Quadriga advierte sobre la burbuja en renta fija e ilustra con dos ejemplos su peligroso porvenir

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Ruurno, Flick, Creative Commons

“Tal y como está la situación del mercado ahora mismo, comprar bonos con rentabilidad negativa supone a largo plazo, en el mejor de los casos, perder dinero”. Así de claro es Quadriga Asset Managers, el primer partnership español de gestores independientes. Desde la firma han querido ilustrar con dos ejemplos prácticos cómo de grande es la burbuja que vive en estos momentos el mercado de renta fija y su peligroso porvenir.

En el primero de los casos, si la situación actual se mantiene, comprar un bono alemán a diez años con una TIR negativa del 0,17% supondría perder en diez años, como mínimo, un 1,7% del capital invertido. “Pero si la situación cambia y los tipos de interés vuelven a la media de los últimos diez años, los inversores todavía perderían más dinero”, advierte la compañía.

Así, si los tipos vuelven a la media de los últimos diez años en Alemania (2,4%), con el bono anteriormente mencionado se perdería un 21,6%. Mientras, si los tipos vuelven a la media de los últimos diez años en Japón (1%), con el mismo bono se perdería un 10,5%. Sea como sea, las posibles salidas para esta inversión en deuda son todas negativas, y a cada cual peor.

“Invertir en renta fija con TIR negativa supone perder dinero, a no ser que alguien compre en niveles todavía más negativos. Esto plantea la duda de si el inversor realmente está invirtiendo en renta fija o está especulando”, se preguntan los profesionales de Quadriga. Además, señalan, “hay que tener en cuenta lo irracional que resulta pagar a un gestor que presta dinero a sabiendas de que va a salir perdiendo”.

Aunque el escenario de deflación de la eurozona todavía puede prolongarse en el tiempo e, incluso, agravarse, situación que hincharía más la burbuja, un repunte de la inflación llevaría a una corrección tan dramática de los precios de la deuda pública que los gestores deberían dedicar una parte significativa de la cartera a cubrir este riesgo de cola, según la firma. “Para que nos entendamos”, aclara Quadriga, “si la situación se da la vuelta, todos aquellos fondos que no hayan previsto y gestionado adecuadamente este riesgo entrarían en rentabilidades negativas de las que tardarían años en recuperarse”.

Prevenir antes que curar

Los gestores que conforman el partnership de Quadriga están intentando evitar en la medida de lo posible exponer a sus inversores a riesgos innecesarios. José García, gestor del Quadriga Kirites, casi no tiene renta fija, cubriéndose ante una hipotética subida de TIR en Europa. Mientras, las únicas inversiones en renta fija de Rodrigo Hernando, gestor del Quadriga RHO Investments, son situaciones de reestructuración corporativa, además de tener un 10% de la cartera en capital bancario que “actúa como cobertura natural contra la inflación”.

Por su parte, María Vázquez, consejera delegada de Quadriga y gestora del Quadriga GFED Aequitas, tiene el riesgo de tipo de interés totalmente cubierto en la cartera con una posición neta ligeramente corta. Algo similar ocurre con Luis Bononato, gestor del Quadriga Global Allocation, que tiene una posición neta corta en el bono alemán a 30 años.