Se divisa para 2025 un escenario macro relativamente benigno, con un crecimiento suave, aún impulsado principalmente por la fortaleza de Estados Unidos, pero crecimiento al fin y al cabo.
Previsiones macro: qué perspectivas tienen las gestoras internacionales para 2025
“Estamos ante un nuevo régimen, de mayor volatilidad tanto macro como de mercado, que acentúa la necesidad de aplicar un enfoque activo en la gestión de las carteras”, afirma Javier Garcia Diaz, responsable de Ventas de BlackRock
En opinión de Javier Garcia Diaz, responsable de Ventas de BlackRock para España, Portugal y Andorra, la recuperación económica de Europa mejora a medida que se disipa el impacto de las últimas perturbaciones, especialmente las derivadas de los precios de la energía. Sin embargo, el repunte del crecimiento es desigual.
La inflación ha caído cerca del objetivo del 2% del Banco Central Europeo, allanando el camino para recortes de tipos. ·Creemos que los recortes de tipos serán más rápidos y profundos en la eurozona que en EE.UU. en 2025, y esperamos que el tipo de depósito del BCE se sitúe cerca del 2% hacia mediados de año”, apunta. Unos tipos de interés más bajos podrían reducir la propensión de los europeos a ahorrar. Esto, sumado a la recuperación en curso de los salarios reales y a un desempleo cercano a mínimos históricos, podría apoyar el gasto de los consumidores y permitir que la economía de la zona del euro crezca en torno al 1% en 2025.
“Sin embargo, al centrarnos en la evolución cíclica, pasamos por alto el importante hecho de que las megafuerzas están reconfigurando las economías y sus trayectorias a largo plazo, creando ganadores y perdedores en varias dimensiones”, subraya. Europa le parece estar en el lado perdedor de algunas de estas megafuerzas, al menos en relación con Estados Unidos.
La construcción de infraestructuras de IA va a la zaga de EE.UU. y China, el envejecimiento de la población reducirá la población en edad de trabajar en más de un 10% en los próximos 20 años y los costes de la energía son mucho más elevados que en EE.UU. y China, lo que, en opinión de BlackRock, sitúa a la economía europea en desventaja competitiva. La fragmentación de los mercados de capitales de la UE y la preferencia de los hogares europeos por mantener una gran parte de sus ahorros en efectivo dificultan la movilización de capital privado para apoyar el crecimiento. Por último, ven que la estructura de moneda única deja a la eurozona expuesta a episodios de volatilidad, como se observa, por ejemplo, en el pobre comportamiento de los activos franceses en 2024.
Desde un punto de vista más positivo, destaca que las instituciones europeas son plenamente conscientes de los retos que tienen por delante, y cree que la nueva Comisión de la UE probablemente se centrará en aplicar algunas de las recomendaciones del informe Draghi para mejorar la productividad, concretamente en torno a la innovación, la descarbonización y la seguridad.
1/19La previsión de Marta Marín, consejera delegada de Amundi Iberia, es que el crecimiento global se suavice hasta el 3,0% en 2025 y 2026. El diferencial de crecimiento entre los mercados emergentes y los desarrollados también debería estabilizarse, siendo del 3,9% para los emergentes y del 1,6% para los desarrollados en los próximos dos años.
“La confirmación de que la desinflación va por buen camino debería respaldar unas políticas monetarias más moderadas”, vaticina. La Fed y BCE deberían seguir bajando los tipos. Para finales de 2025, prevén que los tipos de interés terminales alcancen el 3,5% en EE.UU., el 2,25% en la Eurozona y el 3,5% en Reino Unido. En cambio, la gestora francesa espera que el Banco de Japón aplique dos subidas más. Los bancos centrales de mercados emergentes se proponen aplicar políticas más independientes, relajando gradualmente la política monetaria.
En este contexto, su previsión es que Estados Unidos se encamina hacia un escenario de aterrizaje suave. Esperan una ligera desaceleración hacia un crecimiento más lento (+1,9% y + 2,0% en 2025 y 2026) a medida que el mercado laboral se enfríe y el consumo se ralentice. La magnitud y la secuencia de las políticas afectarán a las perspectivas de crecimiento e inflación y, potencialmente, a la reacción de la Fed y a las condiciones de financiación. ·Creemos que el nuevo presidente puede dar prioridad a las políticas arancelarias y de inmigración, seguidas de recortes de impuestos y otros cambios fiscales”, apunta.
Europa, por su parte, se prepara para una modesta recuperación hacia el crecimiento potencial, que se basa en una menor inflación y en la relajación monetaria para apoyar las inversiones y canalizar el ahorro hacia la demanda. “Las mayores economías de la Eurozona mostrarán resultados heterogéneos, y la política fiscal debería ser un factor distintivo. A más largo plazo, Europa debe abordar el restablecimiento de la productividad”, avisa Marín. No descarta que la Administración Trump podría presionar a Europa para que refuerce la cooperación en materia de defensa y, potencialmente, presentar propuestas para aumentar el crecimiento de la productividad.
Asia seguirá siendo uno de los principales motores del crecimiento mundial en 2025. Las perspectivas inflacionistas relativamente benignas favorecen unas políticas más favorables en la región. Asia emergente ya se está orientado hacia objetivos más estratégicos, registra un crecimiento robusto y ha reforzado los lazos y la resistencia regionales. “La India será un motor clave del crecimiento y China probablemente fomente la estabilización económica y la transformación estructural”, prevé.
Los principales riesgos a la baja para su escenario central se derivarían de una reaceleración de la inflación debido a la escalada de las tensiones comerciales. Los riesgos al alza están relacionados con un menor riesgo geopolítico a medida que finalicen los principales conflictos y una aceleración de las reformas estructurales que se traduzca en un mayor potencial de crecimiento.
2/19El escenario base de Lucía Gutiérrez-Mellado, directora de Estrategia de J.P. Morgan Asset Management para España y Portugal, para los próximos 12 a 18 meses prevé que la expansión global continúe, con la inflación manteniéndose algo persistente, pero en niveles tolerables para los bancos centrales. La expectativa de la experta es que la agenda política del presidente Trump apoyará el crecimiento.
Sin embargo, existen riesgos, advierte, particularmente si el equilibrio entre el estímulo fiscal, los aranceles y las restricciones a la inmigración provoca más inflación que crecimiento real. “Un renovado enfoque en las políticas de América Primero requerirá respuestas de otras regiones, especialmente Europa y China, donde se espera un estímulo monetario y/o fiscal a gran escala”, añade.
En el entorno que describe Gutiérrez-Mellado los activos de riesgo deberían continuar haciéndolo bien, en especial la renta variable americana. En renta fija su activo preferido es crédito donde no ven mucho potencial para que los diferenciales se estrechen, pero la tir es atractiva. En gobiernos prefieren la renta fija europea frente a la americana ante la posibilidad de mayor recortes por parte del BCE frente a la FED.
3/19En DWS, prevén un crecimiento del PIB en EE. UU. del 2,7% en 2024 y del 2,0% en 2025, y su escenario base para la región descarta la probabilidad de recesión. En cuanto a la inflación estadounidense calculan que estará en torno a 2,9% en 2024 y a 2,4% en 2025. “El proceso desinflacionario se encuentra bien encaminado, pero la parte más difícil comienza ahora, intentando llegar al objetivo del 2%”, comenta Mariano Arenillas, responsable de DWS Iberia.
Asimismo, esperan tres recortes de tipos de la Fed hasta diciembre 2025, aunque las presiones inflacionistas de la administración de Trump pueden reducir las probabilidades de estos recortes.
En Europa también prevén cierto crecimiento del PIB, del 0,7% en 2024 y 0,9% en 2025. Esperan que esta vuelta al crecimiento venga motivada principalmente por las exportaciones netas y el fin de la recesión industrial global. “Probablemente seguiremos viendo cierto crecimiento en los salarios, que con una inflación general decreciente podría animar el consumo privado. Sin embargo, la inflación subyacente podría seguir siendo elevada debido a este mismo crecimiento de los salarios y a la alta inflación del precio de los servicios”, explica.
A diferencia de en los EE. UU., en Europa descuentan cinco recortes de tipos del BCE hasta diciembre 2025, uno de ellos en 2024 y los cuatro restantes en 2025.
“Poniendo el foco en la geopolítica, deberemos seguir atentos a la batalla entre China y EE. UU por el liderazgo tecnológico, a la guerra en Ucrania, y a las continuas tensiones en Oriente Medio”, afirma Arenillas.
Asimismo, tras la contundente victoria de Donald Trump, para DWS los puntos más relevantes son:
- Política tributaria: Trump probablemente extenderá los recortes de impuestos corporativos.
- Política fiscal: Se espera una política fiscal expansiva. Es poco probable que el coste de los recortes impositivos se compense con los aranceles impuestos.
- A nivel comercial: La incertidumbre sobre la economía europea invita a posponer inversiones. Debemos prestar atención a los nuevos aranceles a China.
- Política exterior: La incorporación de la nueva administración espera un aumento de gasto en defensa para la OTAN.
Por último, esperan un crecimiento del PIB chino del 4,9% en 2024 y del 4,2% en 2025. Creen que la inflación china estará en torno a 0,5% en 2024 y al 1,3% en 2025.
4/19“Muchos de los bancos centrales a nivel global pueden estar flexibilizando sus políticas monetarias tras haber logrado en gran medida contener la inflación, con el objetivo de estimular el crecimiento”, dibuja para el año que viene Fernando Fernández-Bravo, Head of Active Distribution Iberia en Invesco. En 2025, la gestora prevé que las señales de desaceleración económica se verán contrarrestadas por el efecto favorable del ciclo mundial de recortes de tipos. “Es decir, creemos que estamos presenciando un aterrizaje suave”, resume.
En Estados Unidos, prevén que la economía se desacelerará hacia potenciales tasas de crecimiento antes de volver a acelerarse más adelante en el año, apoyada por un resistente mercado laboral y condiciones financieras más flexibles. La eurozona y el Reino Unido experimentaron un crecimiento muy lento en el último año, pero esperan que el crecimiento en los países se impulse gradualmente hasta 2025, ayudado por recortes de tasas del banco central y un crecimiento salarial real moderado. “Mientras tanto, el reciente crecimiento salarial y los ajustes de política en Japón lo posicionan como un potencial punto positivo, aunque es probable que el yen se fortalezca e impacte en el mercado japonés, fuertemente exportador”, añade.
En China, esperan que el reciente cambio de política apoye el crecimiento interno, pero creen que el impacto reflacionario en el resto de la región podría ser limitado. “Los mercados emergentes podrían beneficiarse del ciclo de recortes de tasas en los mercados desarrollados, un dólar algo más débil y un repunte del crecimiento global”, argumenta. Respecto al auge del crecimiento de la India, sugieren áreas de desempeño superior, mientras que el estímulo de la política de China podría mejorar las perspectivas de crecimiento.
Como conclusión, desde Invesco esperan que el crecimiento siga desacelerándose a corto plazo, seguido por una reaceleración hasta 2025, lo que debería fomentar un entorno favorable para los activos de riesgo a nivel global.
5/19Desde Goldman Sachs Asset Management, James Ashley, macro estratega para Strategic Advisory Solutions, prevé un crecimiento sólido del PIB real a nivel mundial del 2,7 % interanual en 2025, lo que refleja los vientos de cola de la subida de los ingresos disponibles de los hogares y la flexibilización de las condiciones financieras en medio de los continuos recortes de los tipos. Ve probable EE. UU. continúe superando a sus homólogos de países desarrollados por una subida de la productividad significativamente más fuerte.
Espera que la inflación subyacente converja hasta alcanzar el objetivo en todos los mercados desarrollados a finales de 2025, principalmente por las bajadas en core goods, una menor subida en el precio de la vivienda, y una desinflación salarial estable. Durante el año, pondrán el foco en la interacción de aranceles y recortes fiscales en EE. UU., la incertidumbre en Oriente Medio, la guerra entre Ucrania y Rusia, y la evolución de la relación entre EE. UU. y China.
6/19La rotunda victoria de los republicanos en las elecciones de noviembre ha variado considerablemente las perspectivas económicas de Fidelity para 2025. “El escenario de aterrizaje suave en EE.UU. que mantuvimos con confianza como hipótesis de trabajo durante la mayor parte de 2024 debería dar paso a la reflación a medida que nos adentremos en 2025, pero una economía cuyo extraordinario crecimiento sostuvo al resto del mundo en los últimos años ahora también podría retraerse y volverse más proteccionista”, explica Óscar Esteban, responsable de Negocio para España y Portugal de Fidelity.
Las políticas de apoyo al crecimiento, respaldadas por una mayor relajación de la política presupuestaria, deberían tirar de la inflación al alza, lo que reduce el riesgo de recesión en EE.UU. y les lleva a recalibrar su apreciación del ciclo económico actual y situarlo en una fase media-tardía. “No obstante, otras grandes economías, en particular Europa y China, tendrán que lidiar con unos cambios en la política comercial e industrial de EE.UU. que probablemente debiliten sus propias perspectivas de crecimiento y presionen a la baja la inflación nacional a medida que se ralentice la demanda exterior”, añade.
En conjunto, estas divergencias apoyarán el crecimiento estadounidense en 2025, pero la tendencia subyacente a más largo plazo es el aumento de la carga de deuda pública. “Creemos que las cuentas públicas están alcanzando rápidamente sus límites y que es probable que una inflación superior al objetivo se convierta en la opción menos costosa para resolver ordenadamente el problema de la sostenibilidad de la deuda”, afirma.
Más allá del cambiante conjunto de políticas del mundo desarrollado, también tenemos que vigilar de cerca los acontecimientos geopolíticos, avisa, tanto en la guerra entre Rusia y Ucrania como en el conflicto de Oriente Medio, que podrían levantar obstáculos en el entorno macroeconómico mundial.
7/19Una única narrativa es incapaz de capturar las importantes diferencias que existen entre las distintas perspectivas económicas en todo el mundo, apunta Sol Hurtado de Mendoza, la directora general para España y Portugal de BNP Paribas AM:
- La economía estadounidense ha superado a la europea en los últimos años. Sin embargo, han comenzado a surgir ciertas dudas sobre si el ritmo de crecimiento de la economía estadounidense es sostenible. Los datos de empleo se consideran un posible indicador del enfriamiento de esta.
- EnEuropa, el crecimiento ha sido débil en muchos países europeos, especialmente en Alemania, que se enfrenta a dificultades cíclicas y estructurales, y los datos no parecen apuntar a una mejora.
- La situación de la economía chinaes complicada, con una crisis importante de su mercado inmobiliario, lo que ha llevado a las autoridades a anunciar un considerable paquete de medidas de estímulo.
“Las líneas generales del programa de Trump son ya bien conocidas, a tenor de las políticas que emprendió en su anterior mandato y las declaraciones que ha realizado durante la campaña electoral”, comenta la directiva. Lo que realmente importa a los mercados son las políticas concretas que acabará poniendo en marcha y su posible impacto en la economía y el precio de los activos. Ve posible que la incertidumbre se mantenga en los próximos meses, lo que podría enfriar la actuación de las empresas a corto plazo, que podrían interrumpir sus planes de inversión o contratación hasta que se aclare el panorama macroeconómico, en cuyo caso los mercados tendrían que enfrentarse a la debilidad de los datos antes de conocer detalles sobre las futuras políticas.
“En definitiva, 2025 pondrá a prueba las expectativas de consenso, que apuntan a un aterrizaje suave de la economía mundial”, vaticina. Las decisiones del nuevo gobierno de Estados Unidos tendrán importantes consecuencias tanto en Europa, como en China: No obstante, la flexibilización de las condiciones financieras debería favorecer el crecimiento de la economía y los beneficios empresariales.
8/19El crecimiento mundial actual es estable, aunque dependiente de la economía estadounidense, especialmente del sector servicios, describe Gonzalo Rengifo, director general de Pictet AM en Iberia y Latinoamérica. “Pero a lo largo 2025 el crecimiento en EE.UU. puede desacelerarse, estabilizarse en China y recuperarse lentamente en Japón y Europa”, matiza. Mientras, la inflación en las economías desarrolladas ha vuelto a su rango histórico y puede seguir reduciéndose lentamente, aunque aún por encima del objetivo de los bancos centrales. La política fiscal puede ser más laxa, vaticina, y la monetaria de cautelosa flexibilización, compensado con el fin del ajuste cuantitativo de los bancos centrales y la expansión del crédito privado.
Aunque en EE.UU. las Trumponomics pueden ser inflacionarias, los recortes de impuestos y la desregulación pueden impulsar la confianza y el crecimiento. “Los sectores bancario, de servicios públicos, de comunicación y pequeñas capitalizaciones en EE.UU. pueden comportarse bien”, señala. En su opinión, el sector financiero presenta altos márgenes de beneficio, bajas tasas de impagos y mejora de la demanda de préstamos. Las empresas de servicios públicos, por su parte, cuentan con elevada rentabilidad por dividendo.
Globalmente, cree que la renta variable mundial puede subir ligeramente en 2025 y los bonos del Estado, aunque volátiles, proporcionar rentabilidades totales positivas. Sin embargo, ve necesario ser cautelosos con los mercados en máximos históricos. “Las preocupaciones respecto a déficit presupuestario pueden reducir las expectativas de recortes de tipos de la Reserva Federal y aumentar las rentabilidades a vencimiento de los bonos de EE.UU.”, prevé.
De todas formas, observa un movimiento de liquidez a rentas, incluyendo cupones y dividendos. “Además, los balances de las compañías están mucho más fuertes que los de los Gobiernos, con tasas de impago bajas y en disminución, explica. También cree que deuda empresarial a corto plazo en euros y de Reino Unido, así de mercados emergentes puede comportarse relativamente bien.
Por último, ve que el dólar puede seguir subiendo antes de alcanzar máximo secular. “Es importante considerar a Asia, que alberga gran parte del crecimiento global, especialmente China, que puede redoblar esfuerzos para impulsar su economía”, concluye.
9/19Según el informe de Robeco Global Macro Quarterly Outlook December 2024, la economía estadounidense muestra resiliencia con un crecimiento sostenido, impulsado por el gasto del consumidor y políticas fiscales expansivas del nuevo gobierno, aunque la incertidumbre sobre aranceles e inmigración podría afectar negativamente al crecimiento y la inflación.
Para Estados Unidos la gestora anticipa que la Fed reducirá los tipos de interés a un ritmo más lento en 2025 por la naturaleza inflacionaria de las políticas comerciales, de inmigración y fiscales del nuevo gobierno, pero la previsión central es que la tasa de los fondos federales se mantenga por debajo del 3.50-3.75% que el mercado descuenta. Esperan que la Fed realice recortes de 25 puntos básicos por trimestre como máximo. En Europa, prevén que el BCE continuará recortando los tipos en pasos de 25 puntos básicos por reunión durante 2025, con una tasa de depósito que podría situarse entre 1,50% y 1,75% para finales del tercer trimestre. "Esta política se debe a la necesidad de estimular la economía europea, que enfrenta un crecimiento moderado y riesgos políticos", explica Laura Román, CFA, Head of Iberia de la gestora.
En renta fija, las valoraciones son ajustadas, afirma Román, pero el Earnings Yield Gap y los flujos inversores favorecen el activo. "Un posicionamiento flexible para modular la exposición tanto en términos de beta como en asignación a grado de inversión, high yield y mercados emergentes y en la gestión de la duración, resulta ideal en este entorno", opina. Los expertos de Robeco destacan su preferencia por Europa, calidades grado de inversión y deuda de financieras.
En renta variable, Robeco apuesta por EE.UU. ante la política con Trump 2.0. que implicaría menos impuestos, mayor desregulación y actividad de fusiones y adquisiciones. La mayor eficiencia corporativa por el uso de la IA, la digitalización y la automatización de procesos podría beneficiar los márgenes operativos y los beneficios de las empresas. El Trump Trade respaldaría al value, las compañías de pequeña y mediana capitalización y los sectores de financieras, energía y materiales; ocasionando una ampliación del mercado o dispersión de los retornos de los valores del mercado. En Europa apuestan por un posicionamiento que permita participar en el rally con un sesgo más defensivo. Y en mercados emergentes, la perspectiva es mixta: Latinoamérica enfrenta desafíos económicos.
En Asia, China podría reducir aún más su tasa de política clave a mínimos históricos en 2025. Un posicionamiento global en estos mercados permitiría diversificar y aprovechar oportunidades. Destacamos las buenas perspectivas de la India cuya economía a corto plazo enfrenta desafíos en términos de estabilidad de su moneda y flujos de capital, pero goza de un fuerte crecimiento estructural respaldado por las reformas, la globalización y el crecimiento demográfico y podría ser uno de los grandes beneficiarios en mercados emergentes de la nueva política americana en aranceles.
10/19De cara a 2025, Alicia García Santos, responsable de M&G para España, Portugal y Andorra, sostiene que es difícil prever un empeoramiento significativo del contexto macroeconómico “aunque el sentido común nos diga que en algún momento cierto deterioro debe darse”. Y en un escenario en el que el crecimiento económico no consiga volver a niveles normales, la pregunta crítica será ¿qué significa esto para los inversores? Su primera observación es que sólo invertir de modo amplio presenta un riesgo potencial. “La selección va a ser clave”, sentencia la directiva
Si tomamos como ejemplo los mercados de renta fija, los diferenciales de los bonos corporativos son extremadamente estrechos, lo que le sugiere una preocupación limitada por los impagos y las perspectivas económicas, dejando muy poco margen de error. Mientras tanto, la curva de rendimientos de la deuda pública prevé un crecimiento por debajo de la tendencia o incluso una recesión.
En el mercado de renta variable, ve mucho entusiasmo por la tecnología, pero poco más. “Hasta ahora, invertir de modo amplio ha dado buenos resultados, pero de cara al futuro, parece prudente adoptar un enfoque más selectivo y nuestra apuesta esta precisamente en esta gestión activa para seleccionar temáticas”, afirma.
“No es nuestra predicción que vaya a darse una recesión. Pero, en nuestra opinión, todavía queda mucho por normalizar para volver a un equilibrio en el que las valoraciones relativas tengan sentido”, concluye. En este escenario, ve necesario un enfoque más selectivo y activo para identificar las decisiones de inversión que puedan ofrecer los mejores rendimientos. “No es momento para que los inversores se vuelvan complacientes”, advierte.
11/19En Schroders prevén que la economía mundial siga creciendo en 2025. “En concreto, situamos nuestras perspectivas de mejora del PIB mundial en el 2,6% para el próximo año, gracias a un crecimiento más fuerte en EE. UU. que compensará la debilidad de otras regiones”, afirma Leonardo Fernández, director general para Iberia de Schroders.
Siguen considerando que las expectativas para la economía estadounidense son demasiado pesimistas, pue el gasto de los hogares debería continuar impulsando el crecimiento gracias a la resiliencia del mercado laboral. “Además, aunque existe una enorme incertidumbre sobre la presidencia de Donald Trump, creemos que sus políticas favorables al crecimiento, junto con medidas relativamente moderadas del lado de la oferta, impulsarán la economía”, argumenta el directivo. No obstante, ve probable que un crecimiento más rápido garantice que la inflación se mantenga más alta de lo que suponían anteriormente y que, tras una mayor relajación a corto plazo, la Fed acabe subiendo tipos en 2026.
En cuanto a la eurozona, esperan una ligera mejora para 2025, con un crecimiento del PIB del 1,2%, “aunque será un camino difícil”, reconoce. Si bien los consumidores se han beneficiado de una inflación más baja, cree probable que las fuertes presiones sobre los precios limiten los recortes de tipos de interés. “De hecho, creemos que el tipo terminal del BCE se situará en el 2,5%”, calculan. Además, de momento, no vislumbran el fin del lastre que supone el declive estructural de la industria manufacturera europea.
También han recortado su previsión de crecimiento del PIB para China a solo el 4% en 2025. “Las relaciones con Trump podrían provocar algunas interrupciones en los flujos comerciales y lo cierto es que la demanda interna muestra pocas señales de tomar el relevo”, explica Fernández. De hecho, si bien el reciente giro de la política monetaria de Pekín fue aplaudido por los mercados, la reticencia del Gobierno a estimular la demanda interna hace improbable que la presión cíclica a la baja sobre el crecimiento disminuya hasta la segunda mitad del año. Con unas previsiones de inflación en torno al 0%, siguen creyendo que es necesario un estímulo fiscal de al menos el 4-5% del PIB para mejorar sustancialmente las perspectivas y salir de la actual depresión deflacionista.
Por último, creen que un riesgo sustancial de que las políticas de Trump sean mucho más agresivas de lo que supone el mercado, llevando a la economía estadounidense a una estanflación e inclinando al resto del mundo hacia una recesión que ampliaría aún más las divergencias macroeconómicas.
12/19Para Gilles Moëc, economista jefe de AXA IM, 2025 puede caracterizarse por la divergencia económica en torno a tres dimensiones: el crecimiento subyacente, la política fiscal y la política monetaria.
Empecemos por el crecimiento. Espera que el PIB suba un 2,3% en EE UU. “Las decisiones de inversión exitosas de las empresas estadounidenses que aceleraron el gasto en software e investigación y desarrollo pueden explicar el repunte de la productividad”, argumenta. Además, las tasas de participación laboral han alcanzado su nivel más alto desde principios de la década de 2010. En cambio, ve probable que la eurozona mantenga un ritmo mediocre, con un aumento del PIB del 1,0%. ”La inestabilidad política juega un papel importante en Francia y en Alemania, la debilidad general refleja deficiencias estructurales. España sigue funcionando bien, pero esto se debe a una fuerte mejora de las condiciones de oferta, con flujos migratorios masivos, especialmente desde América Latina”, explica.
En términos fiscales, cree que EE.UU. no necesita más estímulos. “Más allá de su destreza estructural, su posición cíclica sigue siendo sólida. Sin embargo, la plataforma de Donald Trump es coherente con una nueva deriva del déficit fiscal en los próximos años, desde una base ya problemática de alrededor del 6% del PIB”, argumenta. Por el contrario, en Europa, la orientación fiscal se está volviendo restrictiva y 2025 podría ser el año con el mayor endurecimiento fiscal neto desde 2012, con casi el 1% del PIB. Esto se sumará a la debilidad general de la demanda agregada.
La política monetaria, como a menudo, será la válvula de ajuste que equilibrará esas fuerzas contradictorias. En EE. UU., espera que el proceso de eliminación de restricciones en curso de la Fed se detenga hasta bien entrado en territorio restrictivo a principios de 2025. Simétricamente, vaticina que el BCE tendrá que moverse de manera más decidida hacia un terreno acomodaticio dadas las débiles condiciones económicas. Esperamos que el nivel terminal de la tasa de depósitos se sitúe en el 1,5%. “La ampliación del diferencial transatlántico de política monetaria impulsaría un nuevo declive del euro hacia la paridad, lo que compensaría parte del impacto de los aranceles estadounidenses”, apunta.
“En todo caso, la forma en que los Gobiernos fuera de EE UU desarrollen su propia estrategia macroeconómica mientras se embarcan en sobrevivir a Trump será, por supuesto, clave”, concluye. En última instancia, sostiene que la escalada de la guerra comercial no beneficia a nadie, especialmente en regiones como Europa y China, que dependen más de la tracción externa que EE UU.
13/19Desde UBS AM esperan que en 2025 continue el excepcionalismo estadounidense respaldado por las políticas procrecimiento como recortes fiscales y desregulación con la nueva administración Trump. “Estas medidas junto con el continuo liderazgo de Estados Unidos en tecnología y productividad, respaldan una perspectiva positiva para la renta variable estadounidense y el dólar. Sin embargo, el panorama no está exento de riesgos”, avisa Jaime Raga, senior CRM para Iberia de UBS Asset Management.
Las valoraciones estadounidenses se encuentran en niveles históricos altos, subraya, con el S&P500 y otros índices alcanzando el percentil 90 en múltiplos P/E. Aunque esto no es un impedimento para la rentabilidad a corto plazo, puede limitar ganancias en horizontes más largos, especialmente si el crecimiento global comienza a converger con EE.UU. Europa podría beneficiarse de estímulos fiscales, particularmente Alemania, mientras que creen que una mayor expansión fiscal en China también podría cerrar la brecha de crecimiento.
“La narrativa de la inteligencia artificial, que ha sido un motor clave para las empresas tecnológicas estadounidenses, podría enfrentar desafíos si los beneficios económicos del gasto en infraestructura de IA tardan en materializarse o si aumentan las presiones competitivas y antimonopolio”, opina Raga. Además, cree que los riesgos políticos podrían moderar el impacto de las políticas de Trump, ya que las preocupaciones sobre la inflación y tasas hipotecarias podrían limitar medidas arancelarias o estímulos excesivos.
Aunque mantienen una visión positiva en renta variable estadounidense y el dólar, están atentos a posibles cambios en los diferenciales de crecimiento, las políticas arancelarias y la narrativa tecnológica. La moderación económica de EE.UU o cambios en las expectativas globales podrían actuar como catalizadores para una corrección, apunta. En este contexto, vigilan muy de cerca estos factores para ajustar las carteras en caso de cambios significativos.
14/19Mientras la inflación disminuye y los bancos centrales de todo el mundo recortan sus tipos de interés, las perspectivas de la economía mundial siguen siendo sumamente dispares de cara al año nuevo, describe Mario González, responsable del negocio España, Portugal y US Offshore de Capital Group. Al igual que en los últimos años, Estados Unidos e India siguen liderando la actividad económica mundial, mientras que las economías más débiles de Europa y China tratan de estimular el crecimiento.
Con unos mercados laborales estadounidenses saneados, un crecimiento sólido de los beneficios y un repunte de la inversión empresarial, el Fondo Monetario Internacional ha elevado recientemente su previsión de crecimiento económico de EE.UU. para 2025 al 2,2%. “Esta previsión compensa las revisiones a la baja de otros países avanzados, incluidas las principales economías europeas”, comenta González. “China, por su parte, sigue luchando contra una recesión inmobiliaria y la preocupación por la ampliación de la guerra comercial tras la victoria de Donald Trump”.
En los mercados fuera de Estados Unidos ve más divergencias. “Se espera que algunas regiones prometedoras, como India, se sitúen a la cabeza del mundo, generando algunas de las tasas de crecimiento más rápidas”, apunta. India también se está beneficiando de un cambio pospandémico en las cadenas de suministro mundiales, ampliando su base de fabricación de teléfonos móviles, electrodomésticos y productos farmacéuticos, entre otros.
La economía europea sigue a caballo entre la expansión y la contracción, con una previsión de crecimiento en torno al 1%, lastrada por la guerra de Ucrania, los altos precios de la energía y los estrechos vínculos con la ralentizada economía china.
Mientras tanto, en China el Gobierno ha puesto en marcha un programa de estímulo masivo diseñado para invertir la debilidad crónica del mercado inmobiliario del país y la ralentización de la producción industrial. Las políticas chinas orientadas al crecimiento incluyen recortes de los tipos de interés, reducciones de los tipos hipotecarios y un paquete de ayudas de 1,4 billones de dólares anunciado recientemente para ayudar a los gobiernos locales a hacer frente a la creciente carga de la deuda. “De cara al futuro, una nube se cierne sobre el papel de China en el comercio internacional, ya que la administración entrante de Trump ha prometido aumentar los aranceles sobre las importaciones chinas”, concluye.
15/19“El mundo está cambiando y lo hace a una velocidad vertiginosa”, avisa Ali Dibadj, consejero delegado de Janus Henderson. Para los inversores, esto implica un entorno de creciente complejidad. “Atrás quedaron los días en que una marea ascendente levantaba todos los barcos, cuando confiar en estrategias pasivas bastaba para obtener rendimientos positivos. Ahora, la volatilidad marca la pauta y anticipamos que esta tendencia continuará en 2025 y más allá”, sentencia el directivo.
En sus conversaciones con clientes globales queda claro que la preocupación por los cambios macroeconómicos y geopolíticos domina las decisiones de inversión. “Es nuestra responsabilidad como gestores no solo interpretar estos impactos, sino también posicionar activamente las carteras para aprovechar oportunidades y mitigar riesgos”, reconoce.
Tres grandes fuerzas moldean su nuevo escenario. En primer lugar, el reajuste geopolítico es una constante que no podemos ignorar. En su Encuesta a Inversores 2024, el 72% de los participantes señaló la geopolítica como su principal preocupación. Los cambios en el liderazgo político, el comercio y las cadenas de suministro han reconfigurado el mapa global.
La segunda fuerza es el cambio demográfico. Mientras que las poblaciones de los países desarrollados envejecen y las tasas de natalidad disminuyen, el crecimiento futuro se concentrará en regiones como África, que representará el 25% de la población mundial en 2050. “Este fenómeno transformará los patrones de consumo y las oportunidades de inversión, especialmente en sectores como sanidad y tecnología”, vaticina.
Por último, nos enfrentamos un aumento en el coste del capital, una realidad que redefine las reglas del juego. “La renta fija vuelve a ser una opción atractiva, pero también emerge una brecha significativa entre las empresas de calidad y las que no lo son. En este contexto, el análisis profundo de los fundamentales se convierte en un imperativo para diferenciar ganadores y perdedores”, insiste.
“La complejidad puede parecer abrumadora, pero para los gestores activos, presenta un terreno fértil para la innovación y el rendimiento. Los clientes esperan más de nosotros: acceso a diversas clases de activos, estrategias sofisticadas y soluciones personalizadas. Vemos un 2025 lleno de oportunidades”, sentencia.
16/19El nuevo presidente tomará posesión en enero de 2025, y sus políticas tardarán en aplicarse y repercutir en la economía mundial. Este periodo estará probablemente marcado por la incertidumbre y la volatilidad, vaticina Ralph Elder, director general para Iberia y Latinoamérica de BNY Investments.
Antes de la victoria de Donald Trump, las perspectivas de crecimiento para 2025 en Estados Unidos eran menos sólidas que las de 2024 pero aún positivas, evitando la recesión. “Con el enfoque del nuevo presidente en la desregulación, los recortes de impuestos y la expansión fiscal, habrá un impulso significativo al crecimiento y la inversión durante un par de trimestres”, prevé. La respuesta del mercado laboral será crucial, apunta, ya que afecta a los salarios, el crecimiento y la inflación.
En Europa, el optimismo de cara a 2025 se puso de manifiesto con el crecimiento del ahorro y el aumento de la inflación salarial. “Sin embargo, los posibles impuestos a la importación del nuevo presidente podrían afectar negativamente a las economías exportadoras europeas, lo que requeriría nuevas estrategias para fomentar el consumo, la inversión y el crecimiento”, avisa. Los retos de política interna y las cuestiones geopolíticas, como la guerra de Ucrania, contribuyen a la falta de confianza. Los niveles de ahorro siguen creciendo y se espera que la inflación nacional disminuya a corto plazo. “Sin embargo, Europa no controla ciertas partes de la inflación relacionadas con las cadenas de suministro y la energía, lo que añade volatilidad a las previsiones”, apunta.
En Estados Unidos ve incertidumbre en torno a los datos actuales de inflación. Mientras que la inflación nominal se alinea con el objetivo del 2%, la inflación subyacente sigue lejos de él. “Las políticas del nuevo presidente tardarán en afectar a la economía real, y su éxito sigue siendo incierto”, reconoce. A finales de 2025 y en 2026, habrá que vigilar de cerca el impacto sobre la inflación de los recortes fiscales, la política de inmigración, las ayudas fiscales y los aranceles a la importación.
“La cuestión es hasta dónde llegarán los tipos de interés en Estados Unidos, teniendo en cuenta las políticas potencialmente inflacionistas del nuevo presidente”, subraya Elder. Habrá que vigilar los datos de empleo e inflación, y se esperan nuevas bajadas de tipos a corto plazo. En Europa, se espera una mayor divergencia con Estados Unidos en cuanto a los tipos de interés, debido a unas perspectivas más prudentes. “Será importante garantizar que esta diferencia de tipos no cree un problema de inflación en la zona europea”, concluye.
17/19En 2025, los factores macroeconómicos como la inflación, las políticas monetarias y los riesgos geopolíticos seguirán siendo determinantes en el entorno de mercado, apunta Rubén García Paez, responsable de Iberia y Latinoamérica de Columbia Threadneedle. “La inflación ha disminuido significativamente desde 2022, y aunque los tipos de interés están en un ciclo de reducción, no se espera que vuelvan a los niveles de la década de 2010”, prevé. Además, la incertidumbre geopolítica, especialmente en Ucrania y el Medio Oriente, continuará generando volatilidad a corto plazo. “Estos factores macroeconómicos tendrán un peso considerable en la planificación de las carteras, con un enfoque en la selección de acciones y créditos de alta calidad para navegar este entorno”, vaticina.
Desde Columbia Threadneedle creen que la implementación total de las políticas propuestas por Trump podría conducir a diferenciales más amplios entre las tasas de interés iniciales y finales en Estados Unidos y Europa. “Hay áreas de la eurozona que han estado luchando por crecer, y es probable que ciertas políticas de Trump tengan un efecto negativo adicional en estos países. Esto debería llevar al BCE a ser más activo que la Reserva Federal a la hora de reducir las tasas, quienes pueden considerar necesario desacelerar o pausar el camino de la normalización mientras evalúan las ramificaciones de los grandes cambios en la política interna”, argumenta el directivo.
18/19“El ejercicio de previsión para el próximo año ha ganado en complejidad desde la elección de Donald Trump”, avisa Javier García de Vinuesa, Country Head para España y Portugal de Natixis Investment Managers. Sus promesas de campaña -que se pueden agrupar en tres temas centrales, más proteccionismo, menos regulación y menos impuestos- cuestionan, en su opinión, las perspectivas económicas para 2025.
A corto plazo, el positivo shock de confianza generado por esta ola roja debería seguir apoyando la economía estadounidense, cuyos fundamentos permanecen sólidos. Sin embargo, a medio plazo, cuestiona el impacto del programa de Trump en la economía de EE. UU. “El impulso al crecimiento prometido por el candidato republicano podría ser más débil de lo esperado, al igual que el aumento del déficit, que no debería estar fuera de control como temían los mercados”, argumenta.
Por el contrario, cree que esta elección podría erosionar la confianza en los países directamente expuestos a la próxima administración estadounidense y su probable nueva guerra comercial. Este shock de confianza negativo se agravaría por el colapso de la coalición alemana y la debilidad del gobierno francés, que proyectan una sombra sobre el horizonte europeo.
“La incertidumbre inherente a la reelección de Donald Trump probablemente aumentará la volatilidad en los mercados financieros”, vaticina. Donald Trump 2.0, por lo tanto, plantea una serie de preguntas, para las cuales aún no se han proporcionado respuestas claras, y que seguramente afectarán la actitud de los bancos centrales. En el frente de política monetaria, se espera que la Reserva Federal anuncie una pausa a partir de enero para evaluar el impacto del programa económico de Donald Trump y sus probables consecuencias, después de haber reducido su tasa de interés en 25 puntos básicos en diciembre. El Banco Central Europeo debería, lógicamente, bajar su tasa de interés en al menos 100 o 150 puntos básicos el próximo año para compensar el impulso fiscal negativo, apoyar la deprimida formación de capital fijo bruto en todos los países europeos y eventualmente cancelar el impacto de los aranceles.
También señala García de Vinuesa que las tensiones comerciales renovadas, combinadas con este desacoplamiento de políticas monetarias, podrían llevar a un resurgimiento de tensiones sustanciales en los mercados de divisas. “En esta etapa, no vemos razones significativas para revisar nuestro escenario de crecimiento global. Mantenemos el crecimiento del PIB global en un 3.2% para 2025. Sin embargo, a escala global, la cautela sigue siendo la consigna. La volatilidad se intensificará, al igual que el riesgo, con la tendencia actual alcista pasando a modo prudente”, concluye.
pensar por sí sola la desaceleración del crecimiento mundial”, afirma.
Del mismo modo, ve probable que la actividad económica en Europa y el Reino Unido repunte el año que viene tras un 2023 mediocre, pero tampoco llegará a impulsar el crecimiento mundial. Teniendo en cuenta estas dinámicas, la previsión de la gestora de crecimiento del PIB mundial en 2024 se sitúa entre el 2,6% y el 2,8%.
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