Mario Draghi limita su mensaje en la primera reunión del año a una intervención verbal que reaviva a las bolsas europeas y siembra la preocupación por la incapacidad del banco central para cumplir con su objetivo de inflación.
Dado el historial previo del BCE, y el tono de los mercados desde el comienzo del año, muchos inversores habían apostado por alguna clase de señal de apoyo por parte de Mario Draghi en la primera reunion del banco central en 2016. Después del traspiés que sufrió su reputación en la reunión de diciembre, el presidente ha empezado el año fiel a su estilo, mediante una intervención verbal con la que ha pretendido animar a los mercados: “Las dinámicas de inflación en la zona euro continúan siendo más débiles de lo esperado. Por tanto, será necesario revisar y posiblemente reconsiderar nuestra postura sobre política monetaria en nuestra reunión en marzo, cuando estén disponibles las nuevas proyecciones macro del equipo, que también cubren el año 2018”. El anuncio tuvo la suficiente fuerza como para ayudar a las bolsas de la zona euro a cerrar en positivo, con rentabilidades desde el 1,97% del Ibex 35 al 4,2% del Ftse Mib italiano, que terminó como el más alcista de la jornada.
¿Cómo interpretan las gestoras internacionales el mensaje trasladado por Mario Draghi? “El BCE cree que lo están haciendo ya está teniendo un impacto positivo pero dejó entrever grandes indicios de que puede haber más medidas por su parte en marzo que acompañen la próxima ronda de previsiones”, comenta Tom Laskey, gestor de Aberdeen. Para Laskey, el mensaje del presidente de la autoridad monetaria es atribuible “al Draghi de siempre. Por un lado diciendo que el BCE ha hecho las cosas bien y, por otra parte, dando a entender que pueden haber más medidas en este sentido”. Sin embargo, el gestor considera que sí se verá algún tipo de ampliación del programa de estímulos: “Lo que el BCE ha hecho puede estar surtiendo efecto -el crecimiento este año en Europa es probable que se mantenga todavía relativamente robusto- pero el continente no es una isla. La volatilidad en los mercados se reflejará en Europa de algún modo, y las expectativas de inflación son a la baja”.
Marilyn Watson, responsable de estrategia mundial de renta fija unconstrained de BlackRock, señala que el BCE ha cumplido con la expectativa del consenso de no cambiar su política monetaria (tipos de interés en mínimos históricos, tasa de depósito negativa, compras mensuales de 60.000 millones de euros en deuda). Prefiere hacer hincapié en la parte del discurso en la que Draghi ha afirmado que los riesgos bajistas han aumentado por el incremento de la incertidumbre en torno a las perspectivas de crecimiento de los mercados emergentes y por el impacto de la caída continuada del precio del petróleo sobre la inflación. “A pesar de este trasfondo, el comunicado de prensa hace notar que reevaluarán su posición en marzo, en nuestra opinión comprometiéndose el BCE a realizar más estímulos en algún momento de este año”, señala Watson.
Preocupación por la inflación
Como han apuntado algunas gestoras internacionales en las últimas semanas, la caída continuada del precio del crudo ha tenido su cuota de protagonismo en la última reunión del BCE por su impacto sobre las expectativas de inflación. Resulta significativo que la institución no espere que esta espiral bajista sea cuestión del corto plazo. “Desde la anterior reunión del BCE en diciembre, la inflación anual en la eurozona ha caído hasta el 0,2%, muy lejos del objetivo del banco del 2%. Es más, las condiciones financieras globales se han ajustado desde el inicio del año, al haber marcado nuevos mínimos históricos los precios del petróleo”, indica Ana Gil, especialista de inversión del equipo de renta fija de M&G Investments.
Gil indica que el escenario con el que trabaja la gestora es el de una recuperación de la inflación en la zona euro durante el segundo semestre, aunque también observan que se han incrementado los riesgos bajistas debido precisamente a la reciente caída del crudo. Sobre si las insinuaciones de Draghi se materializarán en forma de más estímulos dentro de dos meses, la especialista opina que "esto dependerá enormemente de si el impacto desinflacionario del bajo precio actual del petróleo acabe siendo temporal o una historia de largo plazo”. Gil recuerda asimismo que “mientras que los bajos precios del crudo son positivos en el corto plazo para el consumidor de la eurozona, y un impulso para el crecimiento de la región, si se prolonga en el tiempo también podría tener influencia sobre las expectativas de inflación a medio plazo, particularmente si empieza a transmitirse a través de los salarios”.
En conclusión, Gil considera que los bancos centrales – no sólo el BCE- deberían vigilar muy atentamente si se producen signos de que las expectativas de inflación ligadas al consumo se desanclan, porque podría plantear serios desafíos a largo plazo para el crecimiento económico: “Un periodo de caídas prolongadas de los precios pueden poner a muchos negocios en dificultad, el empleo y los salarios podrían sufrir y probablemente se ralentizaría el consumo”.
Los expertos de Generali Investments Europe coinciden en que lo más preocupante de las declaraciones de Draghi han sido las referencias a la caída de las expectativas de la inflación como consecuencia del desplome del petróleo. Su conclusión es que “es altamente probable que el BCE presente unas proyecciones de inflación mucho más bajas en su actualización de marzo”. La apuesta de la firma es que la previsión para 2016 descenderá al 0,5% interanual y que la previsión para 2018 –que se publica por primera vez- estará “claramente por debajo del objetivo del ECB, pavimentando el camino hacia una mayor acción cuantitativa”.
Desde Generali también dan detalles sobre cómo podría ser el nuevo “parche” al PSPP (nombre formal del QE europeo). A pesar de la falta de pistas de Draghi, creen que es posible que baraje un nuevo recorte del tipo de depósitos, una extensión o incremento del programa actual de adquisición de activos y la inclusión de nuevos activos (bonos corporativos). “Teniendo en cuenta que la acción de diciembre dejó cortas a las expectativas que habían sido alimentadas a través de audaces comentarios en la rueda de prensa de octubre, la cuestión es si esta vez el BCE tomará acciones que no decepcionen a los mercados”, concluyen desde la firma italiana.
Patrice Gautry, economista jefe de UBP, tiene una opinión en línea con la de Generali, pues prevé que las proyecciones sobre inflación se revisen a la baja en marzo y que, en consecuencia, el BCE adopte nuevas medidas. Gautry piensa que lo más probable es que los tipos de interés se vuelvan más negativos y que el QE se amplíe o bien por cantidad o bien por ampliación del universo de inversión. Sobre la intervención de Draghi, comenta que “cumplirá las expectativas y realimentará la confianza en los mercados financieros, especialmente con su nuevo mantra sobre la ausencia de límites (en la aplicación de estímulos), que se parece al previo y exitoso mensaje de ‘lo que sea necesario’”.