Según su gestor, el ambiente es favorable para los productos de retorno absoluto
España y Francia fueron los países que más reembolsos sufrieron, en términos relativos, de toda la industria europea en el primer semestre del año. Sobre todo debido a la sangría en los fondos monetarios, de los que huyeron 30.000 millones de euros en el país galo. Como alternativa a estos productos de carácter conservador, y que están dando rentabilidades muy bajas en un entorno de tipos de interés exiguos, Edmond the Rothchild IM apuesta por el fondo Quadrim 4, que ofrece mayores rentabilidades con una volatilidad reducida, según explica Sebastián Senegas, responsable de la gestora en España. Este tipo de producto, de retorno absoluto y con un objetivo de rentabilidad del EONIA + 1,5% que en los últimos tiempos ha dado rentabilidades de entre el 2% y el 2,5%, sirve también como sustitutivo del cash para la parte más conservadora de las carteras de los inversores institucionales.
Aunque reconoce que en España, y ante la competencia de los depósitos, no resulta a veces muy sencillo venderlo, Senegas remarca varias ventajas clave: en primer lugar, la diversificación, además de su “perfecta liquidez y el hecho de que, ante futuras subidas de tipos, ofrecerá retornos más atractivos”, algo que no ocurre en los depósitos.
En un ambiente favorable para los productos de retorno absoluto, gracias a su descorrelación con los mercados, el Quadrim 4 es una de las apuestas de la gestora. El fondo toma posiciones en distintas clases de activos (renta variable, deuda, divisas y materias primas) de forma dinámica y basándose en señales cuantitativas, complementadas con una gestión discrecional. “Es peligroso construir un portfolio basándonos únicamente en el escenario macroeconómico y de ahí se deriva la utilidad de esas herramientas cuantitativas”, explica Benjamin Melman, su gestor.
Una de las claves del producto es la diversificación, no sólo a través de clases de activos y zonas geográficas, sino también de estrategias de inversión. “Es muy importante no ser prisionero de una idea o un concepto”, explica Melman. Y todo, interviniendo únicamente en mercados líquidos, sin explotar la prima que ofrece la iliquidez. “Apostamos por sectores, no por valores concretos y evitamos el stock picking porque podría reducir la liquidez”, afirma.
El fondo juega de 10 a 20 estrategias que están agrupadas en tres grandes familias: las de rendimiento o valor (que tratan de detectar las firmas baratas y analizar las razones por las que lo están), las técnicas (para sacar partido de los movimientos de volatilidad) y las “global macro”.
Historia de divisas y sectores cíclicos en renta variable
“Jugamos historias específicas y que conocemos bien”, afirma Melman, que apuesta, de cara a los próximos meses, por la revalorización del franco suizo (debido a las medidas que podría tomar el Banco Central del país para frenar una potencial burbuja inmobiliaria), la rupia indonesia (infravalorada y en un país bien gestionado, que ofrece rentabilidades del 6,5%), el dólar canadiense (pues el Banco de Canadá endurecerá la política monetaria antes que el propio Banco Central Europeo, según sus previsiones) o el juego de otras divisas emergentes, gracias a los más altos tipos de interés en países asiáticos o latinoamericanos frente a los del mundo desarrollado. “Antes jugamos la historia de Europa y los emergentes versus EEUU, pero ahora los mercados en desarrollo se han encarecido y preferimos exponernos a ellos a través de sus divisas”, afirma.
El gestor también apuesta por estrategias de arbitraje en renta variable entre valores defensivos y cíclicos, jugando ahora la revaloración de los primeros, en sectores como utilities o telecomunicaciones, que ofrecen rentabilidades por dividendo del 7%, mayores que el diferencial de deuda corporativa, frente a firmas industriales o automovilísticas. También apuestan por los bancos europeos frente al EuroStoxx. “Pese a los problemas en Irlanda, los bancos europeos están protegidos por los gobiernos y los descuentos son enormes”, dice el gestor.
Las estrategias cuentan con stop-loss que, en caso de no funcionar, saltan e impiden adoptar la misma idea en un periodo de varios meses. El Quadrim 4 ha cuadriplicado sus activos desde su lanzamiento hace tres años y medio y cuenta actualmente unos 380 millones de euros de patrimonio.
Para los inversores más atrevidos, EDRIM propone también el Quadrim 8, un producto con la misma filosofía de retorno absoluto y un objetivo de rentabilidad del 6% que combina estrategias descorrelacionadas como las del Quadrim 4 con una estrategia direccional de forma oportunista. Ambos fondos están registrados en España.