Las gestoras esperan un rally de alivio en los activos mexicanos, aunque plantean una serie de interrogantes sobre el impacto económico del futuro gobierno en el corto a medio plazo.
El cambio político ha llegado imparable a México: Andrés Manuel López Obrador (también conocido como AMLO) se ha convertido en el primer presidente de izquierdas en el país desde la década de los 80, y lo ha hecho consiguiendo la primera mayoría absoluta en la historia del México, con el 53% de los votos. De esta manera, la coalición que ha llevado a López Obrador al Poder, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) expulsa del poder al PAN -en el gobierno desde hace 17 años- y anula al PRI – que gobernó los 70 anteriores- como alternativa.
Según Edwin Gutiérrez, Director de renta fija emergente soberana en Aberdeen Standard Investments, queda ahora por resolver qué representación tendrá Morena en el Congreso, aunque señala que los sondeos apuntan a una mayoría en ambas cámaras. “Sin embargo, es probable que no consigan por poco una mayoría constitucional en las dos cámaras”, remarca Gutiérrez. Es una observación importante, pues el experto recuerda que “el sector privado ha temido que AMLO revierta algunos de los cambios constitucionales clave que sucedieron durante el mandato de su predecesor, Enrique Peña Nieto”.
Paul Greer, Asistente en la Gestión de fondos de renta fija emergente de Fidelity, comenta cómo AMLO supo tocar durante la campaña electoral temas de amplio descontento social, como la corrupción de la elite política, la espiral de violencia, la pobreza o el débil crecimiento económico. En contraposición, López Obrador ha hecho en campañas promesas como el impulso de programas sociales, el incremento de las pensiones y del gasto en infraestructuras, la reversión de la reforma del sector energético o la construcción de un nuevo aeropuerto para Ciudad de México. “La intención de AMLO es financiar el incremento del gasto mediante la reducción de la corrupción entre la clase política y recortar los salarios de los burócratas gubernamentales de primer nivel, pero los mercados de renta fija no están convencidos”, asevera el experto.
Dicho esto, su punto de vista que AMLO presente una agenda pro crecimiento que “puede ser más benigna y favorable a los inversores” de lo que están poniendo en precio los mercados. Greer destaca el discurso de aceptación de López Obrador, en el que realizó una serie de comentarios conciliadores que, según el experto, “dan pistas de pragmatismo político, responsabilidad fiscal y unidad nacional, al tiempo que también promete no reformar la independencia del banco central o rendirse con NAFTA”.
Ahora, Greer prevé los mercados mexicanos experimenten un alivio en el corto plazo, después de las fuertes sacudidas de volatilidad vistas en la recta final antes de las elecciones. También espera que el mercado se centre en el periodo de transición que se inicia ahora, hasta que AMLO asuma la presidencia oficialmente el 1 de diciembre.
De hecho, esta larga transición representa un riesgo a ojos de Philippe Waechter, economista jefe de Ostrum AM (afiliada a Natixis IM). “Pueden suceder muchas cosas en los próximos seis meses, notablemente debido a lo impredecible que es el vecino de México”, afirma, particularmente por el cariz que pueda tomar la renegociación del tratado NAFTA, ya que Waecther indica que existe “el riesgo de una divergencia entre el nuevo presidente y el gobierno conservador actual”. El experto añade que la confrontación entre las promesas de AMLO en campaña y la estabilidad económica mexicana podría actuar como una fuente de volatilidad, especialmente sobre la percepción en los mercados del entorno macro mexicano.
Los analistas de BlackRock opinan que López Obrador puede elegir o bien la postura “populista y beligerante” que tomó al principio de la campaña, o más bien el estilo “más moderado y pragmático” exhibido al final de la campaña. Si se mantiene en la segunda línea, creen que los activos mexicanos podrían comportarse bien en el corto plazo. El peor escenario posible sería “una deriva hacia el tipo de políticas nacionalistas y despilfarradoras que puedan llevar a la ruina económica, lo que traería el riesgo de deterioro del equilibrio fiscal de México, inflación al alza, un corte en la inversión extranjera y una caída de los activos”.
Para poder tener más claridad sobre el rumbo que tomará el nuevo presidente mexicano, desde BlackRock proponen vigilar cuatro hitos que se producirán en el corto a medio plazo: los nombramientos que realice AMLO para su gabinete; el presupuesto que pacte para 2019; el nombramiento de los miembros del comité del Banxico, el banco central mexicano; y la manera en que aborde las reformas del sector energético. “Una mayoría en el Congreso podría dar a AMLO vía libre para realizar ajustes políticos significativos. También podría llevar a una firme caída de la fortaleza institucional mexicana, aunque vemos que la independencia del banco central es relativamente resistente”, concluyen desde BlackRock.
Impacto sobre los mercados
Mathieu Racheter, estratega y analista de mercados emergentes en Julius Baer, recuerda que la bolsa mexicana se ha situado entre los parqués con peor comportamiento desde 2016, de manera que ahora presenta las valoraciones más baratas de los últimos siete años, mientras que las expectativas de beneficios se mantienen en niveles muy bajos. Tras conocerse el resultado electoral, el experto afirma que “la corrección ofrece un atractivo punto de entrada a un mercado de alta calidad dentro de las economías emergentes”. Racheter afirma que la mejoría del entorno fundamental (como los buenos resultados vistos en el primer trimestre) “aún no están en precio” y observa “un riesgo asimétrico al alza positivo en las expectativas de crecimiento”.
El experto de Fidelity afirma por su parte que el segmento mexicano que ofrece más atractivo actualmente es la deuda en moneda local. “El Banxico ha hecho un trabajo estelar en la gestión de las expectativas de inflación en los últimos 18 meses, al depreciarse el peso un 10% contra el dólar desde la victoria electoral de Donald Trump en noviembre de 2016”, añade Greer, en referencia a las subidas en 475 puntos básicos de los tipos de interés desde esa fecha.
Teniendo en cuenta que el crecimiento está subiendo por debajo de su tasa potencial y que el IPC mexicano está volviendo a su objetivo de medio plazo, el expert de Fidelity vaticina que podrían verse rebajas en los tipos de interés mexicanos en los próximos doce meses.