Detalles sobre la carta anual de Larry Fink, fundador y consejero delegado, a los clientes de BlackRock.
“Todo lo que pueda ser digitalizado, incluyendo la gestión de activos y la gestión patrimonial, será digitalizado”, declaraba recientemente en Funds People Rob Fairbairn, responsable global del negocio de distribución de fondos de gestión activa y de ETFs de BlackRock y miembro del comité ejecutivo global. El responsable opina que, aunque será una tendencia que llevará tiempo, “la aplicación de tecnologías a la gestión de activos va a ser tan importante como lo está siendo en otras industrias” (leer más). Ahora, es el propio fundador y consejero delegado de la compañía, Larry Fink, quien describe las líneas maestras de la estrategia digital y tecnológica de la mayor gestora del mundo en su carta anual a los clientes de BlackRock.
El primer pilar de la estrategia es Aladdin, la plataforma tecnológica que la firma lleva años desarrollando, hasta el punto de que la firma tiene en nómina a más de mil desarrolladores y otros expertos en tecnología con el cometido de mejorarla constamente. “Aladdin es más que un sistema, es un lenguaje común para la firma y un prisma para la resolución de problemas”, afirma Fink. Actualmente, la plataforma está compuesta por 25 millones de líneas de código y es capaz de realizar 250.000 transacciones al día y miles de millones de cálculos financieros a diario. Según indicaba Fairbairn, la plataforma es capaz de gestionar los riesgos de unos 15 billones de dólares de dinero de los clientes de la firma.
El segundo gran apoyo de BlackRock será – y de hecho ya lo está siendo- el uso del big data para el análisis de cantidades masivas de datos que proporcionen a la compañía una ventaja competitiva de inversión. Tal y como comenta Fink, actualmente se está generando 2,5 trillones de bytes al día, de los cuales IBM calcula que el 90% de los datos se han creado tan sólo en los dos últimos años. “Es crítico hacer aflorar y emplear el número infinito de conocimientos escondidos en esos datos para generar alfa para nuestros clientes”, sentencia el consejero delegado.
Para conseguirlo, algunas de las medidas que ha tomado BlackRock en los últimos tiempos han sido la creación del Modelo SAE (Scientific Active Equity) de renta fija y el desarrollo de herramientas tecnológicas de análisis como por ejemplo el procesamiento del lenguaje, visualización científica de datos o informática de distribución, así como cambios a nivel organizacional para generar más sinergias entre equipos. “Estas herramientas pueden ayudar a discernir lo que indicadores humanos, como los analistas y empleados, están tratando de decirnos sobre compañías a nivel individual, así como para construir mejores indicadores económicos que puedan ofrecer claves sobre las previsiones de industrias enteras y países”, asevera Fink.
El tercer pilar del proyecto de BlackRock es la aplicación de avances tecnológicos para la creación de nuevas técnicas generadoras de alfa, concretamente la inversión basada en factores. El consejero delegado explica que el factor investing “busca identificar, marcarse objetivos de forma sistematica y capturar motores amplios y persistentes de retornos”. Algunos de los factores en los que invierte son por ejemplo las compañías con sesgo value o las compañías de alta calidad, es decir, “estilos de inversión que han formado parte durante mucho tiempo de la caja de herramientas de gestión activa”. En concreto, la plataforma de BlackRock gestiona ya un patrimonio de 128.000 millones de dólares en estrategias basadas en factores – combinadas con técnicas de smart beta- en renta variable, renta fija y materias primas, bajo la tutela de Andrew Ang, un pionero en este campo de inversión.
La última gran clave de la estrategia de la firma es el uso de nuevas maneras para llegar a los clientes y prestarles servicios apropiados. En esta línea, BlackRock adquirió en 2015 FutureAdvisor, un roboasesor que, en palabras de Larry Fink, “nos ayuda a reforzar nuestra relación con las instituciones con las que trabajamos, al ofrecer a sus clientes asesoramiento tecnológico y de alta calidad y, por tanto, mejorando la adquisición y retención de nuevos clientes”. Actualmente, explica el consejero delegado, se está trabajando para complementar las capacidades de FutureAdvisor, “que incluye asesoramiento personalizado sobre todas las cuentas de inversión de clientes existentes, con carteras multiactivos, productos de inversión de calidad y gestión del riesgo, así como el poder de Aladdin”. Fink comenta asimismo que se ha constatado un interés notable por parte de la base de clientes de BlackRock desde la adquisición del roboasesor.
En una línea similar se encuentra iRetire, la solución de BlackRock que permite a los asesores combinar la tecnología desarrollada por la firma, sus investigaciones sobre la temática de la jubilación – carteras modelo, los índices CoRi de rentas para la jubilación, las estadísticas de gestión de riesgo de Aladdin- para ofrecer un servicio más completo a los clientes preocupados por el ahorro de cara a la jubilación. “Al proporcionar a asesores e inversores una poderosa herramienta para planificar el futuro, no sólo ayudamos a los clientes a cumplir con sus objetivos de inversión, también a cambiar la mentalidad sobre el ahorro para la jubilación de todos los clientes”, concluye Larry Fink.