¿Principio del fin del ciclo de ajuste monetario? Las gestoras internacionales debaten

Jerome Powell
Foto cedida.

¿Está la Fed preparando el escenario para un giro dovish? Esta pregunta que plantea Jack Janasiewicz, gestor de fondos y estratega de Natixis IM Solutions, es el centro del discurso actual en los mercados. Y si atendemos a los movimientos de las últimas sesiones, la respuesta que se está poniendo en precio es sí.

¿Qué es lo que ha hecho que los toros se pongan en marcha? Como bien señala Janasiewicz, Powell insinuó que todo depende un poco más de los datos, señalando que otra subida inusualmente grande (léase 75 puntos básicos) del tipo de los fondos federales dependería de los datos. Además, añadió que también podría ser apropiado ralentizar las subidas de tipos en algún momento en el futuro

Así, los expertos de J. Safra Sarasin SAM, también ven probable que la Fed vuelva a pivotar hacia una postura más dovish. De hecho, prevén que el primer recorte de tipos se produzca ya el próximo verano. “Aunque los alquileres deberían contribuir a una mayor inflación subyacente en el segundo semestre de este año - manteniendo la presión sobre la Fed para que endurezca su política a corto plazo - la desaceleración de la demanda y los crecientes riesgos de recesión, así como la fortaleza del dólar, deberían pesar sobre las presiones inflacionistas en los próximos 12-18 meses”, vaticinan.

La otra cara de los datos

Pero una Fed datodependiente también tiene una segunda lectura. Es decir, qué pasa si termina el verano y los datos macro siguen mostrando una economía caliente. O más bien, qué pasa si la inflación no se calma. “De hecho, la inflación en gran parte del mundo ha sido más persistente de lo que anticiparon muchos banqueros centrales. Esto ha suscitado la preocupación de que sea necesaria una recesión, no solo un período de crecimiento por debajo de la tendencia, para restablecer la estabilidad de precios”, comenta Tiffany Wilding, economista en PIMCO.

En opinión de Wilding, esto es especialmente cierto en Estados Unidos. Allí, aunque es probable que la inflación general disminuya en los próximos meses debido a la reciente caída de los precios mundiales del petróleo y los productos agrícolas, la inflación del mercado de salarios y alquileres, dos áreas donde las tendencias de los precios tienden a ser más persistentes, en realidad se han acelerado.

Es un punto donde también incide el análisis de Pablo Duarte, analista sénior del Instituto de Investigación Flossbach von Storch. “La Fed sigue intentando maniobrar un aterrizaje suave, es decir frenar la inflación sin afectar mucho el crecimiento. Hasta ahora la inflación no ha bajado y el crecimiento económico sí se ha debilitado. Seguimos en un escenario de estanflación”, afirma. Si bien el aumento de 75 puntos básicos fue un aumento mayor al visto en mucho tiempo, duda que sea suficiente para frenar la inflación. “En los años 70 y 80 fue necesaria una tasa de interés más alta que la inflación para frenar las presiones inflacionarias”, recuerda.

División de opiniones

Por eso, Keith Wade, economista jefe de Schroders, sigue pensando que los riesgos se inclinan todavía hacia la necesidad de que la Reserva Federal genere una recesión para controlar la inflación. “El reto consistirá en la rapidez con la que disminuya la inflación. El descenso de los precios de las materias primas y la relajación de los cuellos de botella de las cadenas de suministro sugieren que veremos una menor inflación en el sector de bienes. Sin embargo, la rigidez del IPC general se podría mantener, ya que la inflación del sector servicios tardará en moderarse”, afirma.

Y es que la situación cada vez es más compleja. “Cambiar a una guía de reunión por reunión es una indicación muy clara de que ven el panorama económico como altamente incierto y mantener la opcionalidad será crucial para su credibilidad”, interpreta Eva Sun-Wai, gestora de M&G Investments. "La Fed se ha fijado como objetivo la inflación en un momento en el que hay muchas incógnitas. Un mayor endurecimiento de las condiciones financieras llevará tiempo para frenar la inflación, si es posible”.

Por eso, hay expertos que no están tan convencidos con ese giro dovish que se está poniendo en precio. Blerina Uruci, economista especializada en EE.UU. en T. Rowe Price, pide tener cuidado de no extrapolar y concluir que el siguiente paso natural de un aumento de 0,50% en septiembre sería una pausa en noviembre. “No creo que la Fed haya visto suficiente evidencia para entonces de que la inflación se haya controlado”, afirma. De hecho, a Uruci le sorprendió el tono hawkish de Powell en la reunión. “No me parece acertado el cambio de tono dado que tanto en el mercado laboral como en la inflación las noticias desde junio han sido al alza. Creo que corremos el riesgo de tener que cambiar el precio de parte de la moderación percibida hoy en las próximas semanas”, prevé.

Una primera ralentización

Como poco, la última reunión de la Reserva Federal ha llevado a varias gestoras a ajustar sus previsiones. En J.P. Morgan AM, ahora estiman que la Fed aumentará los tipos en 50 puntos básicos en septiembre, 25 en noviembre y 25 en diciembre. Y es también lo que está reflejando el consenso. “Los mercados parecen apreciar una Fed potencialmente menos agresiva con el rendimiento nominal de los bonos del Tesoro a 2 años cayendo por debajo del 3%. Para los inversores, se avecinan más ajustes. Sin embargo, un comité dependiente de los datos sugiere que ahora es menos probable un aumento en el tipo de los fondos federales por encima del 3,5% en este ciclo”, interpreta Lucía Gutiérrez Mellado, directora de Estrategia de J.P. Morgan AM para España y Portugal.

Es el escenario que manejan también en AXA IM. En caso de que la Fed se muestre más ágil a la hora de desacelerar el ritmo de subidas, David Page, responsable de Macro Research de la gestora, cree que mantendrá los tipos en esos niveles durante la mayor parte de 2023. “Los mercados financieros parecen llegar a conclusiones similares. En general, las condiciones financieras se han relajado, lo que sugiere que el endurecimiento será menor de lo que se temía. Sin embargo, puede que esa no sea una conclusión a la que la Fed esté contenta de que los mercados lleguen”, matiza.

Implicaciones para los mercados

Para los inversiones, implicará seguir siendo ágiles con las carteras. Se mantendrá la presión sobre los yields en ambos lados, prevén desde Amundi. “Sin duda, la falta de claridad en la trayectoria futura de los tipos podría generar volatilidad en los mercados financieros, pero la Fed está actuando con cautela y está evaluando cada punto de datos antes de tomar decisiones de política monetaria en un entorno de elevada inflación y mercados laborales ajustados. La Fed también sonó menos positiva en relación a un aterrizaje suave, lo que indica riesgos para el crecimiento económico”, analizan. Esto, interpretan, significa que los bonos estadounidenses seguirán beneficiándose de su atractivo como refugio y actuarán como diversificadores de cartera.

En renta variable, una rotación de la política monetaria podría desencadenar otra. Como bien resalta Geir Lode, director de Renta Variable Global de Federated Hermes, tras el anuncio de los tipos de interés, tanto los mercados de renta variable como los de renta fija subieron. Los valores growth superaron a los de value con un amplio margen, lo que refleja la visión del mercado de unos tipos de interés más bajos en el futuro. “Creemos que las empresas con un balance sólido, un fuerte control de los costes y un fuerte crecimiento de las ventas se comportarán excepcionalmente bien en este entorno. Por tanto, el mercado volverá a favorecer a los valores growth frente a los value”,vaticina.

En el terreno de las divisas, para Duarte, esta decisión implica que a medio plazo el euro/dólar se seguirá moviendo cerca a la paridad. “A menos que la economía americana se enfríe drásticamente y la Fed decida parar sus incrementos de tasas o que el BCE decida aumentar su tasas de interés más fuertemente de lo esperado, lo que hoy es poco probable”, desgrana.