Primeras reacciones a la elección sorpresa de Donald Trump como nuevo presidente de EEUU

Donald Trump, EE.UU.
Gage Skidmore, Flickr, Creative Commons

No suele ser habitual que se produzcan dos eventos políticos de tanta magnitud en menos de un año, pero la elección de Donald Trump como nuevo presidente de EE.UU. ha vuelto a poner del revés todos los pronósticos del mercado, en parte (al igual que con el Brexit) gracias a unos sondeos de opinión que no han sabido capturar la auténtica intención de voto de los estadounidenses. La reacción inicial de los mercados ha sido muy negativa: el Ibex 35 ha caído más de un 4% en la apertura, y los números rojos se han extendido por todos los parqués europeos. El Nikkei se ha desplomado más de un 5% al cierre de la sesión en Asia. Y más importante: los futuros del Dow Jones y el S&P 500 rozaron el límite del -5% diario que fuerza la suspensión de la cotización, informa Bloomberg. No obstante, las pérdidas se han moderado a lo largo de la mañana, y en el caso de Wall Street finalmente la bolsa ha abierto en positivo, con ligeras ganancias. 

Desde las gestoras internacionales piden calma y pragmatismo. “Aunque el resultado electoral de EE.UU. es una sorpresa, esto no significa que sea un cisne negro. Los mercados han sido extrañamente complacientes en la antesala de la elección, lo que ha recordado enormemente a los momentos previos al Brexit” comenta Giordano Lombardo, consejero delegado y director de inversiones de Pioneer Investments.

El gestor de Fidelity Ángel Agudo recuerda que existen numerosos estudios que demuestran que “el resultado de las elecciones presidenciales tiene un efecto limitado en el comportamiento de la bolsa estadounidense”. Por ello, recomienda que “los inversores no deben dejarse llevar por el ruido/volatilidad que creen estos acontecimientos”. Es más, opina que, de salir adelante la rebaja del tipo del impuesto de sociedades “si se aplica tal y como se ha propuesto sería positiva a corto medio plazo en las bolsas, tras una racha inicial de volatilidad”.

Agudo se fija en que, a pesar de la fuerte polarización de las campañas de Trump y Clinton, ambos candidatos han tenido un punto en común, el gasto público. “Tanto Clinton como Trump han estado de acuerdo aumentar la inversión en infraestructuras y armamento, por lo que el mercado ya lo descuenta en parte, pero en las dos áreas existen oportunidades de inversión muy interesantes”,

Joe Amato, presidente y director de inversiones de renta variable de Neuberger Berman, y Erik Knutzen, director de inversiones multiactivos, extrapolan al mercado la experiencia reciente del Brexit: “Puede que la volatilidad de mercado dure un poco más, pero mientras dure, puede generar oportunidades de compra”. Para ambos expertos, el mayor riesgo es que el nuevo presidente “convierta algo de su retórica más populista de su campaña en realidad”, y aportan esta reflexión a modo de conclusión: “Con independencia de quién haya salido victorioso hoy, las fuerzas que han llevado a la emergencia de simpatizantes de Trump, Sanders, Farage, Le Pen y Wilders no se van a ir”.

Es una lectura similar a la que extraen los expertos de Vontobel AM: “Hay un desencanto generalizado entre las democracias occidentales con las políticas existentes. Los partidos anti-sistema en Europa no deben ser subestimados, ya que las elecciones francesas y alemanas están programadas para 2017. Estos acontecimientos sociales y políticos no se reflejan bien en los estudios que realizan los encuestadores”. 

Un gran poder conlleva una gran responsabilidad

El flamante 45º presidente de EE.UU. dispondrá de poderes mucho más amplios que su predecesor en el cargo, pues el Partido Republicano ha obtenido la mayoría en el Congreso y el Senado. Eric Lonergan, gestor del equipo de multiactivos de M&G Investments, opina no obstante que “la presidencia de Trump estará mucho más contenida en la práctica de como se ha presentado en campaña”.

Su punto de vista es que “aunque ambas cámaras estarán controladas por los republicanos, no se puede garantizar que vaya a haber acuerdo en sus políticas más estrambóticas (levantar muros y desencadenar guerras comerciales)”. En cambio, Lonergan cree que Trump “no tendrá que convencer a nadie para derogar Obamacare y rebajar los impuestos, dos medidas que podrían calificarse como favorables a los intereses de los mercados, aunque probablemente sea más complejo en la práctica”.

El punto más polémico para el gestor es “si el Trump presidente va a seguir las líneas políticas trazadas por el Trump candidato, en concreto, sus políticas contrarias al comercio, a China y a México”, aunque en su opinión “la razón sugiere que el Congreso y los mercados financieros modularán su capacidad de actuación”.

De hecho, es este último punto el que más preocupa al economista jefe de Schroders, Keith Wade: "Cabe esperar que el Congreso module los planes de gasto del nuevo presidente, aunque este tendrá más libertad en materia de comercio. Por consiguiente, probablemente veamos unos estímulos presupuestarios moderados y el estallido de una guerra comercial cuando el presidente suba los aranceles a los productos chinos y mexicanos".

Karen Dunn Kelley, asesora sénior de Invesco, recuerda que un sector importante del Partido Republicano se posicionó públicamente en contra de la candidatura del magnate. Por tanto, “teniendo en cuenta la tibia relación que aparentemente mantiene Trump con algunos de los congresistas republicanos, todo dependerá de la prioridad relativa que la administración Trump conceda finalmente a sus diversos objetivos políticos, la cantidad de capital político necesario para cumplirlos y, quizás lo más importante, los responsables políticos encargados de implementar las políticas del gobierno”.  

La experta considera improbable que el presidente electo (asumirá el cargo el próximo 20 de enero) “pueda acometer los cambios radicales que ha propuesto sin concesiones considerables al ala más tradicional de su partido, y no digamos a los Demócratas, que sin duda tratarán de tumbar muchas de sus propuestas”. Su conclusión es que “aunque tendrá más libertad para dictar cambios administrativos, puede que Trump decida actuar con mayor prudencia a fin de conseguir apoyos para reformas de mayor calado que exijan al respaldo del Congreso”. Una de las áreas donde la representante de Invesco ve más posibilidades de consenso es en la necesidad de “reconstruir y modernizar infraestructuras de EE.UU., como es el caso de las carreteras, los puentes y las redes eléctricas construidos hace ya mucho tiempo”.  

Un perfil psicológico del nuevo presidente

La personalidad explosiva del nuevo presidente ha sido una fuente constante de comentarios a lo largo de la bronca campaña presidencial. Expertos de Allianz Global Investors recuerdan que “el presidente electo es un outsider político que quiere hacer que su presencia sea conocida y derrocar al status quo”. Por tanto, vaticinan que “hasta que vayan conociendo las políticas de Trump, su retórica sobre el comercio, la inmigración y la cooperación internacional amenazará al crecimiento de EE.UU. y global”.

En cambio, el director de inversiones de Deutsche AM, Stefan Kreuzkamp, apuesta por un cambio de actitud: “No olvidemos que el motivo constante de la campaña electoral de Trump fue sorprender continuamente al público. Es enteramente posible que después de su elección pudiera de hecho sorprender positivamente a los mercados”. Kreuzkamp basa sus esperanzas en “el pragmatismo de Trump, su habilidad para adaptarse y su generalmente limitada lealtad política”.