Las gestoras internacionales comparten sus previsiones macroeconómicas para el próximo año. Bancos centrales, crecimiento mundial…
Se cierra un año complicado para el inversor, en el que economía y la geopolítica han recuperado su influencia en los mercados. Con los bancos centrales comenzando su retirada, el estado del crecimiento mundial y, por ende, de los beneficios empresariales cobra especial relevancia. Por ello, en esta serie de tres artículos, las gestoras internacionales comparten sus previsiones macroeconómicas para 2019.
Eugene Philalithis, gestor del FF Global Multi Asset Income Fund:
La relajación cuantitativa ha sido el único compás que ha sonado durante una década, pero la música está cambiando. En este entorno, esperamos que el crecimiento de los beneficios empresariales en EE.UU. afloje en 2019 pero siga siendo positivo, en torno al 8-9%. Entretanto, los elevados niveles de deuda y los aumentos graduales de los tipos de interés son los mayores riesgos para las bolsas, especialmente en Italia y China.
En renta fija, la marea que elevó todos los barcos se retira y la reducción de las inyecciones de liquidez está cambiando su dinámica: la calidad y la selección de títulos serán la clave para obtener ganancias. Y cuando el ciclo de subidas de tipos de la Fed haga una pausa en este 2019, el rendimiento del bono del Tesoro a 10 años debería situarse en torno al 3%, dando cierto respiro también a la deuda de los mercados emergentes.
Goldman Sachs Asset Management
Shoqat Bunglawala, responsable de Global Portfolio Solutions (GPS) Group para EMEA y Asia Pacífico:
En GSAM, creemos que los inversores se enfrentarán en 2019 a más señales de que el ciclo económico se está prolongando, tras un desafiante 2018. Estos desafíos han ido acompañados por un cambio significativo en las valoraciones y el sentimiento del mercado, que creemos exagerado, bajando el listón para sorpresas positivas.
En 2019 nos mantenemos favorables a los activos de riesgo, con una preferencia por la renta variable, especialmente en los mercados emergentes, donde es probable que el período de moderación del crecimiento vaya con retraso. Los precios de los activos y las expectativas del mercado se han ajustado significativamente a la baja en comparación con el año anterior, mostrando una mejor oferta y creando potencial para sorpresas positivas. Esperamos ver más señales de un ciclo tardío en 2019, lo que puede ser difícil de desafiar. Sin embargo, sin signos claros de deterioro de los elementos fundamentales, creemos que es demasiado pronto para posicionarse en torno a una desaceleración del crecimiento global o de los beneficios corporativos.
John Greenwood, economista jefe de Invesco:
2019 será un año más tranquilo desde el punto de vista macroeconómico que el 2018. En EEUU, la Reserva Federal ha tomado las decisiones adecuadas para extender el ciclo económico positivo, ya que aunque los tipos están subiendo, en realidad lo que está haciendo la Fed es normalizar la política monetaria, no endurecerla. Todavía no ha alcanzado el nivel neutral (tipos consistentes con un crecimiento sostenido).
En la eurozona, estimamos que las políticas fiscales seguirán siendo restrictivas, por lo que la política monetaria será la única fuente de cambio macroeconómico. Para la eurozona esperamos un crecimiento del PIB en el entorno del 2%. En UK, observamos una cierta ralentización en la inversión empresarial por el Brexit, que se podría agudizar si no hay un marco claro del entorno en el que operaran después de marzo de 2019. En Japón no esperamos cambios y en Asia prevemos una ralentización económica, provocada en parte por los nuevos aranceles al comercio.
Legg Mason Global Asset Management
Ken Leech, gestor del fondo Legg Mason Western Asset Macro Opportunities Bond:
Nuestras perspectivas actuales para 2019 apuntan, en términos generales, a que el crecimiento y la inflación a escala mundial se reducirán ligeramente. Creemos que resulta probable que la recuperación que venimos observando desde la crisis financiera global de 2008 se ralentice y siga requiriendo apoyo desde el plano monetario. El desenlace de las tensiones comerciales entre EE. UU. y China y las medidas de los bancos centrales constituyen los elementos clave que determinarán los acontecimientos futuros.
Creemos que el optimismo respecto del crecimiento estadounidense resulta ligeramente exagerado, al igual que el pesimismo sobre la aletargada tasa de crecimiento global. Así, esperamos una ligera ralentización en EE. UU. y un repunte de la expansión económica en el resto del mundo. Los mercados emergentes, si bien muestran un elevado nivel de volatilidad, deberían arrojar rentabilidades superiores. En EE. UU., apostamos por una tasa de inflación más reducida, a medida que el endurecimiento de la política monetaria de la Fed empiece a dar sus frutos y que la excesiva tasa de crecimiento registrada recientemente se modere. En términos generales, esperamos que la recuperación mundial prosiga su curso, si bien a un ritmo más reducido que no estará exento de dificultades.
Jim Leaviss, jefe de renta fija minorista de M&G:
Si bien la Fed no está vendiendo bonos de forma activa, su ausencia en los mercados como comprador resulta muy relevante, especialmente en un momento en que la oferta no puede sino aumentar. Se espera que las reservas de bonos del Tesoro estadounidense, bonos de titulización hipotecaria y otros activos de la Fed se reduzcan hasta alrededor de 3 billones de dólares en dos años.
El BCE también está empezando a retirar su programa de relajación cuantitativa, a pesar de las turbulencias en los mercados de renta fija italianos y de una persistente tasa de inflación subyacente anclada en un nivel cercano al 1%, muy por debajo del objetivo del banco central, del 2%.
Si buscamos crecimiento, los mercados emergentes parecen estar registrando mayores niveles que el universo desarrollado, y se prevé que esta tendencia se mantenga. Para alivio de estos mercados, la fortaleza del dólar podría verse contenida por un déficit presupuestario creciente en EE. UU. y por una posible ralentización del crecimiento del país.
Lo único que parece seguro es que la volatilidad ha llegado para quedarse, pero trae consigo oportunidades.