Primeros análisis de las elecciones de medio mandato en EE.UU: implicaciones de un Congreso dividido

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Diez días después de la apertura de las urnas, al fin se conoce el resultado de las elecciones de medio mandato en Estados Unidos. El partido Demócrata ha retenido el control del Senado mientras que el Republicano se ha hecho con la mayoría en la Cámara de Representantes. No ha sido un resultado electoral desastroso para los Demócratas como algunos vaticinaban, pero sí deja a Estados Unidos con un Congreso dividido.

En opinión de Libby Cantrill, directora de Políticas Públicas de PIMCO, los próximos dos años de EE.UU. se caracterizarán por el bloqueo legislativo. Porque como bien recuerda, cada partido tiene una mayoría mínima en cada cámara del Congreso.

¿Gusta el resultado al mercado?

La pregunta que se hace el inversor: ¿gusta el resultado a los mercados? Basándonos en el histórico, aunque el pasado no es ciertamente un anticipo de lo que va a pasar, los mercados de renta variable han tendido históricamente a hacerlo bien en años de gobiernos divididos.

De hecho, en años anteriores con una composición de poder similar en Washington, es decir, una Cámara de Representantes republicana, un Senado demócrata y una Casa Blanca demócrata, el mercado de renta variable ha obtenido una rentabilidad media del 13,6% (según los datos del S&P 500), una rentabilidad media superior a la de casi cualquier otra composición de poder. “Por supuesto, el año 2023 puede ser muy diferente de la historia, dada la persistente inflación, el riesgo de recesión y la guerra en Ucrania”, matiza la experta.

Para Cantrill, las implicaciones prácticas para los mercados y la economía son en gran medida las mismas si los republicanos hubieran ganado tanto la Cámara como el Senado. “Al fin y al cabo, una mayoría sigue siendo una mayoría, y los principales resortes de un partido que no está en la Casa Blanca -a saber, la obstrucción y la supervisión- estarán a disposición de los republicanos de la Cámara de Representantes a pesar de su escasa mayoría y del control de una sola cámara”, explica.

Qué esperar de un Congreso dividido en 2023

Entonces, ¿qué significa un Congreso dividido para la política económica? Cantrill desgrana cuatro implicaciones principales:

Primero, una congelación total de la agenda legislativa del presidente Biden. Tal vez lo más importante para los mercados sea que se han eliminado todas las subidas de impuestos, ya sea en el ámbito personal (por ejemplo, aumentos de las ganancias de capital) o en el empresarial (por ejemplo, un impuesto extraordinario). Esto también le sugiere a la experta que el próximo punto de inflexión para los impuestos será en 2025, cuando los recortes de impuestos de Trump expiren.

Segundo, más escrutinio. Los republicanos de la Cámara de Representantes ejercerán sus poderes de supervisión en cuestiones que van desde la política energética de la administración Biden hasta su enfoque sobre China (que, en algunos círculos, se considera no lo suficientemente agresivo) y la panoplia de regulaciones propuestas por la Comisión de Valores. 

Es probable que este escrutinio sea más simbólico que sustantivo. “Después de todo, sin el control a prueba de veto de ambas cámaras del Congreso, los republicanos no pueden hacer mucho para modificar la política”, explica Cantrill. Sin embargo, una mayor supervisión puede ralentizar los engranajes reguladores y hacer más engorroso el avance de la política para cualquier Casa Blanca. Aunque es probable que la Reserva Federal también sea objeto de supervisión -de ambos lados-, dudamos que la Fed sea sensible a cualquier presión política para cambiar su aparentemente singular enfoque en la lucha contra la inflación.

La lucha fiscal: fuente de volatilidad

Tercero, más luchas fiscales. Aquí es donde la escasa mayoría de los republicanos en la Cámara de Representantes puede entrar en juego y ser potencialmente una fuente de volatilidad del mercado el próximo año. “Con poco o ningún colchón para perder votos en el Congreso, puede ser más difícil para el futuro presidente de la Cámara (que no se decidirá hasta enero) navegar por los próximos puntos de inflexión fiscal, en particular la necesidad de elevar el techo de la deuda, dado que algunos en la bancada republicana (por ejemplo, la bancada de la Libertad de la Cámara) han indicado que no apoyarán ningún aumento del límite de la deuda sin recortes de gastos proporcionales, algo que no es un éxito para el Senado demócrata y la Casa Blanca”, resalta la experta.

El escenario base de PIMCO es que el techo de deuda legal se alcanzará a finales de este año, pero las medidas extraordinarias del Departamento del Tesoro ampliarán ese plazo hasta el otoño de 2023. Sin embargo, a pesar de las maniobras previstas y de la posible volatilidad asociada, especialmente en la parte delantera de la curva de rendimiento, creemos que los republicanos de la Cámara de Representantes acabarán por ceder y se elevará el techo de la deuda. “La campaña presidencial de 2024 estará en pleno apogeo para entonces, y es poco probable que los republicanos sacrifiquen una oportunidad en la Casa Blanca”, prevé.

Y cuarto, menos apoyo fiscal. Aunque desde PIMCO siguen creyendo que habrá apoyo bipartidista para la ayuda en curso a Ucrania y para el presupuesto de defensa, también creen que en general habrá un umbral más alto para proporcionar un apoyo fiscal anticíclico más amplio, incluso si la economía se ralentiza. “La economía estadounidense ya ha experimentado una importante contracción fiscal en 2022 en virtud de la puesta en marcha de muchos de los programas relacionados con el COVID, y el próximo año podemos esperar más contracción, ante la cual es poco probable que un Congreso dividido haga algo”, vaticina. En otras palabras, al igual que se ha eliminado la opción de compra de la Reserva Federal (el famoso Fed put), también se ha eliminado la opción de compra fiscal, al menos hasta que un nuevo Congreso llegue al poder en 2025.