Pymes europeas: en busca de la financiación perdida

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Mark Fischer, Flickr, Creative Commons

Para el equipo de Análisis y Estrategia de Inversión de AXA Investment Managers, la ineficacia del mecanismo de transmisión de la política monetaria ha sido, sin duda, la “canción del verano” en los círculos económicos, ya que “el sector privado de los países periféricos no tiene acceso a la liquidez generada por las políticas expansivas del BCE”. Para los expertos, esta situación “supone la principal amenaza para la recuperación de la eurozona y las principales víctimas son las pequeñas y medianas empresas (pymes), que se enfrentan a serias restricciones de crédito”.

En Europa, las pymes −definidas por la Comisión Europea como aquellas empresas con menos de 250 empleados, ingresos anuales inferiores a 50 millones de euros o un balance inferior a 43 millones de euros− representan la mayor parte de las empresas, empleos y valor añadido. “En Italia, el 46% de los empleados trabajan en microempresas (menos de diez empleados) y el 80%, en pymes. En España, el 99% de las empresas tienen menos de cincuenta empleados”, apuntan desde AXA IM. “Sin embargo, y pese a su importancia en las economías locales, las condiciones de financiación de las pymes se han deteriorado notablemente, tanto en términos absolutos como relativos, en comparación con las grandes empresas”.

¿Por qué? En la gestora francesa encuentran dos motivos principales: una huida hacia la calidad por parte de los bancos europeos tras la crisis y los cambios regulatorios, como Basilea III. “En momentos difíciles, los grandes bancos prefieren asignar sus capacidades de financiación a empresas grandes y solventes. Las pymes son más opacas y frágiles, por lo que financiarlas resulta más arriesgado, y esto da lugar a un círculo vicioso: el menor acceso al crédito se traduce en un mayor riesgo de solvencia, lo que a su vez restringe aún más el acceso al crédito”, señalan.

Por otro lado, bajo la nueva regulación bancaria que impone Basilea III y que entrará en vigor en 2019, “la ponderación de riesgo de los préstamos a pymes es elevada, sobre todo para los vencimientos más largos. Por eso, los bancos están reasignando sus exposiciones hacia activos más seguros, como la deuda soberana y de grado de inversión a corto plazo”, explican desde la gestora.

Nuevas fuentes de financiación

Ante esta situación, se hace necesario llamar a otras puertas. En los últimos años se han puesto en marcha diversas iniciativas públicas orientadas a financiar pymes, como las líneas de crédito del Banco Europeo de Inversiones o del ICO, en España, el BPI en Francia o el programa “Funding for Lending” en el Reino Unido.

Sin embargo, los expertos de AXA creen que estas medidas son insuficientes y abogan por un método alternativo: “Las empresas pueden financiarse a través de otras instituciones, además de los bancos: hablamos de los canales alternativos o desintermediados. En EE. UU., el 70% de las empresas se financia a través del mercado, mientras que en Europa este canal de financiación representa tan solo el 30% y está reservado prácticamente en exclusiva a las grandes empresas”.

En la casa francesa atribuyen estas diferencias a la diferente percepción del riesgo a ambos lados del Atlántico: “En el Viejo Continente, la aversión al riesgo es omnipresente: la protección de los inversores, prioritaria en la agenda política, frena la iniciativa empresarial. En EE. UU., por el contrario, los empresarios están más abiertos a ceder parte de la propiedad a cambio de recursos que les permitan ampliar el negocio y reducir su propio riesgo”.

Otro problema añadido es que pocas pymes cuentan con una calificación de crédito, y son aún menos las que alcanzan el grado de inversión. “La transparencia sobre el perfil financiero resulta crucial para ganarse la confianza de los inversores”, sentencian desde AXA IM. “Creemos que el cambio de mentalidad con respecto al mercado como fuente de financiación se producirá de forma gradual pero, a corto plazo y mientras se mantenga la política monetaria expansiva, las empresas europeas seguirán decantándose por el crédito”.