¿Pueden los ETF ser una alternativa más eficiente a los futuros desde el punto de vista operativo y de costes?

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Melissa Morano B, Flickr, Creative Commons

Los inversores recurren principalmente a los contratos de futuros para replicar determinados índices en los mercados de renta variable, renta fija y materias primas. Sólo en contratos sobre índices de renta variable, la asignación actual a futuros supera el billón de dólares. Los inversores utilizan los futuros para distintos fines: apalancar las carteras, implantar coberturas y aprovechar las oportunidades que surgen al aproximarse la fecha de vencimiento de los contratos en cuestión. En este momento del mes o del trimestre es cuando los inversores rolan sus posiciones, esto es, cierran el contrato que está a punto de vencer y formalizan uno nuevo.

Se sigue recurriendo en gran medida a los futuros para exponerse sin apalancamiento a un índice. Esto es lo que se denomina una operación ‘totalmente desembolsada’. Sin embargo, determinados inversores han experimentado un incremento de los costes asociados a estas posiciones en futuros y otros vehículos de réplica, como los ETF, podrían ser una opción más asequible. La pregunta es… ¿por qué los futuros son ahora más caros? Según Ursula Marchioni, directora de estrategia de renta variable y análisis e investigación de productos cotizados de iShares para EMEA, durante el último año y medio, los inversores que utilizan futuros han sufrido un aumento de los costes de rolo (los futuros ‘cotizan caros’), atendiendo a su valor razonable.

“El rolo de septiembre de este año fue el octavo rolo consecutivo en el que los minis del S&P (esto es, contratos de futuros que facilitan exposición al índice S&P 500) fueron más caros. En nuestra opinión, se trata de una consecuencia directa de la implantación del marco normativo de Basilea y de la norma Volcker. Estos nuevos marcos regulatorios han encarecido el coste de capital para los bancos. A día de hoy, cuando los bancos crean futuros, originan más costes a la hora de destinar capital a la compra de los elementos subyacentes del índice. En última instancia, este coste se traslada al inversor y hace que el contrato de futuro que replica al índice de referencia sea menos eficiente y más caro de mantener”. ¿Pueden entonces ser los ETF una alternativa más eficiente desde el punto de vista operativo y de costes?

A diferencia de las dificultades a las que se enfrentan los futuros, Marchioni considera que los ETF han ido ganando en eficiencia tanto en el plano operativo como en sus costes de formalización. “Como ocurre en cualquier mercado que se consolida, han aparecido nuevos actores en el mercado y la demanda de productos se ha incrementado. El mercado de ETF ha crecido de manera considerable y los activos gestionados a escala mundial han pasado de los 79.000 millones de dólares a los 2,6 billones de dólares a finales de septiembre de este año. Esto ha incrementado la liquidez y ha reducido sus costes de negociación, calculados según la diferencia entre los precios de compra/venta de mercado”, revela la experta.

 

 

 

 

 

 

Otro de los factores que estaría beneficiando a los ETF es el incremento de la gama de productos. El panorama de los productos cotizados a escala mundial está compuesto por más de 5.000 instrumentos, de los cuales, más de 2.000 están domiciliados en Europa. “Estos ETF brindan acceso a un amplio abanico de índices y estrategias y representan un conjunto de oportunidades considerablemente mayor que las que ofrecen los futuros cotizados. De este modo, los inversores son capaces de exponerse con mayor precisión al índice que quieran en lugar de acceder a un equivalente del mismo”.