro acumulado por los hogares durante las restricciones generarán, en su opinión, un fuerte ritmo de crecimiento en la segunda mitad del año. “De hecho, la mayor parte de las previsiones han sido revisadas al alza recientemente”, resalta.

No obstante, ve muchas dudas del efecto que puede tener este crecimiento en la inflación. “De momento ya hemos visto un repunte de los precios, que se sitúan en sus niveles más altos desde hace años, pero hay muchas dudas de si se trata de un repunte temporal o ha vuelto para quedarse”, explica. Aunque es pronto para sacar conclusiones, no prevén una inflación descontrolada pero si mayor que la que hemos visto en los últimos años.

Romain Duverge, gestor senior y estratega de mercados en Goldman Sachs Asset Management

Una senda sólida, pero no recalentada. Así atisba Romain Duvergé, gestor senior y estratega de mercado de Goldman Sachs Asset Management la economía en 2021. El gasto en servicios domésticos se ha reanudado, pero el consumo general es suave debido a la reducción de gasto en bienes. Para el experto sigue habiendo incertidumbre sobre hasta qué punto se gasta el exceso de ahorro. A nivel regional, el impulso del crecimiento de Estados Unidos puede haber alcanzado su máximo y enfrenta desafíos debido a las limitaciones en la oferta de capital y mano de obra.

Mientras tanto, la recuperación europea está ganando ritmo y a corto plazo, el crecimiento en ciertas economías de mercados emergentes sigue haciendo frente a nuevos brotes de virus y una implementación más lenta de la vacuna. Un potencial viento de cola para el ciclo post-pandemia es el fuerte aumento en el gasto en inversión, tanto del sector público como el privado en el camino hacia una economía más digitalizada y verde. Una de las grandes incógnitas para Duvergé es la inflación. “Creemos que la pandemia y la respuesta de la Fed han colocado la inflación de Estados Unidos en una senda moderadamente más alta en comparación con su tendencia después de la crisis financiera. Por el contrario, esperamos unos resultados de inflación moderados en Europa y Japón”, argumenta.

¿Volveremos a hablar del tapering?

Y un entorno macro positivo trae perspectivas de beneficios muy favorables. Algo que para Romain Boscher, director de Inversiones global de renta variable de Fidelity, explica las altas valoraciones con que estamos iniciando el semestre. Pero hace un llamamiento importante: “No hay que hacer la comparación con el año pasado, algo que tendría poco sentido dada la recesión económica, sino con 2019”. Así, mientras que los beneficios en Europa de aquí a diciembre (y para 2021) podrían ser apenas algo superiores a los de hace dos años, a escala mundial espera un aumento medio del 15% impulsado por Asia.

Esta situación, resalta, se verá reforzada por la inversión masiva de los gobiernos en todo el mundo, con una dispersión que traspasa las fronteras sectoriales y geográficas. Aunque tienen un sesgo hacia el crecimiento, afirma que los valores cíclicos de sectores como el tecnológico y el industrial se verán favorecidos. Además siguen cautos con el potencial alcista de los bancos en general.

Stefan

Stefan Kreuzkamp, director de Inversiones en DWS, también comparte esa visión positiva. A nivel global, espera una tasa de crecimiento del 5,8% para 2021 y del 4,6% para 2022. Asimismo, vaticina que la presión inflacionista alcanzará su punto máximo este año, a partir del cual se estabilizaría. “El efecto actual de la demanda reprimida, que provoca una presión al alza de los precios, debería volver a remitir, y las alteraciones de la oferta, que también provocan una importante presión sobre los precios, han concluido en gran medida”, desgrana Kreuzkamp.

El experto no espera que la rentabilidad de la deuda pública suba mucho. Tampoco ven en el horizonte ninguna subida de tipos ni en la eurozona ni en Estados Unidos antes de 2023. Además,  continuarán con sus programas de compras de activos. “Sin embargo, en agosto, en la reunión de Jackson Hole de los banqueros centrales de Estados Unidos, el tapering podría volver a la agenda”, matiza.

Previsiones soleadas para verano y más allá

Robert Lind Noticia

Coinciden los expertos en ver un sólido crecimiento de las principales economías. “Con la llegada de las vacunas en noviembre, las nubes de la tormenta pandémica se están disipando”, defiende Robert Lind, economista de Capital Group. Conforme aumenta la vacunación y disminuyen las restricciones, es probable que las principales economías experimenten un sólido crecimiento durante el resto del año y hasta 2022.

Los consumidores y las empresas, que disponen de una gran liquidez, están dispuestos a gastar. Y eso acelera la recuperación. Y esto tiene implicaciones para las carteras. “Es comprensible que la reactivación de la economía mundial, impulsada por una demanda reprimida y un estímulo gubernamental sin precedentes, haya avivado el temor de los inversores a una mayor inflación y a la subida de los tipos”, analiza Lind.

No espera que se repita la elevada e inestable inflación de los años setenta. Pero un periodo de inflación moderadamente alta podría ayudar a la economía a ajustarse al choque de la pandemia. El riesgo que detecta Lind es que los bancos centrales se vean obligados a acomodar mayores déficits y deuda pública, lo que podría provocar presiones inflacionistas más persistentes. 

A medida que EE.UU., la eurozona o Reino Unido continúen avanzando con la reapertura de sus economías, Lale Akoner, directora de estrategia de inversión en BNY Mellon Investment Management, anticipa que la actividad económica repuntará con fuerza en la segunda mitad de 2021. Un movimiento impulsado por la enorme demanda acumulada y el efecto retardado de los masivos estímulos monetarios y fiscales.

Sin embargo, en el resto del mundo, el ritmo de vacunación está siendo más lento. Sobre todo en mercados emergentes como la India, Brasil o Sudáfrica. Por eso, aunque la recuperación mundial sigue vigente y robusta, Akoner prevé que será más desigual de lo que pronosticaban hace tres meses. Si la vacunación acelera en los emergentes rezagados, estas divergencias se podrían en los próximos trimestres. Pero, por el momento, sus previsiones contemplan algo más de variabilidad en el comportamiento económico. Esto será particularmente notable entre los principales países desarrollados (más China) y algunos de los mercados emergentes más importantes.

Las carteras estarán atentas a la Fed

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Es un punto que también destaca Daniel Morris, estratega de inversión senior en BNP Paribas AM. El reciente cambio en el mensaje de la Reserva Federal sobre las perspectivas de inflación y los tipos oficiales altera significativamente las perspectivas para algunos mercados. “Por un lado, poco ha cambiado”, plantea. La política del banco central es acomodaticia, el estímulo fiscal fluye y las tasas de vacunación siguen aumentando. Aún prevén que los tipos subirán, con ello, que las perspectivas para los mercados de renta variable y los activos de riesgo son positivas.

“Por otro lado, la política monetaria estadounidense será más estricta antes de lo esperado”, contrasta Morris. La Fed ahora se está enfocando en cuán fuertes son esas presiones y en la necesidad de subir los tipos para contenerlas. Las nuevas prioridades de la Fed implicarán que algunas de las apuestas de reflación (como el aumento de los rendimientos de los bonos del Tesoro y las expectativas de inflación y el rendimiento superior del value y de las acciones cíclicas) deberán repensarse.

En similar línea se mueve Gilles Möec, economista jefe de AXA Investment Managers: el entorno macroeconómico es positivo para la renta variable y el crédito. “Nos espera una mayor maduración de este inusual ciclo económico que todavía tiene como telón de fondo una pandemia mundial”, augura. Por ello, vaticina que no será fácil anticipar los grandes cambios en los mercados de renta variable, ni en las formas de la curva de rendimiento ni en el rendimiento de los mercados cruzados.

Por lo tanto, la diversificación sigue siendo muy importante a la hora de elaborar estrategias de inversión. Ya sea en una o varias clases de activos. Están positivos en cuanto a las perspectivas de crecimiento y al comportamiento de la inflación a medio plazo. “Pero en algún momento los tipos empezarán a subir y la Fed ha puesto a los mercados en alerta”, resalta Möec.

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Para Víctor de la Morena, director de Inversiones de Amundi Iberia, después del verano, llegará el verdadero test para la inflación. Será entonces cuando los efectos base se desvanezcan y los mercados se centren en los factores estructurales y la comunicación de los bancos centrales. Con esto en mente, sin descontar una posible pausa a corto plazo debida a las altas valoraciones, el entorno de recuperación económica favorece la evolución de la renta variable. Especialmente especialmente los de carácter pro-cíclico como Europa, Japón, emergentes y pequeñas compañías. De la Morena también continuidad en la rotación de growth a value. “Vemos interesante combinarla con posiciones en valores defensivos de calidad que se han quedado muy atrás”, propone.

Pero el repunte de la inflación y su efecto en los bancos centrales también afecta a la renta fija. Aquí el experto de Amundi abogaría por las duraciones cortas. En esperar mejores puntos de entrada para recuperar la neutralidad. “Pensamos que el bono americano podría alcanzar 1,8% -2%, por lo que se debe resistir la tentación de ir a duraciones largas”, insiste. También apoya estar positivos en deuda corporativa. Allí los fundamentales están mejorando con la recuperación económica, los bancos centrales siguen siendo protectores y los rendimientos podrían ofrecer un mayor colchón contra el alza de tipos.